sábado, 29 de diciembre de 2007

Augustu Rush una película familiar



Las historias con aire navideño nos resultan ñoñas. Escribir sobre la Navidad se convierte en un tópico cuando llegan estas fechas. Y aunque mi historia no se desarrolle en esos mágicos días que van de finales de diciembre a principios de enero. Si puedo decir que es un cuento de Navidad. El amor triunfando frente a la maldad, el destino jugando a favor del ser humano. La música como señal o misterioso chip que se introduce por los poros de la piel y es capaz de conectar con la armonía del Universo.

La verdad es que andamos medio sordos de tanto barullo como nos rodea, y ese sencillo acto de guardar silencio y atender a los sonidos de la vida, nos pilla a todos desprevenidos. Algo que no le sucede nunca al protagonista de mi historia. August Rush ha nacido con un talento musical fuera de serie. Es capaz de aprender música de manera autodidacta, tocar un instrumento al cabo de varios minutos de aporrearlo, escribir una rapsodia al poco de conocer el nombre de las notas. Y todo ello con una única finalidad, la de encontrar a sus progenitores.

Porque este niño prodigio no conoce a sus padres, ha sido criado en un orfanato y sin embargo siempre ha presentido que la música le serviría para encontrarse con ellos. Aquí los malos son relativamente malos y los buenos nos conquistan. Este pequeño cuento llevado a la pantalla tiene una música preciosa de Mark Mancina, y algunas piezas clásicas que valen la pena escuchar. La interpretación es lineal, ajustada al propósito del director, con un Robert Williams tan versátil como siempre, bordando su papel en esta historia increíble. ¿Pero acaso no estamos deseando hacer realidad los sueños?.

Pues si quieren pueden disfrutar unos minutos con estos simpáticos protagonistas: dos enamorados tras una noche loca, un hijo fruto del amor, un explotador de niños simpático y un final apoteósico. A ello sin lugar a dudas ayuda la belleza de sus actores principales, Freddie Highmore y Keri Rusell, que exhiben sus rostros angelicales para deleite de incondicionales.

Lo dicho, una historia increíble para unas fechas que siempre traen películas familiares, esta puede ser una de ella si deciden ir al cine por Navidad. Que lo disfruten.

Augustu Rush una película familiar



Las historias con aire navideño nos resultan ñoñas. Escribir sobre la Navidad se convierte en un tópico cuando llegan estas fechas. Y aunque mi historia no se desarrolle en esos mágicos días que van de finales de diciembre a principios de enero. Si puedo decir que es un cuento de Navidad. El amor triunfando frente a la maldad, el destino jugando a favor del ser humano. La música como señal o misterioso chip que se introduce por los poros de la piel y es capaz de conectar con la armonía del Universo.

La verdad es que andamos medio sordos de tanto barullo como nos rodea, y ese sencillo acto de guardar silencio y atender a los sonidos de la vida, nos pilla a todos desprevenidos. Algo que no le sucede nunca al protagonista de mi historia. August Rush ha nacido con un talento musical fuera de serie. Es capaz de aprender música de manera autodidacta, tocar un instrumento al cabo de varios minutos de aporrearlo, escribir una rapsodia al poco de conocer el nombre de las notas. Y todo ello con una única finalidad, la de encontrar a sus progenitores.

Porque este niño prodigio no conoce a sus padres, ha sido criado en un orfanato y sin embargo siempre ha presentido que la música le serviría para encontrarse con ellos. Aquí los malos son relativamente malos y los buenos nos conquistan. Este pequeño cuento llevado a la pantalla tiene una música preciosa de Mark Mancina, y algunas piezas clásicas que valen la pena escuchar. La interpretación es lineal, ajustada al propósito del director, con un Robert Williams tan versátil como siempre, bordando su papel en esta historia increíble. ¿Pero acaso no estamos deseando hacer realidad los sueños?.

Pues si quieren pueden disfrutar unos minutos con estos simpáticos protagonistas: dos enamorados tras una noche loca, un hijo fruto del amor, un explotador de niños simpático y un final apoteósico. A ello sin lugar a dudas ayuda la belleza de sus actores principales, Freddie Highmore y Keri Rusell, que exhiben sus rostros angelicales para deleite de incondicionales.

Lo dicho, una historia increíble para unas fechas que siempre traen películas familiares, esta puede ser una de ella si deciden ir al cine por Navidad. Que lo disfruten.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Recuerdos de una Noche Santa

Pensando como compartir este día tan especial me vino a la mente una historia inventada, producto de mis recuerdos y de mi imaginación. No sé si os gustará este pequeño relato navideño. Es breve, como corresponde a este tiempo de prisas y aglomeraciones. Quien disponga de un momento, puede reconstruir la escena en su propia casa.

