sábado, 30 de diciembre de 2006

!!Feliz Año Nuevo 2007!!

A mí me cae bien Rodríguez Zapatero, y más aún la vicepresidenta del gobierno. Tienen un lenguaje lleno de concordia y reconciliación, de pacto y consenso, de manos tendidas. No es posible que ante tamaña buena voluntad caiga mal esta pareja. Hay que reconocer que han metido la gamba, pero a lo hecho pecho y rectificar no está nada mal. Quienes no me caen tan bien son los “hijos de la ira”, con permiso de nuestro poeta Dámaso Alonso. Esos imberbes están educados en la batalla sanguinaria: “o estás conmigo o están contra mí”. ¿Y a ver quién se pone de acuerdo con ellos. ?. Temen por igual al laicismo y al anticlericalismo y hacen bandera de su nacionalismo sectarista. Y qué quieren que les diga, llevamos siglos de tradición que pesan sobre el mismo tema.

Por tanto me mosquea encontrarme un presbítero que me ataca la sociedad como la panacea de todo los males y pecados. Siempre pienso que no están muy en la onda de los ciudadanos de a pie. Pero quien de verdad me pone la carne de gallina, son aquellos que están a favor de la sociedad y sus costumbres. Ahí oyes a los teólogos de la liberación, y no sabes bien si están haciendo un manifiesto político o una homilía. Ya sé que en nada soluciona a los problemas rezar fervorosamente. Pero es que tenemos algunas figuras señeras de la oración contemplativa que no podemos dejar en el baúl de los recuerdos.

Todo esto me lleva al tema actual de los asistentes sociales, enfermeros, maestros y otras profesiones en las cuáles entran de lleno los religiosos@s de hoy de día. Y claro, se necesita explicitar bien el asunto, que todos somos hijos de Dios.

Pero de todo ello ya han hablado largo y claro mis compañeros de blog. No voy a pedir un voto zapateril, que no estamos en época de elecciones. Pero después de lo que ha caído felicitar el año me parece una burla, si no recuerdo el atentado terrible de estas últimas horas. Y yo sólo quiero desear lo mejor a los amigos. “A los enemigos ni agua”, dice el refrán.

Pero bueno aprovecho para hacer un fotomontaje que toque directo al corazón del personal, tan agobiado por los gastos y la cuesta de enero que está al volver la esquina.
Lo dicho a todos: venturoso, próspero, saludable .....año nuevo. Nos vemos si Dios quiere en el 2007.

!!Feliz Año Nuevo 2007!!

A mí me cae bien Rodríguez Zapatero, y más aún la vicepresidenta del gobierno. Tienen un lenguaje lleno de concordia y reconciliación, de pacto y consenso, de manos tendidas. No es posible que ante tamaña buena voluntad caiga mal esta pareja. Hay que reconocer que han metido la gamba, pero a lo hecho pecho y rectificar no está nada mal. Quienes no me caen tan bien son los “hijos de la ira”, con permiso de nuestro poeta Dámaso Alonso. Esos imberbes están educados en la batalla sanguinaria: “o estás conmigo o están contra mí”. ¿Y a ver quién se pone de acuerdo con ellos. ?. Temen por igual al laicismo y al anticlericalismo y hacen bandera de su nacionalismo sectarista. Y qué quieren que les diga, llevamos siglos de tradición que pesan sobre el mismo tema.

Por tanto me mosquea encontrarme un presbítero que me ataca la sociedad como la panacea de todo los males y pecados. Siempre pienso que no están muy en la onda de los ciudadanos de a pie. Pero quien de verdad me pone la carne de gallina, son aquellos que están a favor de la sociedad y sus costumbres. Ahí oyes a los teólogos de la liberación, y no sabes bien si están haciendo un manifiesto político o una homilía. Ya sé que en nada soluciona a los problemas rezar fervorosamente. Pero es que tenemos algunas figuras señeras de la oración contemplativa que no podemos dejar en el baúl de los recuerdos.

Todo esto me lleva al tema actual de los asistentes sociales, enfermeros, maestros y otras profesiones en las cuáles entran de lleno los religiosos@s de hoy de día. Y claro, se necesita explicitar bien el asunto, que todos somos hijos de Dios.

Pero de todo ello ya han hablado largo y claro mis compañeros de blog. No voy a pedir un voto zapateril, que no estamos en época de elecciones. Pero después de lo que ha caído felicitar el año me parece una burla, si no recuerdo el atentado terrible de estas últimas horas. Y yo sólo quiero desear lo mejor a los amigos. “A los enemigos ni agua”, dice el refrán.

Pero bueno aprovecho para hacer un fotomontaje que toque directo al corazón del personal, tan agobiado por los gastos y la cuesta de enero que está al volver la esquina.
Lo dicho a todos: venturoso, próspero, saludable .....año nuevo. Nos vemos si Dios quiere en el 2007.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Carta a los Reyes Magos

Querido Reyes Magos qué alegría, poder escribir a sus Majestades como en mi tierna infancia. Se pueden creer que por aquellos tiempos miraba hacia arriba esperando ver los camellos por los tejados. Ahora ya no puedo, se han levantado edificios de siete pisos – por decir un número- y te entra vértigo. Encima no se ve ninguna estrella porque las luces provocan el efecto apagón del cielo tierno y brillante. Ahora las estrellas nos entran vía directa por el televisor. Hay que ver señores Reyes Magos la Nochebuena que nos dio Raphael, pero bueno ustedes ya le conocen sigue siendo tan niño como cuando cantaba en el coro de su colegio. ¿O eso lo he soñado yo?.

En fin a lo que iba. Yo me conformaría con pedir paz, que no es mucho pedir. Bienestar de ese que da para comer y pagar las facturas todos los meses, pero que también permite hacer algún viaje para desconectar de esta tierra nuestra y sobre todo salud. Que esta máquina que es el cuerpo humano no me falle, que siga reciclándose como la naturaleza, primavera, verano, otoño e invierno. Ahora me tocaría invernar como los osos, en mi confortable madriguera, pero sólo me permiten estar hasta el día 7 de enero. Que no está nada mal. He conocido épocas que justo tres días y para de contar, el resto currando.

Pero digo yo que todo eso queda muy difícil de envolver en papel regalo. Así que me pido el ordenador portátil. Por si no lo trae periodistadigital vía sorteo, igual sus Majestades tienen a bien dejarlo en el balcón de mi casa. Yo les pongo un poco de turrón de Xixona para que repongan fuerzas. De beber nada, agua pura, no sea que les hagan la prueba de alcoholemia y encima les quiten puntos. No se olviden de dejar bien aparcado el camello, en doble fila se lo lleva la grúa y vale un pastón recuperarlo.

Pues bueno, ya ven que pido poco, lo justito para compensar los 300 euros que perdí en una compra por Internet que resultó ser una estafa. Y eso que yo me decía a mi misma, mira chata no te fíes que nadie da euros a diez céntimos, pero ya ven piqué, vaya si piqué. En ese país del Oriente que nos tiene en jaque con sus exportaciones a mitad de precio. Todo porque hacen trabajar como chinos a todos, ni seguro, ni fiesta, ni nada. Curro duro y puro y luego claro, lo venden todo a un euro – en el caso de los honrados- los chorizos si te he visto ni me acuerdo, para que lo sepan sus Majestades y avisen a quien corresponda, que eso de comprar por Internet tiene su riesgo.

Bueno Reyes, que a mí me gusta mucho que sean Magos y creen ilusión a los niños y mayores. Nada más bonito que seguir escribiéndoles año tras año.

Sin otro particular, se despide atentamente, la que suscribe. ¡Ah, y feliz Año Nuevo!.

Carta a los Reyes Magos

Querido Reyes Magos qué alegría, poder escribir a sus Majestades como en mi tierna infancia. Se pueden creer que por aquellos tiempos miraba hacia arriba esperando ver los camellos por los tejados. Ahora ya no puedo, se han levantado edificios de siete pisos – por decir un número- y te entra vértigo. Encima no se ve ninguna estrella porque las luces provocan el efecto apagón del cielo tierno y brillante. Ahora las estrellas nos entran vía directa por el televisor. Hay que ver señores Reyes Magos la Nochebuena que nos dio Raphael, pero bueno ustedes ya le conocen sigue siendo tan niño como cuando cantaba en el coro de su colegio. ¿O eso lo he soñado yo?.

En fin a lo que iba. Yo me conformaría con pedir paz, que no es mucho pedir. Bienestar de ese que da para comer y pagar las facturas todos los meses, pero que también permite hacer algún viaje para desconectar de esta tierra nuestra y sobre todo salud. Que esta máquina que es el cuerpo humano no me falle, que siga reciclándose como la naturaleza, primavera, verano, otoño e invierno. Ahora me tocaría invernar como los osos, en mi confortable madriguera, pero sólo me permiten estar hasta el día 7 de enero. Que no está nada mal. He conocido épocas que justo tres días y para de contar, el resto currando.

Pero digo yo que todo eso queda muy difícil de envolver en papel regalo. Así que me pido el ordenador portátil. Por si no lo trae periodistadigital vía sorteo, igual sus Majestades tienen a bien dejarlo en el balcón de mi casa. Yo les pongo un poco de turrón de Xixona para que repongan fuerzas. De beber nada, agua pura, no sea que les hagan la prueba de alcoholemia y encima les quiten puntos. No se olviden de dejar bien aparcado el camello, en doble fila se lo lleva la grúa y vale un pastón recuperarlo.

Pues bueno, ya ven que pido poco, lo justito para compensar los 300 euros que perdí en una compra por Internet que resultó ser una estafa. Y eso que yo me decía a mi misma, mira chata no te fíes que nadie da euros a diez céntimos, pero ya ven piqué, vaya si piqué. En ese país del Oriente que nos tiene en jaque con sus exportaciones a mitad de precio. Todo porque hacen trabajar como chinos a todos, ni seguro, ni fiesta, ni nada. Curro duro y puro y luego claro, lo venden todo a un euro – en el caso de los honrados- los chorizos si te he visto ni me acuerdo, para que lo sepan sus Majestades y avisen a quien corresponda, que eso de comprar por Internet tiene su riesgo.

Bueno Reyes, que a mí me gusta mucho que sean Magos y creen ilusión a los niños y mayores. Nada más bonito que seguir escribiéndoles año tras año.

Sin otro particular, se despide atentamente, la que suscribe. ¡Ah, y feliz Año Nuevo!.

martes, 26 de diciembre de 2006

De la globalización al diálogo interreligioso



En primer lugar, felicitar a todos estas fiestas de Navidad, desear lo mejor para cada uno de mis lectores. A continuación os dejo con un post de hace días que viene bien leer en estas fechas entrañables donde en tantos hogares se venera al Niño Dios.

El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el cardenal francés Paul Poupard, declaró en Budapest que la Iglesia se enfrenta a la indiferencia frente a la religión, mientras que el ateísmo ha cedido terreno.