El viento gélido azotaba las ventanas y gemía suavemente mientras nos acurrucábamos a la luz de la lumbre. Era uno de los inviernos más duros que recordaban los más viejos del lugar. Sin embargo aquella noche tenía la suave calidez de las fechas señaladas. El aroma del guiso preparado con esmero. El sabor del cariño compartido.

El abuelo hablaba de su infancia y todos sentíamos que el paso de los años convertía en historia sus vivencias. Ahora estábamos en una habitación con calefacción central, su memoria le remontaba a los años treinta del siglo veinte. Nosotros vivíamos ya en otra época, donde las misivas y felicitaciones navideñas habían dejado de ser cartas postales para convertirse en SMS y e-mail con power point y You Tube, facilitando sugerentes presentaciones.

Pero el pasado seguía vivo en los recuerdos de mi abuelo. Y a mí me fascinaba cada nuevo dato. El huerto del Cónsul, llamado así porque fue Cónsul de Venezuela, era ahora un conglomerado de fincas y calles. Él lo había conocido de niño, mientras corría por la huerta con un puñado de amigos. Allí la fantasía les llevaba a tierras tropicales, porque el Cónsul había plantado flores de tierra americana, plantas exóticas que nunca nadie había visto.

Por donde ahora transcurría el metro, hubo primero una vía de tren que unía la capital con el pueblo. Ahora en cuestión de diez minutos era posible estar en el centro comercial de la ciudad. Allí, justo donde ahora está la fuente, se situaba el paso a nivel, exclamaba el abuelo con voz trémula.

Sin embargo había una cosa que nunca cambió en todos esos años. Y era la celebración de la Misa del Gallo. Por mucho que se distanciasen los hijos, formando a su vez otras familias, había un rasgo común en todas ellas. El encuentro en la Misa del Gallo. Allí convergían hijos, nueras, nietos, sobrinos, hermanos, primos. Todo un conglomerado difícil de reunir en otras celebraciones. Y que sin embargo, estaba presente en aquella noche Santa. Esa era una imagen que seguía viva a sus ochenta y un años.

Adoración sencilla del Niño Dios venido al mundo para Redimir a la humanidad. Celebración compartida en Belén y en otros miles de belenes. En cada pueblo y ciudad al llegar la medianoche se reunían para celebrar la llegada del El Salvador del mundo. Ese es el relato que me ha quedado de mi abuelo. La dicha de ver transcurrir el tiempo y los acontecimientos, variando las edificaciones y las calles, adoptando nuevas costumbres, pero perseverando en las mismas convicciones.

De manera que hoy, espero impaciente el momento del encuentro. La estrella de Belén ha llegado una vez más a mi corazón que siente arrobada las ganas de ir a adorar al Niño. Como María y José, como los pastores, también yo deseo acercarme a la luz y la vida, a la Palabra hecha carne.

P.D.: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El único personaje real es el NIÑO DIOS. ¡Feliz Navidad!.

Recuerdos de una Noche Santa

Pensando como compartir este día tan especial me vino a la mente una historia inventada, producto de mis recuerdos y de mi imaginación. No sé si os gustará este pequeño relato navideño. Es breve, como corresponde a este tiempo de prisas y aglomeraciones. Quien disponga de un momento, puede reconstruir la escena en su propia casa.

El viento gélido azotaba las ventanas y gemía suavemente mientras nos acurrucábamos a la luz de la lumbre. Era uno de los inviernos más duros que recordaban los más viejos del lugar. Sin embargo aquella noche tenía la suave calidez de las fechas señaladas. El aroma del guiso preparado con esmero. El sabor del cariño compartido.

El abuelo hablaba de su infancia y todos sentíamos que el paso de los años convertía en historia sus vivencias. Ahora estábamos en una habitación con calefacción central, su memoria le remontaba a los años treinta del siglo veinte. Nosotros vivíamos ya en otra época, donde las misivas y felicitaciones navideñas habían dejado de ser cartas postales para convertirse en SMS y e-mail con power point y You Tube, facilitando sugerentes presentaciones.

Pero el pasado seguía vivo en los recuerdos de mi abuelo. Y a mí me fascinaba cada nuevo dato. El huerto del Cónsul, llamado así porque fue Cónsul de Venezuela, era ahora un conglomerado de fincas y calles. Él lo había conocido de niño, mientras corría por la huerta con un puñado de amigos. Allí la fantasía les llevaba a tierras tropicales, porque el Cónsul había plantado flores de tierra americana, plantas exóticas que nunca nadie había visto.

Por donde ahora transcurría el metro, hubo primero una vía de tren que unía la capital con el pueblo. Ahora en cuestión de diez minutos era posible estar en el centro comercial de la ciudad. Allí, justo donde ahora está la fuente, se situaba el paso a nivel, exclamaba el abuelo con voz trémula.

Sin embargo había una cosa que nunca cambió en todos esos años. Y era la celebración de la Misa del Gallo. Por mucho que se distanciasen los hijos, formando a su vez otras familias, había un rasgo común en todas ellas. El encuentro en la Misa del Gallo. Allí convergían hijos, nueras, nietos, sobrinos, hermanos, primos. Todo un conglomerado difícil de reunir en otras celebraciones. Y que sin embargo, estaba presente en aquella noche Santa. Esa era una imagen que seguía viva a sus ochenta y un años.

Adoración sencilla del Niño Dios venido al mundo para Redimir a la humanidad. Celebración compartida en Belén y en otros miles de belenes. En cada pueblo y ciudad al llegar la medianoche se reunían para celebrar la llegada del El Salvador del mundo. Ese es el relato que me ha quedado de mi abuelo. La dicha de ver transcurrir el tiempo y los acontecimientos, variando las edificaciones y las calles, adoptando nuevas costumbres, pero perseverando en las mismas convicciones.

De manera que hoy, espero impaciente el momento del encuentro. La estrella de Belén ha llegado una vez más a mi corazón que siente arrobada las ganas de ir a adorar al Niño. Como María y José, como los pastores, también yo deseo acercarme a la luz y la vida, a la Palabra hecha carne.

P.D.: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El único personaje real es el NIÑO DIOS. ¡Feliz Navidad!.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Con el símbolo de la cruz no se juega

El asunto puede producir hilaridad. Hay cosas más importantes que debatir que si es pertinente llevar una cruz en la camiseta deportiva o se debe suprimir para no ofender a la cultura islámica. Pero el hecho es real, lo publica la Vanguardia y se hace eco religión digital. Pues miren ustedes si el Barça sigue haciendo negocio con su senyera en el escudo del equipo y no le importa perder la cruz de San Jordi, para ser accesible a los “hinchas” islámicos, es que algo anda mal en la cabeza del club deportivo.

La tolerancia debe ser recíproca, desde el momento que se protesta por ostentar una seña de identidad cristiana, estamos ante la prepotencia de una corriente de pensamiento que busca subyugar al que no es afín. Podemos decidir suprimir cualquier seña de identidad cristiana, porque el mundo islámico ya forma parte de nuestra geografía urbana. Podemos permitir mezquitas con minaretes y medias lunas ondeando en lo alto.
Pero no debemos ignorar que el contrario no juega limpio.

Estoy contra la xenofobia, es más creo que hay que educar en la interculturalidad, porque así lo demanda la sociedad actual. Pero llega un momento que hay que posicionarse aunque algunos te clasifiquen con mil nombres a cual de ellos más peyorativo. Es necesario saber en qué crees y qué cultura defiendes. Si todo te da igual, y vives con la letanía del ambiente relativista hijo del pensamiento débil, puede que un día te despiertes y tengas como Jefe de Estado un nuevo Führer dispuesto a asolar a media Europa para imponer la sharia.

En casos como este se ve si cuenta más el beneficio económico que mantener una coherencia personal. Y esa perspectiva a largo plazo sólo puede traer malas consecuencia. El dinero es un medio, no un fin en sí mismo. Y la popularidad que traspasa fronteras debe seguir con la cabeza alta defendiendo sus colores y no ajustarse a lo políticamente correcto.

"Aquí no se toleran las cruces, ni la del Barça ni ninguna otra", explica Carlos, un español residente de forma temporal en Riad y que mantiene un blog de información sobre el país saudí. "Hay mucha afición por el fútbol y por la Liga española, pero en las camisetas del Barça, que se venden con toda normalidad en tiendas legales, la cruz ha desaparecido". En su lugar figura una simple banda vertical roja sobre fondo blanco.
El Inter utilizó la polémica camiseta con la cruz en el partido jugado en Milán, el 27 de noviembre, y causó un fuerte impacto en los países islámicos.”

El otro día un padre estrangulaba a su hija por no querer llevar el velo y adoptar costumbres occidentales. La cosa pinta fea. No se trata de una cuestión de religión. La persona religiosa y formada en el amor a Dios o Alá, trata con respeto a quien honra a su Dios. Pero aquellos que buscan imponer su cultura, lo hacen desde la sutil maniobra de utilizar símbolos para diferenciarse. Mientras tanto los cristianos pasamos olímpicamente de nuestras raíces y nos adaptamos a los tiempos. Otros llegan y agradecen nuestra tolerancia y nuestra acogida y son capaces de vivir en occidente como si estuviesen en oriente. Cierran sus comercios los viernes y los abren los domingos. Todo un gesto de coherencia frente al ávido consumismo de nuestros Centros Comerciales que han conseguido abrir en domingo, sin que ningún cristiano se sienta ofendido.

Para nosotros el día del Señor debería ser sagrado. Pero es que ya no existe el deseo de consagrar a Dios un día. Todo gira entorno al consumismo. La sociedad económica domina la política y los medios. Sin Dios todos es posible, lo dice el Papa en su encíclica Spe Salvi. Es posible que siga funcionando la esclavitud dentro de una sociedad democrática con las mafias de trata de blancas o con las redes pedófilas o con una legislación que permite comercios abiertos veinticuatro horas, sin contemplar que la salud es más importante que el beneficio. Da lo mismo lo que digan los médicos, el turno rotativo llegará con el permiso de los sindicatos a ser una práctica habitual.