Poupard que participa en una conferencia titulada 'Europa en el mundo en cambio', dijo que 'hoy hay menos ateístas que no creyentes e indiferentes'.
'Vivimos en un mundo donde podemos creer sin pertenecer a nada y podemos pertenecer a algo sin creer', dijo el cardenal explicando 'la doble paradoja que caracteriza la situación actual', recoge la agencia MTI.

Por su parte el Presidente de la República, László Sólyom subrayó que 'Europa fue un proyecto de la élite' y lo seguirá siendo si la Unión Europa (UE) no crea una idea 'capaz de dar respuestas instantáneas y una base espiritual unificada'.

El Cardenal tiene razón, si me preguntarán respondería de igual modo. En España son pocos los ateos laicistas y beligerantes. Hacen mucho ruido porque es fácil extrapolar los sentimientos y confrontarlos de manera que susciten polémica y llenen titulares. Pero todavía tenemos una gran mayoría silenciosa y permisiva con las prácticas religiosas. De alguna manera nos respetan, podemos vivir nuestra religiosidad dentro de la Iglesia, fuera sencillamente es démoder, no cuela y produce agrios enfrentamientos. Ahí se necesita mucha mano izquierda, comprender más que imponer. Cuando salen sentimientos airados sobre la moral de la Iglesia, tratan siempre de enfrentarla con cientos de inmoralidades surgidas desde el seno de la Institución. Llámese asociarse al poder civil para conseguir prerrogativas; llámese utilizar medios con poca fuerza evangélica y mucha crispación; llámese preparar solemnidades llenas de boato y ceremonial que se aleja del sentir popular; llámese cometer aberraciones sexuales que siendo lascivias minoritarias, se magnifican en generalizaciones apresuradas. Hay entonces una falta de sintonía entre lo que se dice y lo que se ve.

El principal problema es que la mayoría son católicos desencantados del poder temporal de la Iglesia a la que confunde con la fe en Dios. Otros se quedan con la imagen de un Dios a la carta y siguen funcionando más o menos dentro de los cánones de rutina parroquial.

Asumo lo que me corresponde, no creo que nadie sepa identificarme como cristiana y católica practicante. Sólo en una ocasión me reprocharon ser excesivamente escrupulosa, lo que tomé como un fracaso en lo que se esperaba de mí y como un triunfo en lo que concernía a mi conciencia. Y es que hablar de religión no está bien visto. Yo me he propuesto hacer de este blog un lugar de encuentro entre la fe y el mundo, algunas veces pecaré de escasa formación teológica, pero tal vez refleje mejor lo que nos sucede a los cristianos de a pie. Para enmendarme y rectificar mis errores confío en la sabiduría de los teólogos con quienes comparto espacio en religiondigital.

Pero volviendo al Cardenal resume muy bien la actual situación: “Vivimos en un mundo donde podemos creer sin pertenecer a nada y podemos pertenecer a algo sin creer”. A mi juicio que comparto con otros, presiento que se está imponiendo una configuración de la Unión Europea dejando al margen la religión, precisamente por el espinoso tema del respeto a la pluralidad. Los Gobiernos no quieren entrar en polémicas sobre una base espiritual unificada, y pasan directamente a propuestas laicistas basadas en los Derechos Humanos, como si estos por si mismo resolvieran todos los conflictos. Es cierto que es un avance, una unidad desde donde partir, pero no pueden dar la espalda a las grandes religiones que conviven conjuntamente. En ese sentido resultan esperanzadores los movimientos de la Santa Sede dentro de la diplomacia. La reunión de Benedicto XVI firmando una declaración conjunta con el Arzobispo ortodoxo Chirstodolus afirmando “que las religiones juegan un papel en la transmisión de la paz en el mundo, y no deben, de ninguna manera, ser hogares ni de la intolerancia ni de la violencia”. La visita a Turquía y los significativos movimientos de reconciliación con el Islam, muestran la buena voluntad del Vaticano que sabe abrirse hacia otros credos, partiendo de lo que une. Algo que no es tan frecuente desde otras culturas religiosas, más intransigentes para admitir otras religiones en sus territorios.

Queda pues, mucho camino por recorrer y dentro de cada país la problemática tomará perspectivas sui géneris, porque cada Nación responde desde sus propias peculiaridades.
En cada pueblo y ciudad sucederá otro tanto y se tendrá que converger hacia una convivencia integradota, si no queremos un futuro lleno de ghettos en nuestros barrios.


De la globalización al diálogo interreligioso



En primer lugar, felicitar a todos estas fiestas de Navidad, desear lo mejor para cada uno de mis lectores. A continuación os dejo con un post de hace días que viene bien leer en estas fechas entrañables donde en tantos hogares se venera al Niño Dios.

El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el cardenal francés Paul Poupard, declaró en Budapest que la Iglesia se enfrenta a la indiferencia frente a la religión, mientras que el ateísmo ha cedido terreno.

Poupard que participa en una conferencia titulada 'Europa en el mundo en cambio', dijo que 'hoy hay menos ateístas que no creyentes e indiferentes'.
'Vivimos en un mundo donde podemos creer sin pertenecer a nada y podemos pertenecer a algo sin creer', dijo el cardenal explicando 'la doble paradoja que caracteriza la situación actual', recoge la agencia MTI.

Por su parte el Presidente de la República, László Sólyom subrayó que 'Europa fue un proyecto de la élite' y lo seguirá siendo si la Unión Europa (UE) no crea una idea 'capaz de dar respuestas instantáneas y una base espiritual unificada'.

El Cardenal tiene razón, si me preguntarán respondería de igual modo. En España son pocos los ateos laicistas y beligerantes. Hacen mucho ruido porque es fácil extrapolar los sentimientos y confrontarlos de manera que susciten polémica y llenen titulares. Pero todavía tenemos una gran mayoría silenciosa y permisiva con las prácticas religiosas. De alguna manera nos respetan, podemos vivir nuestra religiosidad dentro de la Iglesia, fuera sencillamente es démoder, no cuela y produce agrios enfrentamientos. Ahí se necesita mucha mano izquierda, comprender más que imponer. Cuando salen sentimientos airados sobre la moral de la Iglesia, tratan siempre de enfrentarla con cientos de inmoralidades surgidas desde el seno de la Institución. Llámese asociarse al poder civil para conseguir prerrogativas; llámese utilizar medios con poca fuerza evangélica y mucha crispación; llámese preparar solemnidades llenas de boato y ceremonial que se aleja del sentir popular; llámese cometer aberraciones sexuales que siendo lascivias minoritarias, se magnifican en generalizaciones apresuradas. Hay entonces una falta de sintonía entre lo que se dice y lo que se ve.

El principal problema es que la mayoría son católicos desencantados del poder temporal de la Iglesia a la que confunde con la fe en Dios. Otros se quedan con la imagen de un Dios a la carta y siguen funcionando más o menos dentro de los cánones de rutina parroquial.

Asumo lo que me corresponde, no creo que nadie sepa identificarme como cristiana y católica practicante. Sólo en una ocasión me reprocharon ser excesivamente escrupulosa, lo que tomé como un fracaso en lo que se esperaba de mí y como un triunfo en lo que concernía a mi conciencia. Y es que hablar de religión no está bien visto. Yo me he propuesto hacer de este blog un lugar de encuentro entre la fe y el mundo, algunas veces pecaré de escasa formación teológica, pero tal vez refleje mejor lo que nos sucede a los cristianos de a pie. Para enmendarme y rectificar mis errores confío en la sabiduría de los teólogos con quienes comparto espacio en religiondigital.

Pero volviendo al Cardenal resume muy bien la actual situación: “Vivimos en un mundo donde podemos creer sin pertenecer a nada y podemos pertenecer a algo sin creer”. A mi juicio que comparto con otros, presiento que se está imponiendo una configuración de la Unión Europea dejando al margen la religión, precisamente por el espinoso tema del respeto a la pluralidad. Los Gobiernos no quieren entrar en polémicas sobre una base espiritual unificada, y pasan directamente a propuestas laicistas basadas en los Derechos Humanos, como si estos por si mismo resolvieran todos los conflictos. Es cierto que es un avance, una unidad desde donde partir, pero no pueden dar la espalda a las grandes religiones que conviven conjuntamente. En ese sentido resultan esperanzadores los movimientos de la Santa Sede dentro de la diplomacia. La reunión de Benedicto XVI firmando una declaración conjunta con el Arzobispo ortodoxo Chirstodolus afirmando “que las religiones juegan un papel en la transmisión de la paz en el mundo, y no deben, de ninguna manera, ser hogares ni de la intolerancia ni de la violencia”. La visita a Turquía y los significativos movimientos de reconciliación con el Islam, muestran la buena voluntad del Vaticano que sabe abrirse hacia otros credos, partiendo de lo que une. Algo que no es tan frecuente desde otras culturas religiosas, más intransigentes para admitir otras religiones en sus territorios.

Queda pues, mucho camino por recorrer y dentro de cada país la problemática tomará perspectivas sui géneris, porque cada Nación responde desde sus propias peculiaridades.
En cada pueblo y ciudad sucederá otro tanto y se tendrá que converger hacia una convivencia integradota, si no queremos un futuro lleno de ghettos en nuestros barrios.