Pero me estoy del inicio, las cruces en un país islámico pueden ser ofensivas. Pero nadie obliga a ir de viaje a esos países. Y créanme para participar en competiciones internacionales hay que asumir normas internacionales. De manera que la UEFA haría muy mal en retirar la cruz en las camisetas de sus deportistas.


Con el símbolo de la cruz no se juega

El asunto puede producir hilaridad. Hay cosas más importantes que debatir que si es pertinente llevar una cruz en la camiseta deportiva o se debe suprimir para no ofender a la cultura islámica. Pero el hecho es real, lo publica la Vanguardia y se hace eco religión digital. Pues miren ustedes si el Barça sigue haciendo negocio con su senyera en el escudo del equipo y no le importa perder la cruz de San Jordi, para ser accesible a los “hinchas” islámicos, es que algo anda mal en la cabeza del club deportivo.

La tolerancia debe ser recíproca, desde el momento que se protesta por ostentar una seña de identidad cristiana, estamos ante la prepotencia de una corriente de pensamiento que busca subyugar al que no es afín. Podemos decidir suprimir cualquier seña de identidad cristiana, porque el mundo islámico ya forma parte de nuestra geografía urbana. Podemos permitir mezquitas con minaretes y medias lunas ondeando en lo alto.
Pero no debemos ignorar que el contrario no juega limpio.

Estoy contra la xenofobia, es más creo que hay que educar en la interculturalidad, porque así lo demanda la sociedad actual. Pero llega un momento que hay que posicionarse aunque algunos te clasifiquen con mil nombres a cual de ellos más peyorativo. Es necesario saber en qué crees y qué cultura defiendes. Si todo te da igual, y vives con la letanía del ambiente relativista hijo del pensamiento débil, puede que un día te despiertes y tengas como Jefe de Estado un nuevo Führer dispuesto a asolar a media Europa para imponer la sharia.

En casos como este se ve si cuenta más el beneficio económico que mantener una coherencia personal. Y esa perspectiva a largo plazo sólo puede traer malas consecuencia. El dinero es un medio, no un fin en sí mismo. Y la popularidad que traspasa fronteras debe seguir con la cabeza alta defendiendo sus colores y no ajustarse a lo políticamente correcto.

"Aquí no se toleran las cruces, ni la del Barça ni ninguna otra", explica Carlos, un español residente de forma temporal en Riad y que mantiene un blog de información sobre el país saudí. "Hay mucha afición por el fútbol y por la Liga española, pero en las camisetas del Barça, que se venden con toda normalidad en tiendas legales, la cruz ha desaparecido". En su lugar figura una simple banda vertical roja sobre fondo blanco.
El Inter utilizó la polémica camiseta con la cruz en el partido jugado en Milán, el 27 de noviembre, y causó un fuerte impacto en los países islámicos.”

El otro día un padre estrangulaba a su hija por no querer llevar el velo y adoptar costumbres occidentales. La cosa pinta fea. No se trata de una cuestión de religión. La persona religiosa y formada en el amor a Dios o Alá, trata con respeto a quien honra a su Dios. Pero aquellos que buscan imponer su cultura, lo hacen desde la sutil maniobra de utilizar símbolos para diferenciarse. Mientras tanto los cristianos pasamos olímpicamente de nuestras raíces y nos adaptamos a los tiempos. Otros llegan y agradecen nuestra tolerancia y nuestra acogida y son capaces de vivir en occidente como si estuviesen en oriente. Cierran sus comercios los viernes y los abren los domingos. Todo un gesto de coherencia frente al ávido consumismo de nuestros Centros Comerciales que han conseguido abrir en domingo, sin que ningún cristiano se sienta ofendido.

Para nosotros el día del Señor debería ser sagrado. Pero es que ya no existe el deseo de consagrar a Dios un día. Todo gira entorno al consumismo. La sociedad económica domina la política y los medios. Sin Dios todos es posible, lo dice el Papa en su encíclica Spe Salvi. Es posible que siga funcionando la esclavitud dentro de una sociedad democrática con las mafias de trata de blancas o con las redes pedófilas o con una legislación que permite comercios abiertos veinticuatro horas, sin contemplar que la salud es más importante que el beneficio. Da lo mismo lo que digan los médicos, el turno rotativo llegará con el permiso de los sindicatos a ser una práctica habitual.