jueves, 21 de diciembre de 2006

De la Navidad a Invernalia

Mira que leo tonterías al día, son tantas y continuas que termino por tragármelas como verídicas. Y es que es imposible ir a las fuentes y contrastar opiniones, sin disponer de un montón de tiempo. Además, si de entrada la noticia no te cuela, pues para qué vas a molestarte. Pero en eso estamos. Internet es el ágora pública donde acudimos a quemar adrenalina y cotillear en modalidad cibernáutica. No se iban a llevar todos los méritos los programitas televisivos. Estamos en una nueva época donde las cosas van definiéndose lentamente, porque la técnica avanza que es una barbaridad y nos supera a todos. A mí me gustaría colgar algunos Power Point para los amigos. En eso nuestro compañero Nicolás de la Carrera es un verdadero manitas. Pero confieso que me faltan algunos cursos para llegar a ese nivel. Todo se andará.
A lo que iba, primero fueron las prohibiciones de llevar el velo en Francia; luego vino el espinoso asuntillo de sancionar a una empleada por llevar una cruz en un servicio público; después despotricamos sobre el burka y esas costumbres que traen consigo la savia joven del producto interior bruto con el que nos estamos nutriendo a base de cayucos y permisos de residencia tipo turista indefinido.
Hoy mis compañeros protestantes nos hablan de convertir la Navidad en Invernalia. EE.UU. y el Reino Unido barajan la posibilidad de cambiar el nombre a la Navidad para dejarla sin significación religiosa, no vayamos a ofender a todo el personal no cristiano. Así que ni cortos ni perezosos para no hundir el negocio y el consumismo, han decidido cambiar el nombre. Esto serán las vacaciones de invierno. Sin embargo lo curioso es ha surgido la colaboración islamo-cristiana para preservar la Navidad y que se respete su significado. Al parecer la paganización o el laicismo de Invernalia sólo satisface a los ateo quienes buscan cualquier excusa para suprimir el contenido religioso en todos los lugares públicos. Esto último lo digo yo, por una curiosa regla de tres, nada matemática pero bastante lógica. Y es que la Alianza de Civilizaciones tiene su vertiente laica presidida por quien ya sabemos, y su vertiente religiosa que empezó Juan Pablo II y ha proseguido Benedicto XVI.
El asunto no tiene desperdicio porque seguirá debatiéndose a fuerza de vivir situaciones nuevas y paradójicas. En mi caso este festival de Navidad celebraremos un baile africano con una alumna china, mientras que el baile chino tendrá una alumna africana. Estoy sobria, es un dato anecdótico de los muchos que van saliendo por ahí. De manera que cada uno que vaya arrimando el ascua a su sardina. Y a nosotros nos toca la interculturalidad, ínterreligiosidad y la tolerancia que no sea goleada general por ignorancia supina.
Viene bien que las familias se reúnan para algo más que una cena. De mayores recordamos las historias que nos contaron en nuestra infancia. La tradición de los cuentos populares tiene toda una vertiente oral junto a la lumbre en reunión familiar. Y esas cosas dejan un poso de herencia que conviene preservar. Yo asocio estas fechas con mis vacaciones infantiles y una película de Frank Capra: “Qué bello es vivir”. Pertenezco a la generación de la televisión, pero también he adquirido mi bagaje de relatos navideños, unos en los libros, otros en la familia. Y me niego a que esto se convierta en Invernalia. Al menos que no me cambien el nombre, porque la magia de los Reyes versión Harry Potter, ya me la conozco.

De la Navidad a Invernalia

Mira que leo tonterías al día, son tantas y continuas que termino por tragármelas como verídicas. Y es que es imposible ir a las fuentes y contrastar opiniones, sin disponer de un montón de tiempo. Además, si de entrada la noticia no te cuela, pues para qué vas a molestarte. Pero en eso estamos. Internet es el ágora pública donde acudimos a quemar adrenalina y cotillear en modalidad cibernáutica. No se iban a llevar todos los méritos los programitas televisivos. Estamos en una nueva época donde las cosas van definiéndose lentamente, porque la técnica avanza que es una barbaridad y nos supera a todos. A mí me gustaría colgar algunos Power Point para los amigos. En eso nuestro compañero Nicolás de la Carrera es un verdadero manitas. Pero confieso que me faltan algunos cursos para llegar a ese nivel. Todo se andará.
A lo que iba, primero fueron las prohibiciones de llevar el velo en Francia; luego vino el espinoso asuntillo de sancionar a una empleada por llevar una cruz en un servicio público; después despotricamos sobre el burka y esas costumbres que traen consigo la savia joven del producto interior bruto con el que nos estamos nutriendo a base de cayucos y permisos de residencia tipo turista indefinido.
Hoy mis compañeros protestantes nos hablan de convertir la Navidad en Invernalia. EE.UU. y el Reino Unido barajan la posibilidad de cambiar el nombre a la Navidad para dejarla sin significación religiosa, no vayamos a ofender a todo el personal no cristiano. Así que ni cortos ni perezosos para no hundir el negocio y el consumismo, han decidido cambiar el nombre. Esto serán las vacaciones de invierno. Sin embargo lo curioso es ha surgido la colaboración islamo-cristiana para preservar la Navidad y que se respete su significado. Al parecer la paganización o el laicismo de Invernalia sólo satisface a los ateo quienes buscan cualquier excusa para suprimir el contenido religioso en todos los lugares públicos. Esto último lo digo yo, por una curiosa regla de tres, nada matemática pero bastante lógica. Y es que la Alianza de Civilizaciones tiene su vertiente laica presidida por quien ya sabemos, y su vertiente religiosa que empezó Juan Pablo II y ha proseguido Benedicto XVI.
El asunto no tiene desperdicio porque seguirá debatiéndose a fuerza de vivir situaciones nuevas y paradójicas. En mi caso este festival de Navidad celebraremos un baile africano con una alumna china, mientras que el baile chino tendrá una alumna africana. Estoy sobria, es un dato anecdótico de los muchos que van saliendo por ahí. De manera que cada uno que vaya arrimando el ascua a su sardina. Y a nosotros nos toca la interculturalidad, ínterreligiosidad y la tolerancia que no sea goleada general por ignorancia supina.
Viene bien que las familias se reúnan para algo más que una cena. De mayores recordamos las historias que nos contaron en nuestra infancia. La tradición de los cuentos populares tiene toda una vertiente oral junto a la lumbre en reunión familiar. Y esas cosas dejan un poso de herencia que conviene preservar. Yo asocio estas fechas con mis vacaciones infantiles y una película de Frank Capra: “Qué bello es vivir”. Pertenezco a la generación de la televisión, pero también he adquirido mi bagaje de relatos navideños, unos en los libros, otros en la familia. Y me niego a que esto se convierta en Invernalia. Al menos que no me cambien el nombre, porque la magia de los Reyes versión Harry Potter, ya me la conozco.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Ande, ande, ande, que la Navidad no te espante


En estas fechas que estamos comenzando a vivir el preludio de la Navidad. Época de consumo familiar y opíparos manjares. No es posible determinar cuanto se gasta cada familia, sin faltar a la verdad. Porque cuando se hacen las estadísticas no se tiene en cuenta que unos apenas si pueden celebrarlo y otros, derrochan a manos llenas, con lo que el porcentaje estimado es más una patochada que otra cosa. Pero así y todo sirve, ya lo creo que sirve. De entrada para saber que sin dejar de comer o cenar, limitándonos a seguir un ritmo de vida normal, ahorraríamos unos cuantos euros que muy bien podrían utilizarse para construir un pozo de agua en África que abastezca a toda una población. Piénsenlo un poco, creo que fue Ghandi quien dijo “aquello que te sobra se lo has robado a los demás”. Ya saben, vamos a ir de atraco en atraco estas fechas, porque nos será prácticamente imposible vencer el consumismo, bien sea en regalos o en viandas.

Pues bien, de lo que se trata es de conmemorar la Natividad del Señor que sucedió en un establo, sin tener acomodo en ninguna posada, rodeado de la más absoluta pobreza. Y como testigos, unos simples pastores. No necesito recurrir a Internet para saber como se celebra una Navidad austera y en familia. Me lo contó mi madre, quien a su vez lo escuchó referir de la suya. Y les aconsejo que ustedes aprovechen para conocer esos datos de sus mayores. Nos podríamos remontar al momento previo a nuestra espantosa guerra civil.

Era una cena más, con algunos complementos que en aquellas fechas consistían en castañas asadas, boniatos y mazapanes, para dar un cierto grado de solemnidad a la fiesta. Luego se acudía a la misa del gallo, donde convergían todos los vecinos del pueblo. No había llegado la masificación a los poblados cercanos a las capitales, que hoy se han convertido en el cinturón económico de las mismas. No existían salidas a espectáculos, aunque seguramente los hubiera en la ciudad, pero no era costumbre frecuentarlos en aquellas fechas. Algo que se ha mantenido hasta la actualidad cuando en la Noche Buena toda la familia se reúne para cantar villancicos, sin necesidad de ser religiosos practicantes. Alguno habrá que abominará de los cánticos y tomando la potestad que le da ser padre o madre de familia, suprimirá la tradición. Pero conviene que se sepa a qué obedece ese folklore general de luces, cánticos y adornos.

¿Desde cuándo gozamos de estas Navidades consumistas?. Yo creo que fue a partir de la llegada de la televisión. Ya saben que estamos conmemorando los cincuentas años de la misma. Aunque realmente fue un poco más tarde cuando la tele entró como un electrodoméstico más al hogar. Porque en los primeros tiempos muchos se limitaban a ir a ver la televisión al bar o al casino más próximo, ya que nadie disponía de presupuesto para adquirir un bien que parecía de lujo. Llegaron entonces los pagos aplazados y el consumo se popularizó. Estamos ya en los felices setenta.

Muchos de los cambios acaecidos desde entonces se deben a la televisión: campañas Navideñas de regalos, productos gastronómico, abetos centroeuropeos que suprimieron al tradicional Belén, así como el simpático Santa Claus que viene en Navidad sin destronar a los Reyes que llegan un poco rezagados y apenas dejan disfrutar a los niños de sus juguetes.

En fin que la mayoría se adecua a los tiempos sin mayores problemas, aunque vendría bien ser más consecuentes con las creencias y dejarse de tanta zarandaja consumista. Pensemos un poco en los demás, las miles de personas que ni celebran ni celebrarán nunca la Navidad. Y recordemos a quienes hemos entrado en un nuevo año litúrgico con la llegada del Adviento, que debemos prepararnos no para consumir, sino para transformar nuestro interior.

Ande, ande, ande, que la Navidad no te espante


En estas fechas que estamos comenzando a vivir el preludio de la Navidad. Época de consumo familiar y opíparos manjares. No es posible determinar cuanto se gasta cada familia, sin faltar a la verdad. Porque cuando se hacen las estadísticas no se tiene en cuenta que unos apenas si pueden celebrarlo y otros, derrochan a manos llenas, con lo que el porcentaje estimado es más una patochada que otra cosa. Pero así y todo sirve, ya lo creo que sirve. De entrada para saber que sin dejar de comer o cenar, limitándonos a seguir un ritmo de vida normal, ahorraríamos unos cuantos euros que muy bien podrían utilizarse para construir un pozo de agua en África que abastezca a toda una población. Piénsenlo un poco, creo que fue Ghandi quien dijo “aquello que te sobra se lo has robado a los demás”. Ya saben, vamos a ir de atraco en atraco estas fechas, porque nos será prácticamente imposible vencer el consumismo, bien sea en regalos o en viandas.

Pues bien, de lo que se trata es de conmemorar la Natividad del Señor que sucedió en un establo, sin tener acomodo en ninguna posada, rodeado de la más absoluta pobreza. Y como testigos, unos simples pastores. No necesito recurrir a Internet para saber como se celebra una Navidad austera y en familia. Me lo contó mi madre, quien a su vez lo escuchó referir de la suya. Y les aconsejo que ustedes aprovechen para conocer esos datos de sus mayores. Nos podríamos remontar al momento previo a nuestra espantosa guerra civil.

Era una cena más, con algunos complementos que en aquellas fechas consistían en castañas asadas, boniatos y mazapanes, para dar un cierto grado de solemnidad a la fiesta. Luego se acudía a la misa del gallo, donde convergían todos los vecinos del pueblo. No había llegado la masificación a los poblados cercanos a las capitales, que hoy se han convertido en el cinturón económico de las mismas. No existían salidas a espectáculos, aunque seguramente los hubiera en la ciudad, pero no era costumbre frecuentarlos en aquellas fechas. Algo que se ha mantenido hasta la actualidad cuando en la Noche Buena toda la familia se reúne para cantar villancicos, sin necesidad de ser religiosos practicantes. Alguno habrá que abominará de los cánticos y tomando la potestad que le da ser padre o madre de familia, suprimirá la tradición. Pero conviene que se sepa a qué obedece ese folklore general de luces, cánticos y adornos.