Pero me estoy del inicio, las cruces en un país islámico pueden ser ofensivas. Pero nadie obliga a ir de viaje a esos países. Y créanme para participar en competiciones internacionales hay que asumir normas internacionales. De manera que la UEFA haría muy mal en retirar la cruz en las camisetas de sus deportistas.


viernes, 14 de diciembre de 2007

Saber, lo que se dice saber, muy poco

No es la primera vez que las alarmas se disparan. El informe PISA que presentó la ministra de Educación y Ciencia, sitúa a España a la cola en materia de educación. Podemos ser un país sin analfabetos, podemos presumir de una atención puntera en educación infantil, lo mismo que en educación especial. Pero señores y señoras, en conocimientos básicos cada día estamos peor. La LOGSE supuso medir por el mismo rasero a todos, trajo notables ventajas y un modelo europeo de “aprender a aprender” que nadie discute. Sin embargo ese procedimiento se ha mostrado inservible a largo plazo. El abandono escolar es cada vez mayor, el fracaso también. Los parches que llegaron con posterioridad, llámese LOCE y ahora LOE, todos en un tiempo relativamente corto y sin consenso previo, no tienen visos de mejorar la situación.

A todo esto tenemos comunidades punteras y otras tercermundistas, con el mismo Sistema Educativo. Y debiéramos interrogarnos sobre lo que falla en unos sitios y qué funciona en otros. Parece ser que la competencia en materia educativa, hacen posible decretos y resoluciones que ocasionan agravios comparativos. El salario de un profesor depende de la comunidad, su horario también, sus recursos ídem. Si entramos en materia educativa, los contenidos mínimos se logran en primaria, con una repetición durante toda la etapa. Pero retroceden en la ESO y el BACHILLERATO, donde se pretende dejar pasar al alumnado con varias asignaturas suspendidas. La ley del mínimo esfuerzo no es la mejor manera de preparar a las futuras generaciones.

Sería muy largo debatir sobre un tema tan candente como la educación, pero en ello nos va mucho. No puede pretenderse formar una ciudadanía en una ideología de turno, al mismo tiempo que se olvida la visión global de toda una nación, perdiéndose en particularidades de eso que hemos dado en llamar nacionalidades. La historia común forma a un país, su lengua también. Estamos asistiendo a un auge de idiosincrasias locales y una pérdida de referentes comunes. De modo que se eliminan periodos decisivos en la historia de este país, pasando de refilón como fue configurada la nacionalidad española.

Nuestros jóvenes conocerán la historia de Don Pelayo en Asturias y dejarán de saber quién fue en el resto de comunidades. De la misma manera Jaime I tendrá un tratamiento considerable en los países que configuraron la Corona de Aragón, y se perderá su rastro en la Comunidad Extremeña, por poner un caso. Supongo que Mariana Pineda será conocida en Andalucía e ignorada en el País Vasco. Respecto a Galicia tengo pocos referentes, pero es de suponer que todos sus escolares identificarán la figura de Rosalía de Castro, mientras que en Canarias con suerte alguno recordará que da nombre a una calle.

No quiero entrar en el terreno científico, pero al parecer la situación no es más halagüeña, de manera que se hace cada día más necesario un pacto de Estado consensuado que estabilice la educación. Lo viene demandando la sociedad y lo corroboran los informes.

Por cierto, un dato de interés, tener hoy en día un título universitario no significa nada. Con él en el bolsillo puedes estar trabajando en un burger king o de barrendero municipal. De manera que muchos de nuestros jóvenes prefieren vivir a estudiar. Normal, el fin de semana a ellos no les cuesta un euro, mientras que sus padres hacen horas para pagarles la carrera y ese solaz dominguero. El futuro, Dios dirá.

Saber, lo que se dice saber, muy poco

No es la primera vez que las alarmas se disparan. El informe PISA que presentó la ministra de Educación y Ciencia, sitúa a España a la cola en materia de educación. Podemos ser un país sin analfabetos, podemos presumir de una atención puntera en educación infantil, lo mismo que en educación especial. Pero señores y señoras, en conocimientos básicos cada día estamos peor. La LOGSE supuso medir por el mismo rasero a todos, trajo notables ventajas y un modelo europeo de “aprender a aprender” que nadie discute. Sin embargo ese procedimiento se ha mostrado inservible a largo plazo. El abandono escolar es cada vez mayor, el fracaso también. Los parches que llegaron con posterioridad, llámese LOCE y ahora LOE, todos en un tiempo relativamente corto y sin consenso previo, no tienen visos de mejorar la situación.

A todo esto tenemos comunidades punteras y otras tercermundistas, con el mismo Sistema Educativo. Y debiéramos interrogarnos sobre lo que falla en unos sitios y qué funciona en otros. Parece ser que la competencia en materia educativa, hacen posible decretos y resoluciones que ocasionan agravios comparativos. El salario de un profesor depende de la comunidad, su horario también, sus recursos ídem. Si entramos en materia educativa, los contenidos mínimos se logran en primaria, con una repetición durante toda la etapa. Pero retroceden en la ESO y el BACHILLERATO, donde se pretende dejar pasar al alumnado con varias asignaturas suspendidas. La ley del mínimo esfuerzo no es la mejor manera de preparar a las futuras generaciones.