¿Desde cuándo gozamos de estas Navidades consumistas?. Yo creo que fue a partir de la llegada de la televisión. Ya saben que estamos conmemorando los cincuentas años de la misma. Aunque realmente fue un poco más tarde cuando la tele entró como un electrodoméstico más al hogar. Porque en los primeros tiempos muchos se limitaban a ir a ver la televisión al bar o al casino más próximo, ya que nadie disponía de presupuesto para adquirir un bien que parecía de lujo. Llegaron entonces los pagos aplazados y el consumo se popularizó. Estamos ya en los felices setenta.

Muchos de los cambios acaecidos desde entonces se deben a la televisión: campañas Navideñas de regalos, productos gastronómico, abetos centroeuropeos que suprimieron al tradicional Belén, así como el simpático Santa Claus que viene en Navidad sin destronar a los Reyes que llegan un poco rezagados y apenas dejan disfrutar a los niños de sus juguetes.

En fin que la mayoría se adecua a los tiempos sin mayores problemas, aunque vendría bien ser más consecuentes con las creencias y dejarse de tanta zarandaja consumista. Pensemos un poco en los demás, las miles de personas que ni celebran ni celebrarán nunca la Navidad. Y recordemos a quienes hemos entrado en un nuevo año litúrgico con la llegada del Adviento, que debemos prepararnos no para consumir, sino para transformar nuestro interior.

sábado, 9 de diciembre de 2006

Los fantasmas de Goya



He visto la pesadilla que han dado en titular los Fantasmas de Goya. Una película montada alrededor del pintor español con una trama absolutamente ridícula. Hay que reconocer su buena fotografía, la calidad interpretativa e incluso la banda sonora. Podría ser una película muy digna, si no estuviera realizada con el exclusivo interés de atacar a la Iglesia. La imagen de ésta queda completamente deteriorada en la cinta. Una España negra, llena de fanatismo religioso, donde la monarquía se dedica a la caza con una total abulia hacia los temas de Estado.

Me parece un guión forzado en el cuál, Milos Forman y Jean-Claude Carriere han fabricado una historia inverosímil con objeto de destacar más la leyenda negra de la Inquisición. Si la tortura allí llamada “someter a cuestión”, se practicaba con aquella impunidad, sin que el dinero o el poder del propio Rey pudieran hacer nada. Sólo le bastaba añadir una injusta condena para que el maquiavelismo haga el resto. A la joven protagonista Natalie Portman, la someten a toda suerte de tropelías que, eso sí, le sirven para demostrar su talento como actriz. En cuanto al papel de Javier Bardem, le ofrece a nuestro actor la oportunidad de desarrollar una impecable interpretación, en la piel de un religioso ilustrado y amante del arte, capaz de cualquier cosa por medrar en su carrera eclesiástica.

Milos Forman dirige con acierto, pero la historia no se sostiene por sí misma. Los fantasmas de Goya podrían haber aludido a su época más oscura como pintor, sin embargo están relacionados con la historia de la joven. En el colmo de lo rocambolesco los grabados del pintor pasan de soslayo por manos de la Inquisición, mientras Natalie Portman es acusada de un delito imaginario.

En una película de Goya llama la atención la ausencia de la Duquesa de Alba, no se sabe bien si por ello han querido añadir el dato pintoresco: el hijo de la actual duquesa, Cayetano, aparece en un blanco corcel como el duque de Wellington. Se habrá visto mayor despropósito.

Los fantasmas de Goya



He visto la pesadilla que han dado en titular los Fantasmas de Goya. Una película montada alrededor del pintor español con una trama absolutamente ridícula. Hay que reconocer su buena fotografía, la calidad interpretativa e incluso la banda sonora. Podría ser una película muy digna, si no estuviera realizada con el exclusivo interés de atacar a la Iglesia. La imagen de ésta queda completamente deteriorada en la cinta. Una España negra, llena de fanatismo religioso, donde la monarquía se dedica a la caza con una total abulia hacia los temas de Estado.

Me parece un guión forzado en el cuál, Milos Forman y Jean-Claude Carriere han fabricado una historia inverosímil con objeto de destacar más la leyenda negra de la Inquisición. Si la tortura allí llamada “someter a cuestión”, se practicaba con aquella impunidad, sin que el dinero o el poder del propio Rey pudieran hacer nada. Sólo le bastaba añadir una injusta condena para que el maquiavelismo haga el resto. A la joven protagonista Natalie Portman, la someten a toda suerte de tropelías que, eso sí, le sirven para demostrar su talento como actriz. En cuanto al papel de Javier Bardem, le ofrece a nuestro actor la oportunidad de desarrollar una impecable interpretación, en la piel de un religioso ilustrado y amante del arte, capaz de cualquier cosa por medrar en su carrera eclesiástica.

Milos Forman dirige con acierto, pero la historia no se sostiene por sí misma. Los fantasmas de Goya podrían haber aludido a su época más oscura como pintor, sin embargo están relacionados con la historia de la joven. En el colmo de lo rocambolesco los grabados del pintor pasan de soslayo por manos de la Inquisición, mientras Natalie Portman es acusada de un delito imaginario.

En una película de Goya llama la atención la ausencia de la Duquesa de Alba, no se sabe bien si por ello han querido añadir el dato pintoresco: el hijo de la actual duquesa, Cayetano, aparece en un blanco corcel como el duque de Wellington. Se habrá visto mayor despropósito.

sábado, 2 de diciembre de 2006

Pues eso de las encuentas no está claro



No parece que las encuestas tengan más importancia que la de dar conversación en tertulias de café. A tenor de los resultados ante algunos vaticinios, empiezo a pensar que son más bien inútiles. De momento este blog, que para algunos podrá considerarse marginal, sigue creciendo en número de visitas. Algo bastante paradójico si tenemos en cuenta el escaso prestigio que proclaman las encuestas y lo mal que están las Iglesias de fieles. Aunque seamos pocos, yo creo que vamos empezando a hacer ruido. Porque cuando tosemos algunos aprovechan para hablar de las dos Españas. Que ya hay que tener mala idea. No hay dos Españas, lo nuestro es un popurrí de tomo y lomo. Por eso asociar catolicismo con un partido concreto, a quien más perjudica es a ese partido. Y encima fastidia a quienes no tenemos cuota de militancia en ninguno.

La estrategia de vender la progresía, la bonanza económica y el liderazgo de supuestas Alianzas, parece que no da el fruto deseado. Y es que para mí que los españoles no somos tan tontos como algunos pretenden. El engaño no va a durar legislatura tras legislatura, aunque ese sea el propósito.

Por lo pronto ya no gozamos fuera del glamour que nos adornó en otros periodos. Nos critican por las formas y por el tono. Algo que va de mal a peor desde que la libertad explotó como una botella de champán, derramándose por el suelo. Todo parecía justificado en nombre de esa sacrosanta palabra. Pues bien, libertad de expresión, no es lo mismo que mal gusto, vocabulario soez, pérdida de modales y opiniones mediatizadas. Pero la progresía se vendió con música incluida “¿A quién le importa lo que yo diga?” proclamaba Alaska en los ochenta, a los papás de ahora. Resultado, no tener claro el concepto de libertad, confundir el culo con las témporas y mal criar a los hijos que se les suben por las paredes sin que ellos sepan como evitarlo. No todo el mundo es así, pero ya que vamos de generalizaciones, pongamos por caso que no hay tiempo material para dedicarlo a los hijos.

Ahora, retomamos pedagogías del pasado, es decir buscamos superar la tendencia permisiva que se había confundido con la tolerancia, admitiendo que ambos conceptos tratan de temas diferentes. Hasta el mismo Gobierno desea devolver la autoridad a los maestros, a ver si consiguen frenar el vandalismo en las aulas. Se apuesta por una asignatura que eduque y siguen olvidando que la familia es la célula principal de la sociedad. No es que sean las palabras del Papa, sino la misma historia de la humanidad. Si la familia está enferma, toda la sociedad lo estará en el futuro.

A las cosas hay que llamarlas lo que son, el padre o la madre no es el coleguilla de sus hijos, como tampoco lo puede ser el profesor. Querer ponernos a todos al mismo nivel es confundir a quienes todavía no tienen claras las referencias y los límites. Ahí tenemos los resultados. Hay una alarma social respecto a la violencia en las aulas, como la hay con la violencia de género.

Y digo yo que intentar construir una sociedad sin referentes éticos claros, es la peor de las apuestas para el futuro. ¿Pero cómo evitarlo?. Si lo que cuenta es el tener más que el ser. Si las profesiones adquieren su prestigio según el ingreso de final de mes. Si vale más medrar que ser un buen profesional. ¿De qué vamos quejándonos?.

Pues eso de las encuentas no está claro



No parece que las encuestas tengan más importancia que la de dar conversación en tertulias de café. A tenor de los resultados ante algunos vaticinios, empiezo a pensar que son más bien inútiles. De momento este blog, que para algunos podrá considerarse marginal, sigue creciendo en número de visitas. Algo bastante paradójico si tenemos en cuenta el escaso prestigio que proclaman las encuestas y lo mal que están las Iglesias de fieles. Aunque seamos pocos, yo creo que vamos empezando a hacer ruido. Porque cuando tosemos algunos aprovechan para hablar de las dos Españas. Que ya hay que tener mala idea. No hay dos Españas, lo nuestro es un popurrí de tomo y lomo. Por eso asociar catolicismo con un partido concreto, a quien más perjudica es a ese partido. Y encima fastidia a quienes no tenemos cuota de militancia en ninguno.

La estrategia de vender la progresía, la bonanza económica y el liderazgo de supuestas Alianzas, parece que no da el fruto deseado. Y es que para mí que los españoles no somos tan tontos como algunos pretenden. El engaño no va a durar legislatura tras legislatura, aunque ese sea el propósito.

Por lo pronto ya no gozamos fuera del glamour que nos adornó en otros periodos. Nos critican por las formas y por el tono. Algo que va de mal a peor desde que la libertad explotó como una botella de champán, derramándose por el suelo. Todo parecía justificado en nombre de esa sacrosanta palabra. Pues bien, libertad de expresión, no es lo mismo que mal gusto, vocabulario soez, pérdida de modales y opiniones mediatizadas. Pero la progresía se vendió con música incluida “¿A quién le importa lo que yo diga?” proclamaba Alaska en los ochenta, a los papás de ahora. Resultado, no tener claro el concepto de libertad, confundir el culo con las témporas y mal criar a los hijos que se les suben por las paredes sin que ellos sepan como evitarlo. No todo el mundo es así, pero ya que vamos de generalizaciones, pongamos por caso que no hay tiempo material para dedicarlo a los hijos.

Ahora, retomamos pedagogías del pasado, es decir buscamos superar la tendencia permisiva que se había confundido con la tolerancia, admitiendo que ambos conceptos tratan de temas diferentes. Hasta el mismo Gobierno desea devolver la autoridad a los maestros, a ver si consiguen frenar el vandalismo en las aulas. Se apuesta por una asignatura que eduque y siguen olvidando que la familia es la célula principal de la sociedad. No es que sean las palabras del Papa, sino la misma historia de la humanidad. Si la familia está enferma, toda la sociedad lo estará en el futuro.

A las cosas hay que llamarlas lo que son, el padre o la madre no es el coleguilla de sus hijos, como tampoco lo puede ser el profesor. Querer ponernos a todos al mismo nivel es confundir a quienes todavía no tienen claras las referencias y los límites. Ahí tenemos los resultados. Hay una alarma social respecto a la violencia en las aulas, como la hay con la violencia de género.

Y digo yo que intentar construir una sociedad sin referentes éticos claros, es la peor de las apuestas para el futuro. ¿Pero cómo evitarlo?. Si lo que cuenta es el tener más que el ser. Si las profesiones adquieren su prestigio según el ingreso de final de mes. Si vale más medrar que ser un buen profesional. ¿De qué vamos quejándonos?.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Somos líderes en Europa

Termino de descubrir que soy una reaccionaria. Han caído cuatro gotas, mi colegio se ha llenado de goteras, ipso facto me ha venido una revelación, ya no soy progresista. No estoy de acuerdo con un sistema educativo que rechaza cualquier tipo de esfuerzo. Nos acoplamos tanto a la diversidad que terminamos por no tener objetivos claros. Veo como alumnos de diez años acobardan a una compañera y que ésta, excelente profesional, es cuestionada por las madres de sus retoños. Todo con tal de no admitir que sus hijos están desmadrados, nunca mejor dicho. Jamás se tuvo tanto interés por la educación como tenemos ahora, cuando llega cualquier partido al poder lo primero que modifica es la educación. A algunos el tema les pilló de refilón y les desmontaron el tinglado. Y aquí seguimos con el fracaso escolar más sonado de Europa. Claro que también somos líderes en el aborto ilegal y encima siempre nos enteramos por la prensa extranjera de todos nuestros records. Ahí tienen a Putin que restriega en nuestra cara la corrupción y quien esté libre de pecado que eche la primera piedra. Y ahí seguimos, la primera nación europea en avalancha de inmigrantes. Cum laudem en interculturalidad con el primer libro de religión islámica publicado por una editorial católica. Máster en resolución de conflictos territoriales, con presencia de terrorista en el Parlamento Europeo, etc., etc., etc.

¿Por qué digo que soy reaccionaria?, pues porque creo que hay que reaccionar. Con independencia de por donde se escore la nave, tengo la sensación de que andamos a la deriva. Nunca hemos tenido tanta violencia escolar, tanta desfachatez cultural, tanto snobismo consumista que nos hace adoptar tradiciones foráneas como Halloween, que encima nadie sabe a cuento de qué ha venido. Ni si es propia de una tradición pagana o el carnaval del otoño para entonar el cuerpo. Y es que como siempre andamos de fiesta pues lo que vale es apuntarse, que luego ya vendrán las explicaciones, todas muy contextualizadas para que resulte más pedagógico.

¿Es que no ven mi reacción?. ¡Corcho, que cualquier día somos portada en Europa por ser los primeros en violencia doméstica!. Mientras, como si nada, venga parques temáticos, Expos que dan glamour, villas olímpicas, copas con vela y sin vela. Una gozada de país. ¡Porras, me olvido de que el puzzle va en aumento!, mentar país es despertar los traumas históricos de las nacionalidades. Y como nadie quiere ser de segunda división ahí está León apuntándose al autogobierno, Andalucía aplaudiendo su estatuto, Extremadura ensalzando a Pizarro para que quede claro su derecho sobre las tierras de América. Igual me he pasado un pelín. Otro día les cuento todo lo positivo destacado en caracteres góticos, pero hoy es que está nublado y llueve en mi ciudad. ¿Entiende mi morriña?

Somos líderes en Europa

Termino de descubrir que soy una reaccionaria. Han caído cuatro gotas, mi colegio se ha llenado de goteras, ipso facto me ha venido una revelación, ya no soy progresista. No estoy de acuerdo con un sistema educativo que rechaza cualquier tipo de esfuerzo. Nos acoplamos tanto a la diversidad que terminamos por no tener objetivos claros. Veo como alumnos de diez años acobardan a una compañera y que ésta, excelente profesional, es cuestionada por las madres de sus retoños. Todo con tal de no admitir que sus hijos están desmadrados, nunca mejor dicho. Jamás se tuvo tanto interés por la educación como tenemos ahora, cuando llega cualquier partido al poder lo primero que modifica es la educación. A algunos el tema les pilló de refilón y les desmontaron el tinglado. Y aquí seguimos con el fracaso escolar más sonado de Europa. Claro que también somos líderes en el aborto ilegal y encima siempre nos enteramos por la prensa extranjera de todos nuestros records. Ahí tienen a Putin que restriega en nuestra cara la corrupción y quien esté libre de pecado que eche la primera piedra. Y ahí seguimos, la primera nación europea en avalancha de inmigrantes. Cum laudem en interculturalidad con el primer libro de religión islámica publicado por una editorial católica. Máster en resolución de conflictos territoriales, con presencia de terrorista en el Parlamento Europeo, etc., etc., etc.

¿Por qué digo que soy reaccionaria?, pues porque creo que hay que reaccionar. Con independencia de por donde se escore la nave, tengo la sensación de que andamos a la deriva. Nunca hemos tenido tanta violencia escolar, tanta desfachatez cultural, tanto snobismo consumista que nos hace adoptar tradiciones foráneas como Halloween, que encima nadie sabe a cuento de qué ha venido. Ni si es propia de una tradición pagana o el carnaval del otoño para entonar el cuerpo. Y es que como siempre andamos de fiesta pues lo que vale es apuntarse, que luego ya vendrán las explicaciones, todas muy contextualizadas para que resulte más pedagógico.

¿Es que no ven mi reacción?. ¡Corcho, que cualquier día somos portada en Europa por ser los primeros en violencia doméstica!. Mientras, como si nada, venga parques temáticos, Expos que dan glamour, villas olímpicas, copas con vela y sin vela. Una gozada de país. ¡Porras, me olvido de que el puzzle va en aumento!, mentar país es despertar los traumas históricos de las nacionalidades. Y como nadie quiere ser de segunda división ahí está León apuntándose al autogobierno, Andalucía aplaudiendo su estatuto, Extremadura ensalzando a Pizarro para que quede claro su derecho sobre las tierras de América. Igual me he pasado un pelín. Otro día les cuento todo lo positivo destacado en caracteres góticos, pero hoy es que está nublado y llueve en mi ciudad. ¿Entiende mi morriña?

viernes, 17 de noviembre de 2006

Holanda va a prohibir el burka y yo apruebo la prohibición

La interculturalidad es ya una realidad, algo que sólo sucedía en las grandes capitales, forma parte ahora de nuestra vida cotidiana. Vamos a tener que replantear muchas cosas a partir de esa nueva coyuntura. Pongamos por caso el problema del velo en las escuelas, algo equiparable a la prohibición de llevar símbolos religiosos en determinadas compañías de aviación. Recordarán el caso del aeropuerto británico. Y es que hay situaciones que van rozando lo grotesco, pero forman parte de esta nueva realidad a la que todos nos vamos adaptando. Una cosa es los símbolos religiosos, otra bastante más diferente las costumbres de origen.

El gobierno Holandés, va a prohibir el burka. Pues miren a mí me parece ideal. Si alguien quiere vejar a la mujer hasta ensañarse con ella, debe saber que no le está permitido en un país democrático, occidental y europeo. Hay costumbres que no pueden ser exportables, por mucho que deseemos respetar la pluralidad religiosa. Si cedemos frente a esas imposiciones podremos llegar a admitir la lapidación porque ciudadanos de determinados países mantienen semejantes lindezas con sus parientas. Puesto a seguir con la pluralidad cultural, étnica y religiosa, tendremos que admitir la poligamia como una costumbre ancestral de determinados países. Una cosa es que la inmigración nos permita una mayor riqueza cultural y otra, bastante más diferente, que debamos admitir sus costumbres al margen de la legislación en vigor. No sé si me explico. Todo tiene que tener un límite y a este paso vamos confundiendo las cosas de manera que nadie sabe ya donde se encuentra la frontera entre lo permitido y lo permisivo, a falta de saber que es lo prohibido.

Lo que sí que destaca es la imposición en determinados países orientales, en nombre de su fe y seguramente como pose para manifestar su oposición a occidente. Ahí están nuestras reporteras cubriéndose con velo porque lo exige la ley de ese país. Pues bien, nuestras leyes no permiten según qué cosas. Por muy liberales y tolerantes que deseemos ser, quede claro que aquí no se puede pactar un matrimonio entre parientes. Tampoco está permitida la ablación del clítoris y si no está tipificado como delito que vayan pensando en hacerlo, porque dentro de poco van a tener muchos casos sui géneris.

Por lo pronto en algunos centros escolares va resultando paradójico celebrar un festival de Navidad con la mitad de sus escolares musulmanes, pero como ahí no termina la cosa y los hay de otras latitudes, se está creando el Festival de Mundo-visión, un popurrí muy bonito que enseña la variedad étnica y cultural, para que los foráneos entiendan a cuento de qué vienen tantos días de fiesta, tantas luces, regalos, adornos y zascandileos. Y no hay ningún problema porque a la fiesta, lo que es la fiesta, se apunta todo dios. Otra cosa más seria son los delitos de honor. Eso que algunos practican y que aquí se denomina violencia de género. No sé si en esos casos cuenta la causa atenuante o el agravio comparativo. Más de un juez debe andar con la azotea liada. Pero ustedes no se preocupen que en esos casos el factor tiempo siempre juega a su favor.

Por lo pronto hemos entrado en la cocina internacional. El otro día me comí una fajita, en el comedor escolar. Típico mejicano, bueno y sabrosón. Me falta un Arguiñano en la tele para popularizar los platos de Colombia, Ecuador, Senegal, etc. Tampoco veo mucho la tele, así que igual algún avispado ya ha cogido la idea. Nada como la comida para hermanar a la gente. Ahí tienen a Obiang cenando con el Rey. Y a los empresarios cerrando sus negocios en los restaurantes. Así que buen apetito y salud.