Sería muy largo debatir sobre un tema tan candente como la educación, pero en ello nos va mucho. No puede pretenderse formar una ciudadanía en una ideología de turno, al mismo tiempo que se olvida la visión global de toda una nación, perdiéndose en particularidades de eso que hemos dado en llamar nacionalidades. La historia común forma a un país, su lengua también. Estamos asistiendo a un auge de idiosincrasias locales y una pérdida de referentes comunes. De modo que se eliminan periodos decisivos en la historia de este país, pasando de refilón como fue configurada la nacionalidad española.

Nuestros jóvenes conocerán la historia de Don Pelayo en Asturias y dejarán de saber quién fue en el resto de comunidades. De la misma manera Jaime I tendrá un tratamiento considerable en los países que configuraron la Corona de Aragón, y se perderá su rastro en la Comunidad Extremeña, por poner un caso. Supongo que Mariana Pineda será conocida en Andalucía e ignorada en el País Vasco. Respecto a Galicia tengo pocos referentes, pero es de suponer que todos sus escolares identificarán la figura de Rosalía de Castro, mientras que en Canarias con suerte alguno recordará que da nombre a una calle.

No quiero entrar en el terreno científico, pero al parecer la situación no es más halagüeña, de manera que se hace cada día más necesario un pacto de Estado consensuado que estabilice la educación. Lo viene demandando la sociedad y lo corroboran los informes.

Por cierto, un dato de interés, tener hoy en día un título universitario no significa nada. Con él en el bolsillo puedes estar trabajando en un burger king o de barrendero municipal. De manera que muchos de nuestros jóvenes prefieren vivir a estudiar. Normal, el fin de semana a ellos no les cuesta un euro, mientras que sus padres hacen horas para pagarles la carrera y ese solaz dominguero. El futuro, Dios dirá.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Y luego preguntan porqué las matan

El tema de la violencia de género no es un problema nacional, sino que tiene ribetes internacionales. El caso es que nuestro rosáceo ejecutivo en voz de su Vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, tiene ahora en el punto de mira a las televisiones. Es el momento de reclamar un tratamiento digno a estos temas que van in crescendo, para desolación de propios y extraños.

Hablé en su momento de esta lacra que afecta a nuestra sociedad y que requiere la suma de muchas voluntades, dispuestas desde diferentes ámbitos, a atajar con medidas claras y eficaces en el tema. La falta de sentido del bien y del mal afecta a quienes se sienten con derecho a cercenar la vida de otra persona. Nos llama la atención que el problema surja en la convivencia doméstica. Seguro que los sociólogos tienen indicativos de cuál es el origen.

En mi infancia existía un periódico llamado el Caso. Se escuchaban comentarios con sordina: “esos terminarán en el Caso”. Pues ahora “esos casos” terminan en nuestro comedor entre bocado y bocado. Si ese tipo de noticias previene la violencia de género tendrán que perdonar mi escepticismo. Aquí lo que vale es que otro se atreve a lo que alguien lleva rumiando en su mente enfermiza. Y claro, sirve una pequeña mecha para recorrer la frontera que delimita el maltrato del asesinato.

La cuestión es que el aprendizaje de la convivencia es una suma de buenas voluntades. Si alguien trata de someter a otro bajo su autoridad, las desavenencias son la consecuencia inmediata. Y hoy los papeles entre varón y mujer no están delimitados, ambos trabajan, ambos son responsables de los hijos, ambos deben repartirse las tareas del hogar. Por eso la educación desde la infancia es crucial, lo que el niño ve se convierte en modelo a seguir.

Es curioso observar como en los recreos algún alumno puede llegar a las manos con otro. También las hay de aguerridas que no reparan en hincar una buena patada en la espinilla a quien se tercie. El caso es que me encontré con una pistola entre mis alumnos de seis años. El niño la había escondido en su mochila y la había sacado, también a escondidas en el patio. El líder del grupo se apropió del arma y comenzó a juguetear con tan mala fortuna que le dio en la nariz a otro compañero. Excuso decirles que me llevé un disgusto, no por el juego de los niños, sino por el descuido de los padres. Jamás he regalado un arma como juguete a ninguno de mis sobrinos. Entiendo que es un objeto que incita a la violencia. Y así como me gustaría que los países dejasen de producir armas y se abolieran los traficantes dispuestos a comerciar con ellas, deseo que en la infancia se trate de evitar fomentar la violencia.

Que la señora Fernández de la Vega se preocupe ahora de los contenidos de televisión, es de risa. Se han denunciado por activa y por pasiva el exceso de violencia en las series. No se cumple la normativa que protege a la infancia. Se fomentan programas basura y hasta series en las que el maltrato psicológico de una mujer a su marido, es objeto de chanzas y bromas por parte de su audiencia. A mí me provoca malestar y ya he dicho en otras ocasiones que casi he dejado de ver la televisión.