Como el post me ha salido en plan visceral, tendré que matizar que apruebo todas las mezclas venidas y por venir. Así se hizo Europa con romanos, árabes, vándalos, etc. Es ley de vida aunque resulte sorprendente en este siglo XXI lleno de técnica y glamour. No creo que vaya a ser Eurabia, aunque probablemente se creen barrios llamados morerias, ya se sabe que la gente se agrupa por afinidades y ahí nada que reprochar.

Holanda va a prohibir el burka y yo apruebo la prohibición

La interculturalidad es ya una realidad, algo que sólo sucedía en las grandes capitales, forma parte ahora de nuestra vida cotidiana. Vamos a tener que replantear muchas cosas a partir de esa nueva coyuntura. Pongamos por caso el problema del velo en las escuelas, algo equiparable a la prohibición de llevar símbolos religiosos en determinadas compañías de aviación. Recordarán el caso del aeropuerto británico. Y es que hay situaciones que van rozando lo grotesco, pero forman parte de esta nueva realidad a la que todos nos vamos adaptando. Una cosa es los símbolos religiosos, otra bastante más diferente las costumbres de origen.

El gobierno Holandés, va a prohibir el burka. Pues miren a mí me parece ideal. Si alguien quiere vejar a la mujer hasta ensañarse con ella, debe saber que no le está permitido en un país democrático, occidental y europeo. Hay costumbres que no pueden ser exportables, por mucho que deseemos respetar la pluralidad religiosa. Si cedemos frente a esas imposiciones podremos llegar a admitir la lapidación porque ciudadanos de determinados países mantienen semejantes lindezas con sus parientas. Puesto a seguir con la pluralidad cultural, étnica y religiosa, tendremos que admitir la poligamia como una costumbre ancestral de determinados países. Una cosa es que la inmigración nos permita una mayor riqueza cultural y otra, bastante más diferente, que debamos admitir sus costumbres al margen de la legislación en vigor. No sé si me explico. Todo tiene que tener un límite y a este paso vamos confundiendo las cosas de manera que nadie sabe ya donde se encuentra la frontera entre lo permitido y lo permisivo, a falta de saber que es lo prohibido.

Lo que sí que destaca es la imposición en determinados países orientales, en nombre de su fe y seguramente como pose para manifestar su oposición a occidente. Ahí están nuestras reporteras cubriéndose con velo porque lo exige la ley de ese país. Pues bien, nuestras leyes no permiten según qué cosas. Por muy liberales y tolerantes que deseemos ser, quede claro que aquí no se puede pactar un matrimonio entre parientes. Tampoco está permitida la ablación del clítoris y si no está tipificado como delito que vayan pensando en hacerlo, porque dentro de poco van a tener muchos casos sui géneris.

Por lo pronto en algunos centros escolares va resultando paradójico celebrar un festival de Navidad con la mitad de sus escolares musulmanes, pero como ahí no termina la cosa y los hay de otras latitudes, se está creando el Festival de Mundo-visión, un popurrí muy bonito que enseña la variedad étnica y cultural, para que los foráneos entiendan a cuento de qué vienen tantos días de fiesta, tantas luces, regalos, adornos y zascandileos. Y no hay ningún problema porque a la fiesta, lo que es la fiesta, se apunta todo dios. Otra cosa más seria son los delitos de honor. Eso que algunos practican y que aquí se denomina violencia de género. No sé si en esos casos cuenta la causa atenuante o el agravio comparativo. Más de un juez debe andar con la azotea liada. Pero ustedes no se preocupen que en esos casos el factor tiempo siempre juega a su favor.

Por lo pronto hemos entrado en la cocina internacional. El otro día me comí una fajita, en el comedor escolar. Típico mejicano, bueno y sabrosón. Me falta un Arguiñano en la tele para popularizar los platos de Colombia, Ecuador, Senegal, etc. Tampoco veo mucho la tele, así que igual algún avispado ya ha cogido la idea. Nada como la comida para hermanar a la gente. Ahí tienen a Obiang cenando con el Rey. Y a los empresarios cerrando sus negocios en los restaurantes. Así que buen apetito y salud.

Como el post me ha salido en plan visceral, tendré que matizar que apruebo todas las mezclas venidas y por venir. Así se hizo Europa con romanos, árabes, vándalos, etc. Es ley de vida aunque resulte sorprendente en este siglo XXI lleno de técnica y glamour. No creo que vaya a ser Eurabia, aunque probablemente se creen barrios llamados morerias, ya se sabe que la gente se agrupa por afinidades y ahí nada que reprochar.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Nos quieren de florero


He realizado el maratón virtual correspondiente. Justo lo necesario para desinformarme de la información del día. Un poco “cansino” si que resulta. Pero te ahorras unos cuantos euros y tienes acceso a todos los medios de comunicación. Luego está lo de visitar blogs interesantes. Conoces algunos que vas añadiendo a favoritos. Resulta que cuando tienes un buen puñado, hay que abrir carpetas temáticas para ubicarlos. Es algo parecido a la zona blogs que tenía el formato anterior de periodistadigital. Se va llenando, se va llenando y hay que recurrir al abecedario para poner un poco de orden, o te vuelves “majareta” buscando. A eso hay que añadir la compra, la plancha, la comida, los amigos, el trabajo. Cuando quieres darte cuenta es la hora de la cena, más tarde te envuelves entre las sábanas con la satisfacción de haber llenado una nueva jornada. ¡Por Dios, me olvidaba de los niños!. Qué despiste el mío.

Hablando en serio, ¿a quién le importa la mujer cuota?. A mí me viene justo para dormir siete horas. No sé como se apañan las Sras. Ministras, ni los Sres. Ministros, ni ganas de enterarme. Lo que sí tengo claro es que nadie quiere un cargo por su cara bonita, a no ser que la tenga muy dura. Claro, que hombres floreros también he visto alguno, firman y se van. El resto lo ponen las sufridas secretarias. Perdón, también hay secretarios, pero no salen en las ofertas de empleo.

Pues ahí están los varones devanándose los sesos con el tema. No vayan a perder su cuota de rigor. Y es que eso del feminismo ya se sabe, empiezan por pedir el voto y luego viene todo lo demás. Va a resultar que toda mujer trabajadora está en el cargo por lo de la cuota. ¡Anda ya!. Ahora viene lo del agravio comparativo. Que sí, que ya me lo sé. Las mujeres son becadas por ser mujeres. ¿No lo sabían?. Pero mira por donde es un tema estadístico, hay más mujeres que hombres estudiando, cuestión matemática. ¿Verdad que fastidia?.

Pues imagen la historia al revés: mundo de mujeres en el poder, hombres en casa fregando platos. ¿A que no cuela?. Vayamos un poco más lejos, goteo diario de víctimas varones asesinados por sus respectivas. ¿No hay manera, verdad?. Sigan pensando. ¿Qué debió sentir la primera mujer que llegó a un cargo reservado hasta entonces a varones?. Viajen un poco, ruta del Islam.... perdonen que no les acompañe.

Sin embargo he llegado a leer tan claros argumentos sobre la discriminación a los varones que no puedo aceptar la ley de género, ni las cuotas, ni nada de nada. Pero sigo declarándome feminista, siempre que se entienda como lo define el diccionario: Doctrina social que tiende a conceder a la mujer derechos reservados hasta ahora a los hombres. Mejor que revisen el término: derechos y deberes reservados hasta ahora a los hombres.

¿Por qué será que todavía se nos considera en algunos lugares como menores de edad?. ¿No habría que reinterpretar la historia para que en el futuro no se hable de machismo y feminismo?. El hombre y la mujer están obligados a entenderse. Los logros del feminismo no se han debido exclusivamente a las mujeres, sino también a los hombres que entendieron la tremenda injusticia a la que la mujer había sido sometida. Sólo desde esa fina sensibilidad de unos con otros se ha ido construyendo esta nueva sociedad. Cada vez son menos los hombres que exigen a la mujer que no trabaje y que se dedique a ser la sirvienta de su señor. Rebelarse contra la opresión siempre ha llevado a un baño de sangre. El goteo diario de víctimas de la violencia de género tiene muchas causas pero la principal es la injusticia porque en el respeto y el amor mutuo nunca hay violencia. No olvidemos que también hay una sutil línea de violencia psicológica del varón hacia la mujer, en la prepotencia de normas que la excluyen de los centros de decisión.

Nos quieren de florero


He realizado el maratón virtual correspondiente. Justo lo necesario para desinformarme de la información del día. Un poco “cansino” si que resulta. Pero te ahorras unos cuantos euros y tienes acceso a todos los medios de comunicación. Luego está lo de visitar blogs interesantes. Conoces algunos que vas añadiendo a favoritos. Resulta que cuando tienes un buen puñado, hay que abrir carpetas temáticas para ubicarlos. Es algo parecido a la zona blogs que tenía el formato anterior de periodistadigital. Se va llenando, se va llenando y hay que recurrir al abecedario para poner un poco de orden, o te vuelves “majareta” buscando. A eso hay que añadir la compra, la plancha, la comida, los amigos, el trabajo. Cuando quieres darte cuenta es la hora de la cena, más tarde te envuelves entre las sábanas con la satisfacción de haber llenado una nueva jornada. ¡Por Dios, me olvidaba de los niños!. Qué despiste el mío.

Hablando en serio, ¿a quién le importa la mujer cuota?. A mí me viene justo para dormir siete horas. No sé como se apañan las Sras. Ministras, ni los Sres. Ministros, ni ganas de enterarme. Lo que sí tengo claro es que nadie quiere un cargo por su cara bonita, a no ser que la tenga muy dura. Claro, que hombres floreros también he visto alguno, firman y se van. El resto lo ponen las sufridas secretarias. Perdón, también hay secretarios, pero no salen en las ofertas de empleo.

Pues ahí están los varones devanándose los sesos con el tema. No vayan a perder su cuota de rigor. Y es que eso del feminismo ya se sabe, empiezan por pedir el voto y luego viene todo lo demás. Va a resultar que toda mujer trabajadora está en el cargo por lo de la cuota. ¡Anda ya!. Ahora viene lo del agravio comparativo. Que sí, que ya me lo sé. Las mujeres son becadas por ser mujeres. ¿No lo sabían?. Pero mira por donde es un tema estadístico, hay más mujeres que hombres estudiando, cuestión matemática. ¿Verdad que fastidia?.

Pues imagen la historia al revés: mundo de mujeres en el poder, hombres en casa fregando platos. ¿A que no cuela?. Vayamos un poco más lejos, goteo diario de víctimas varones asesinados por sus respectivas. ¿No hay manera, verdad?. Sigan pensando. ¿Qué debió sentir la primera mujer que llegó a un cargo reservado hasta entonces a varones?. Viajen un poco, ruta del Islam.... perdonen que no les acompañe.

Sin embargo he llegado a leer tan claros argumentos sobre la discriminación a los varones que no puedo aceptar la ley de género, ni las cuotas, ni nada de nada. Pero sigo declarándome feminista, siempre que se entienda como lo define el diccionario: Doctrina social que tiende a conceder a la mujer derechos reservados hasta ahora a los hombres. Mejor que revisen el término: derechos y deberes reservados hasta ahora a los hombres.