Sigo pensando que somos morbosos por naturaleza. El producto televisivo con la competitividad de cadenas, pendientes de los índices de audiencia, ha degradado hasta límites de juzgado los contenidos emitidos. Y es que todo se convierte en negocio y cuando lo que se mide no es la calidad sino el coste-beneficio, se pierde el carácter humano para convertir el producto en un despiadado medio utilizado entre contrincantes. De manera que asistimos impotentes a la guerra mediática donde los perjudicados siempre somos los sufridos espectadores.

Si de la Vicepresidenta dice “que no hay varitas mágicas contra el maltrato”. Sólo tiene que perder un día frente al televisor. Encontrará entre sus perlas el perfil del futuro maltratador repartido por todas las parrillas de la programación. Es cuestión de sensibilidad, yo los detecto al instante. Porque la violencia inicial siempre es verbal, a las manos se llega más tarde. Y hoy por hoy, todos los programas atizan latigazos verbales sin el menor pudor.

Pues nada, esperemos que en este día no haya una víctima más objeto de la carnaza periodística. Y que de una vez por todas se cree un Consejo Audiovisual Estatal, que fiche lumbreras dispuestas a proteger al sufrido telespectador.

Y luego preguntan porqué las matan

El tema de la violencia de género no es un problema nacional, sino que tiene ribetes internacionales. El caso es que nuestro rosáceo ejecutivo en voz de su Vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, tiene ahora en el punto de mira a las televisiones. Es el momento de reclamar un tratamiento digno a estos temas que van in crescendo, para desolación de propios y extraños.

Hablé en su momento de esta lacra que afecta a nuestra sociedad y que requiere la suma de muchas voluntades, dispuestas desde diferentes ámbitos, a atajar con medidas claras y eficaces en el tema. La falta de sentido del bien y del mal afecta a quienes se sienten con derecho a cercenar la vida de otra persona. Nos llama la atención que el problema surja en la convivencia doméstica. Seguro que los sociólogos tienen indicativos de cuál es el origen.

En mi infancia existía un periódico llamado el Caso. Se escuchaban comentarios con sordina: “esos terminarán en el Caso”. Pues ahora “esos casos” terminan en nuestro comedor entre bocado y bocado. Si ese tipo de noticias previene la violencia de género tendrán que perdonar mi escepticismo. Aquí lo que vale es que otro se atreve a lo que alguien lleva rumiando en su mente enfermiza. Y claro, sirve una pequeña mecha para recorrer la frontera que delimita el maltrato del asesinato.

La cuestión es que el aprendizaje de la convivencia es una suma de buenas voluntades. Si alguien trata de someter a otro bajo su autoridad, las desavenencias son la consecuencia inmediata. Y hoy los papeles entre varón y mujer no están delimitados, ambos trabajan, ambos son responsables de los hijos, ambos deben repartirse las tareas del hogar. Por eso la educación desde la infancia es crucial, lo que el niño ve se convierte en modelo a seguir.

Es curioso observar como en los recreos algún alumno puede llegar a las manos con otro. También las hay de aguerridas que no reparan en hincar una buena patada en la espinilla a quien se tercie. El caso es que me encontré con una pistola entre mis alumnos de seis años. El niño la había escondido en su mochila y la había sacado, también a escondidas en el patio. El líder del grupo se apropió del arma y comenzó a juguetear con tan mala fortuna que le dio en la nariz a otro compañero. Excuso decirles que me llevé un disgusto, no por el juego de los niños, sino por el descuido de los padres. Jamás he regalado un arma como juguete a ninguno de mis sobrinos. Entiendo que es un objeto que incita a la violencia. Y así como me gustaría que los países dejasen de producir armas y se abolieran los traficantes dispuestos a comerciar con ellas, deseo que en la infancia se trate de evitar fomentar la violencia.

Que la señora Fernández de la Vega se preocupe ahora de los contenidos de televisión, es de risa. Se han denunciado por activa y por pasiva el exceso de violencia en las series. No se cumple la normativa que protege a la infancia. Se fomentan programas basura y hasta series en las que el maltrato psicológico de una mujer a su marido, es objeto de chanzas y bromas por parte de su audiencia. A mí me provoca malestar y ya he dicho en otras ocasiones que casi he dejado de ver la televisión.

Sigo pensando que somos morbosos por naturaleza. El producto televisivo con la competitividad de cadenas, pendientes de los índices de audiencia, ha degradado hasta límites de juzgado los contenidos emitidos. Y es que todo se convierte en negocio y cuando lo que se mide no es la calidad sino el coste-beneficio, se pierde el carácter humano para convertir el producto en un despiadado medio utilizado entre contrincantes. De manera que asistimos impotentes a la guerra mediática donde los perjudicados siempre somos los sufridos espectadores.