¿Por qué será que todavía se nos considera en algunos lugares como menores de edad?. ¿No habría que reinterpretar la historia para que en el futuro no se hable de machismo y feminismo?. El hombre y la mujer están obligados a entenderse. Los logros del feminismo no se han debido exclusivamente a las mujeres, sino también a los hombres que entendieron la tremenda injusticia a la que la mujer había sido sometida. Sólo desde esa fina sensibilidad de unos con otros se ha ido construyendo esta nueva sociedad. Cada vez son menos los hombres que exigen a la mujer que no trabaje y que se dedique a ser la sirvienta de su señor. Rebelarse contra la opresión siempre ha llevado a un baño de sangre. El goteo diario de víctimas de la violencia de género tiene muchas causas pero la principal es la injusticia porque en el respeto y el amor mutuo nunca hay violencia. No olvidemos que también hay una sutil línea de violencia psicológica del varón hacia la mujer, en la prepotencia de normas que la excluyen de los centros de decisión.

martes, 31 de octubre de 2006

La dictadura de la opinión común

En un artículo en otro blog apuntaba que el pulsímetro de las preguntas que realizan algunos medios, constituía una información privilegiada. De alguna manera se podía prever el grado de aceptación de determinadas decisiones por parte de nuestros gobernantes. Si alguien tiene a bien preguntarme suelo responder. Pero no siempre hago caso de las encuestas de opinión, de ello deduzco que a otros puede sucederles lo mismo. En estos momentos pienso en las famosas encuestas que nadie sabe bien como se realizan y de cuyos resultados siempre sospechamos.

La cuestión es, ¿el futuro de cualquier país dependerá de las encuestas?. Si consultamos los medios el resultado parece confabulador. ¿Son todos los que están, están todos los que son?. ¡Vete a saber!. Sin embargo “la dictadura de la opinión común” maneja los hilos de televisiones, emisoras, periódicos y sospecho que también es origen de algunas propuestas del gobierno. No se espanten, vivimos en democracia, eso también significa pluralidad. El poder necesita saber donde dirigir sus zarpas, y ahí es donde viene bien echar mano de las encuestas y de los pulsímetros de opinión.

A estas alturas deben estar preguntándose en el origen de ese nuevo término que alguien ha dado en llamar “dictadura de la opinión común”. Por más que a mí lo de común me suene fatal, la cosa parece estar montada así. Lo dice la mayoría, pues venga, eso es lo que hay que hacer. La cuestión es la siguiente, ¿es buena la mayoría, está equivocada, debo someterme a ella, coincide con mis criterios morales?. Hitler ganó unas elecciones, fue elegido democráticamente, y no por eso dejó de ser un tirano. Los resultados son de sobra conocidos. El holocausto les parecía una solución natural. Resulta monstruoso, pero fue así como se llegó a eliminar a millares de seres humanos.

Considero que soy una ciudadana de a pie, por lo tanto común y eso se adhiere como la polución a los pulmones, mientras pasa por el proceso de inspiración y espiración, se convierte en algo consustancial. Esa es mi zona, la de la mayoría de ciudadanos, que siguen perplejos las luchas mediáticas de cualquier tipo de poder.
Piensen un poco en la relación que se establece en el trabajo, siempre hay alguien por encima que dice lo que se debe hacer. En las familias existe una relación similar, alguno de sus miembros detenta siempre un grado de autoridad incuestionable. En las congregaciones, hay superiores y superioras. En los partidos, presidentes. En los ayuntamientos alcaldes. En los centros educativos directores. De manera que la cosa del poder también es consustancial, viene de lejos, estamos acostumbrados a someternos a la autoridad. Debería decir que es necesario cierto sometimiento para que la sociedad pueda funcionar con un mínimo de cordura. Y sin embargo me molesta que podamos entrar en una espiral de decisiones basadas en “la dictadura de la opinión común”. ¿Ustedes lo comprenden?. Debe ser porque al término dictadura le añaden el adjetivo común. ¿La democracia es común?. ¿El poder es un tirano?. Puede que todo se reduzca a utilizar un calidoscopio para ver el juego de palabras.

La dictadura de la opinión común

En un artículo en otro blog apuntaba que el pulsímetro de las preguntas que realizan algunos medios, constituía una información privilegiada. De alguna manera se podía prever el grado de aceptación de determinadas decisiones por parte de nuestros gobernantes. Si alguien tiene a bien preguntarme suelo responder. Pero no siempre hago caso de las encuestas de opinión, de ello deduzco que a otros puede sucederles lo mismo. En estos momentos pienso en las famosas encuestas que nadie sabe bien como se realizan y de cuyos resultados siempre sospechamos.

La cuestión es, ¿el futuro de cualquier país dependerá de las encuestas?. Si consultamos los medios el resultado parece confabulador. ¿Son todos los que están, están todos los que son?. ¡Vete a saber!. Sin embargo “la dictadura de la opinión común” maneja los hilos de televisiones, emisoras, periódicos y sospecho que también es origen de algunas propuestas del gobierno. No se espanten, vivimos en democracia, eso también significa pluralidad. El poder necesita saber donde dirigir sus zarpas, y ahí es donde viene bien echar mano de las encuestas y de los pulsímetros de opinión.

A estas alturas deben estar preguntándose en el origen de ese nuevo término que alguien ha dado en llamar “dictadura de la opinión común”. Por más que a mí lo de común me suene fatal, la cosa parece estar montada así. Lo dice la mayoría, pues venga, eso es lo que hay que hacer. La cuestión es la siguiente, ¿es buena la mayoría, está equivocada, debo someterme a ella, coincide con mis criterios morales?. Hitler ganó unas elecciones, fue elegido democráticamente, y no por eso dejó de ser un tirano. Los resultados son de sobra conocidos. El holocausto les parecía una solución natural. Resulta monstruoso, pero fue así como se llegó a eliminar a millares de seres humanos.

Considero que soy una ciudadana de a pie, por lo tanto común y eso se adhiere como la polución a los pulmones, mientras pasa por el proceso de inspiración y espiración, se convierte en algo consustancial. Esa es mi zona, la de la mayoría de ciudadanos, que siguen perplejos las luchas mediáticas de cualquier tipo de poder.
Piensen un poco en la relación que se establece en el trabajo, siempre hay alguien por encima que dice lo que se debe hacer. En las familias existe una relación similar, alguno de sus miembros detenta siempre un grado de autoridad incuestionable. En las congregaciones, hay superiores y superioras. En los partidos, presidentes. En los ayuntamientos alcaldes. En los centros educativos directores. De manera que la cosa del poder también es consustancial, viene de lejos, estamos acostumbrados a someternos a la autoridad. Debería decir que es necesario cierto sometimiento para que la sociedad pueda funcionar con un mínimo de cordura. Y sin embargo me molesta que podamos entrar en una espiral de decisiones basadas en “la dictadura de la opinión común”. ¿Ustedes lo comprenden?. Debe ser porque al término dictadura le añaden el adjetivo común. ¿La democracia es común?. ¿El poder es un tirano?. Puede que todo se reduzca a utilizar un calidoscopio para ver el juego de palabras.

viernes, 27 de octubre de 2006

El vendaval de la corrupción



El vendaval de la corrupción agitó nuestra lejana transición, salpicando las más altas esferas. Cuando cambió el partido en el Gobierno, siguieron saliendo a la luz casos de prevaricación con extrañas comisiones de por medio. Si hoy a alguien le preguntan sobre el tema, sin duda retiene en su memoria varios de esos sucesos deleznables. Todos ellos con suficiente cobertura mediática como para aparecer repetidamente en la prensa, la radio o la televisión. A mí el asunto me da náuseas pero he de reconocer que tiene su tirón. Basta con observar como siguen los medios a los jueces encargados de esos sumarios, tomando posiciones a las puertas de donde declaran los presuntos. Todo al más puro estilo sensacionalista que consigue tan buenos índices de audiencia. El rigor, de haberlo, hay que buscarlo con tranquilidad.

Lo cierto es que ladrones de guante blanco siempre ha habido. Algunos escándalos fueron muy oídos durante el periodo del generalísimo, pero la cobertura de la época no permitía el reality show y la censura cubría los datos más escabrosos. Pensábamos que con la democracia vendría un plus de honradez que sería capaz de empapelar a aquellos que no tenían escrúpulos. Sin embargo, legislatura tras legislatura seguimos perplejos la senda de la corrupción. Cuando se desvanece la cobertura de un caso, comienza a sonar el eco de otro nuevo. Ya no se libran ni las ONG. Algunas manzanas podridas hacen tanto daño que perdemos la confianza en los servicios públicos. No sabemos a quien confiar nuestros ahorros. Sospechamos de nuestros concejales y alcaldes. Y no es un tema baladí, parece que el olvido de los referentes morales o éticos, hace posible que cualquiera crea normal realizar apaños bajo mano.

El Pontificio Consejo de Justicia y Paz, presidido por el Cardenal Renato Martín, ha hecho publica una nota en la que destaca la Doctrina Social de la Iglesia en la prevención de la corrupción. Se presenta el concepto ecología human como respeto al orden natural y moral con el que el hombre fue creado: «Si no se da a la familia la capacidad para desempeñar su tarea educativa, si las leyes contrarias al auténtico bien del hombre, como las que atentan contra la vida, deseducan a los ciudadanos sobre el bien, si la justicia procede con excesiva lentitud, si la moralidad de base es debilitada por la trasgresión tolerada, si las condiciones de vida se degradan, si la escuela no acoge y no emancipa, no es posible garantizar esa “ecología humana”.

Debo reconocer que la propuesta tiene fundamento, en nombre de Dios no se nos permite enriquecernos de manera fraudulenta, abusar de las prerrogativas de un cargo y otras muchas cosas que no vienen al caso. A quien no posee una moral religiosa, la sociedad le demanda una honestidad que debe estar presente desde la más tierna infancia. Los valores por tanto son patrimonio de toda la humanidad y deben cultivarse a favor de una mejor convivencia. La peor tragedia de una democracia es que el cáncer de la corrupción ataque todos sus estamentos. Porque de alguna manera el fracaso de esa sociedad está asegurado.

El vendaval de la corrupción



El vendaval de la corrupción agitó nuestra lejana transición, salpicando las más altas esferas. Cuando cambió el partido en el Gobierno, siguieron saliendo a la luz casos de prevaricación con extrañas comisiones de por medio. Si hoy a alguien le preguntan sobre el tema, sin duda retiene en su memoria varios de esos sucesos deleznables. Todos ellos con suficiente cobertura mediática como para aparecer repetidamente en la prensa, la radio o la televisión. A mí el asunto me da náuseas pero he de reconocer que tiene su tirón. Basta con observar como siguen los medios a los jueces encargados de esos sumarios, tomando posiciones a las puertas de donde declaran los presuntos. Todo al más puro estilo sensacionalista que consigue tan buenos índices de audiencia. El rigor, de haberlo, hay que buscarlo con tranquilidad.

Lo cierto es que ladrones de guante blanco siempre ha habido. Algunos escándalos fueron muy oídos durante el periodo del generalísimo, pero la cobertura de la época no permitía el reality show y la censura cubría los datos más escabrosos. Pensábamos que con la democracia vendría un plus de honradez que sería capaz de empapelar a aquellos que no tenían escrúpulos. Sin embargo, legislatura tras legislatura seguimos perplejos la senda de la corrupción. Cuando se desvanece la cobertura de un caso, comienza a sonar el eco de otro nuevo. Ya no se libran ni las ONG. Algunas manzanas podridas hacen tanto daño que perdemos la confianza en los servicios públicos. No sabemos a quien confiar nuestros ahorros. Sospechamos de nuestros concejales y alcaldes. Y no es un tema baladí, parece que el olvido de los referentes morales o éticos, hace posible que cualquiera crea normal realizar apaños bajo mano.

El Pontificio Consejo de Justicia y Paz, presidido por el Cardenal Renato Martín, ha hecho publica una nota en la que destaca la Doctrina Social de la Iglesia en la prevención de la corrupción. Se presenta el concepto ecología human como respeto al orden natural y moral con el que el hombre fue creado: «Si no se da a la familia la capacidad para desempeñar su tarea educativa, si las leyes contrarias al auténtico bien del hombre, como las que atentan contra la vida, deseducan a los ciudadanos sobre el bien, si la justicia procede con excesiva lentitud, si la moralidad de base es debilitada por la trasgresión tolerada, si las condiciones de vida se degradan, si la escuela no acoge y no emancipa, no es posible garantizar esa “ecología humana”.

Debo reconocer que la propuesta tiene fundamento, en nombre de Dios no se nos permite enriquecernos de manera fraudulenta, abusar de las prerrogativas de un cargo y otras muchas cosas que no vienen al caso. A quien no posee una moral religiosa, la sociedad le demanda una honestidad que debe estar presente desde la más tierna infancia. Los valores por tanto son patrimonio de toda la humanidad y deben cultivarse a favor de una mejor convivencia. La peor tragedia de una democracia es que el cáncer de la corrupción ataque todos sus estamentos. Porque de alguna manera el fracaso de esa sociedad está asegurado.

sábado, 21 de octubre de 2006

El efecto dominó



El título sugiere la caída irreversible de todas las fichas por el movimiento de una sola. Y ha surgido de esa convocatoria masiva que hoy se llevará a cabo en cuarenta ciudades Españolas. Se marchará contra la pobreza en la víspera de la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund. Todos recordamos las pequeñas huchas con las cabezas asiáticas, africanas e indígenas. Es una buena fecha para unirse a los deseos de tant@s misioner@s que viven junto a quienes carecen de lo mínimo para subsistir.

La campaña de pobreza cero se inició en el 2000. Los acuerdos querían erradicar la pobreza en el 2015. En el año 2000, 189 jefes de Estado se comprometieron a cumplir ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, entre ellos reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, o reducir en dos tercios la mortalidad infantil. Han pasado seis años y a este ritmo ninguno de los Objetivos se alcanzará. Incluso muchos de ellos tardarán más de 140 años en cumplirse. La Alianza Española contra la Pobreza ha realizado un documento donde se muestran los incumplimientos de los líderes mundiales

La pobreza mata cada día 35.000 personas. El 40% de la humanidad vive en condiciones de pobreza. Y sin embargo el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, demuestra como la fuerza de los microcréditos hace posible salir de la miseria a miles de personas. Enseñar a pescar dicen los misioneros, ya no se trata de dar, si no de procurar la formación y los medios para salir del infierno en el que viven miles de seres.

Las cifras son escandalosas. La emigración masiva que llega a nuestro país como puerta de entrada a Europa, demuestra que la gente está dispuesta a todo por mejorar sus condiciones de vida. ¿Vamos a ignorarlos?. ¿Podemos reprocharles que huyan en busca de un futuro digno?. Las soluciones existen. La pobreza puede erradicarse. Mas de 400 organizaciones están empeñadas en ello.

En las últimas décadas el trabajo coordinado de las ONGD ha obtenido importantes logros de relevancia internacional: abaratamiento de los medicamentos contra el sida, prohibición de la fabricación de minas antipersonales, eliminación de la explotación infantil en numerosas zonas del mundo, introducción del comercio justo en los hábitos sociales y la definición de una conciencia global que reivindica un desarrollo humano, sostenible y equitativo, entre otros. Las redes nacionales e internacionales de ONGD han demostrado la eficacia del trabajo coordinado, y su influencia internacional ha forzado a gobiernos e instituciones a tener en cuenta la voz de la sociedad civil. La CONGDE, a través de su campaña “0,7 Reclámalo”, ha logrado importantes compromisos del gobierno español para la mejora de la Ayuda Oficial al Desarrollo y la reforma del actual sistema de cooperación.

Quienes lo deseen pueden adherirse al manifiesto, difundirlo, acudir a la manifestación y colaborar en presionar a los diferentes Gobiernos para que cumplan los acuerdos.

El efecto dominó



El título sugiere la caída irreversible de todas las fichas por el movimiento de una sola. Y ha surgido de esa convocatoria masiva que hoy se llevará a cabo en cuarenta ciudades Españolas. Se marchará contra la pobreza en la víspera de la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund. Todos recordamos las pequeñas huchas con las cabezas asiáticas, africanas e indígenas. Es una buena fecha para unirse a los deseos de tant@s misioner@s que viven junto a quienes carecen de lo mínimo para subsistir.

La campaña de pobreza cero se inició en el 2000. Los acuerdos querían erradicar la pobreza en el 2015. En el año 2000, 189 jefes de Estado se comprometieron a cumplir ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, entre ellos reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, o reducir en dos tercios la mortalidad infantil. Han pasado seis años y a este ritmo ninguno de los Objetivos se alcanzará. Incluso muchos de ellos tardarán más de 140 años en cumplirse. La Alianza Española contra la Pobreza ha realizado un documento donde se muestran los incumplimientos de los líderes mundiales

La pobreza mata cada día 35.000 personas. El 40% de la humanidad vive en condiciones de pobreza. Y sin embargo el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, demuestra como la fuerza de los microcréditos hace posible salir de la miseria a miles de personas. Enseñar a pescar dicen los misioneros, ya no se trata de dar, si no de procurar la formación y los medios para salir del infierno en el que viven miles de seres.

Las cifras son escandalosas. La emigración masiva que llega a nuestro país como puerta de entrada a Europa, demuestra que la gente está dispuesta a todo por mejorar sus condiciones de vida. ¿Vamos a ignorarlos?. ¿Podemos reprocharles que huyan en busca de un futuro digno?. Las soluciones existen. La pobreza puede erradicarse. Mas de 400 organizaciones están empeñadas en ello.

En las últimas décadas el trabajo coordinado de las ONGD ha obtenido importantes logros de relevancia internacional: abaratamiento de los medicamentos contra el sida, prohibición de la fabricación de minas antipersonales, eliminación de la explotación infantil en numerosas zonas del mundo, introducción del comercio justo en los hábitos sociales y la definición de una conciencia global que reivindica un desarrollo humano, sostenible y equitativo, entre otros. Las redes nacionales e internacionales de ONGD han demostrado la eficacia del trabajo coordinado, y su influencia internacional ha forzado a gobiernos e instituciones a tener en cuenta la voz de la sociedad civil. La CONGDE, a través de su campaña “0,7 Reclámalo”, ha logrado importantes compromisos del gobierno español para la mejora de la Ayuda Oficial al Desarrollo y la reforma del actual sistema de cooperación.

Quienes lo deseen pueden adherirse al manifiesto, difundirlo, acudir a la manifestación y colaborar en presionar a los diferentes Gobiernos para que cumplan los acuerdos.

martes, 17 de octubre de 2006

Dios bendiga a los gays y la jurisprudencia defienda a los niños



Que monseñor Rouco Valera considere que el futuro de España depende de la familia tradicional no me parece extraño. Lo raro es que la familia tenga que tener el adjetivo tradicional para poder diferenciarse de otro tipo de parejas. Estamos asistiendo a una adquisición de derechos que pueden ser muy cuestionables, aunque oponerse a los mismos conlleve ser tachada de facha y de retrógrada.


Al parecer ya es una realidad que las parejas homosexuales puedan adoptar un niño, al menos en alguna Comunidad. La cuestión es que prima el derecho de estas parejas a adoptar, frente al derecho del niño a tener una familia heterosexual. No somos el país más industrializado de Europa, ni tenemos el nivel educativo más alto, ni nuestra calidad de vida es la mejor, pero eso sí, avanzamos en otros aspectos sociales que nos convierten en líderes de no se sabe bien qué. Por eso no termino de entender que en nombre de unos supuestos derechos, se prive a otros de los suyos.


Me considero tolerante, aunque conviene matizar este término. Leo en la agencia Zenit que el Santo Padre afirma que la tolerancia no debe confundirse con el indiferentismo. Viene bien recordarlo cuando levantar la voz defendiendo lo que se cree presupone ser tachada de intolerante. ¿Consiste la tolerancia en admitir nuevas situaciones familiares?. ¿Soy menos tolerante si dudo de la moralidad de esas adopciones?. Mira que es duro tener que posicionarse frente a alguien, pero es que ya va siendo hora de clarificar posturas.


El orgullo gay no consiste en la conmemoración de un día, ahora avanza firme y arrollador desde todos los ámbitos sociales. Y yo quiero que los gays sean felices, faltaría más, pero que ellos me perdonen si no entiendo lo de la diversidad familiar. Si encima viene por decreto entonces me atraganto. Permitan que me sienta orgullosa de formar parte de la disidencia, una también cuida su autoestima. No me vale la máxima de la indiferencia: tú haz lo que creas conveniente y deja que los demás vivamos como nos guste. Porque creo que los valores se trasmiten en la familia, en la sociedad, en la escuela, por la televisión, por Internet, por la prensa. De manera que todo nos influye y no termino de entender que la tolerancia consista en un relativismo moral. He llegado a un punto en el que no quiero claudicar frente a la amoralidad generalizada.


¿Acaso no tenemos derecho a defender nuestros valores?, esos que vienen siendo atacados desde todos los frentes porque consideramos que el ser humano es criatura de Dios. En palabras de Benedicto XVI “el ser humano debe ser considerado en su unidad y en su totalidad, cuerpo y alma, corazón y conciencia, pensamiento y voluntad”. Pero el ateísmo de unos y el laicismo de otros se impone como moda, sin reflexionar que ciertas medidas afectan a la esencia de la filosofía, la religión, la ética, el derecho natural y la convivencia en general.


Que Dios bendiga a los gays y la jurisprudencia defienda a los niños.