Si de la Vicepresidenta dice “que no hay varitas mágicas contra el maltrato”. Sólo tiene que perder un día frente al televisor. Encontrará entre sus perlas el perfil del futuro maltratador repartido por todas las parrillas de la programación. Es cuestión de sensibilidad, yo los detecto al instante. Porque la violencia inicial siempre es verbal, a las manos se llega más tarde. Y hoy por hoy, todos los programas atizan latigazos verbales sin el menor pudor.

Pues nada, esperemos que en este día no haya una víctima más objeto de la carnaza periodística. Y que de una vez por todas se cree un Consejo Audiovisual Estatal, que fiche lumbreras dispuestas a proteger al sufrido telespectador.

jueves, 29 de noviembre de 2007

¿Quién controla Internet?



Asistimos a la era de la información y de las comunicaciones, que está todavía en sus balbuceos. Lo que los expertos prevén para el futuro es toda una revolución. Como la libertad de expresión es muy temida, algunos gobiernos apuestan por controlar los blogs. Los italianos, tuvieron su primer escarceo con la propuesta de una medida de registro de bloggers de la que ya han dado marcha atrás. Alabo su buen juicio. Los bloggeros nos hemos convertido en comunicadores autónomos, libres de los grandes grupos mediáticos y dispuestos a someternos al juicio de nuestros lectores.

El tema es tan importante, que hasta los políticos tienen personal rastreando blogs. Ellos mismos abren sus propias páginas e interactúan en la medida de sus posibilidades. A mí este medio me parece insustituible. Hay premios internacionales hacia bloggers que aportan información, saber, cultura. En realidad, hoy en día uno puede universalizar sus conocimientos. Colgar de la red un libro, una obra pictórica, o un engendro como el yotube de la agresión en el metro de Barcelona a una joven ecuatoriana.

El resultado es un cruce de opiniones y un éxito mediático que trastoca al agresor en figura de culto para ciertas tribus urbanas. Y también el video puede ser utilizado como tema de debate educativo en algunos institutos. El caso es que no todo lo que se cuelga en la red sirve para buenos fines. Están las estafas y los profesionales de los mass media que saben como intoxicar la red en beneficio de oscuros intereses. El proceso es conocido porque ha sido utilizado con anterioridad por la radio, la televisión y el cine.

La novedad estriba en que a la red accede cualquier ciudadano sin necesidad de tener un currículum que avale sus opiniones o trabajos. Algunos se promocionan a sí mismo con una soltura de profesionales. De manera que sus páginas reciben miles de visitas. El truco si lo hay, reside precisamente en mantener un índice de audiencia. Esto es lo que más valoran en algunos rincones. Y yo que desconozco la sutil trama económica que subyace en estas visitas, disfruto añadiendo a favoritos a nuevos bloggers.

Me temo que con el tiempo las grandes corporaciones intentarán controlar la red, como han hecho con la prensa escrita, la radio o la televisión. Por eso creo que estamos viviendo un periodo histórico sin parangón, que permite expresarse con completa libertad, sin más censura que la propia coherencia personal. Porque hay cosas de las que no se puede hablar, por mucha libertad de la que goce la sociedad. Son contraproducentes. O al menos cuestionamos su salto a la red.

A mí me sigue llamando la atención el poco cuidado que se tiene sobre el derecho a la intimidad y el honor de los demás. Es espantoso que tengamos que asistir a debates donde lo que sale a la luz es la vida íntima de ciertos personajes. De la misma manera, se puede zaherir desde un blog a cualquier personaje público, con total impunidad. Eso me parece que va a ser regulado, porque el poder nunca ha consentido que pueda airearse su podredumbre con total impunidad. Ahí están los pleitos interpuestos a ciertos medios que en el futuro pueden recaer sobre cualquier blogger y un post más o menos conflictivo.

Mientras, gozamos de total impunidad para citar otras fuentes, bajar fotografías, enlazar con otros bloggers. Una libertad satisfactoria cuando se trata de hacer el bien. Temible cuando se convierte en delito, por medio de estafas o engaños. Ahí están las terribles redes de pornografía infantil o de contactos de dudosa conveniencia. Todo cabe en la misma pantalla y está al alcance de los más jóvenes. De ahí, que los educadores nunca nos cansemos de destacar que no se puede dejar sólo a un niño o joven frente al televisor o el ordenador. Sé que no nos hacen caso, pero el resultado ya lo estamos padeciendo. Una sociedad sin valores ni referentes claros, donde la violencia se convierte en un juego más para divertirse grabándolo y dejándolo caer en la red. Pues bien, como el ser humano tiene un claro sentido para aprender de sus propios errores. Con el tiempo, Internet ocupará en la historia el lugar que en su época tuvo la creación de la Imprenta, la radio, el cine y la televisión. Cambiando profundamente la sociedad de su tiempo.

¿Quién controla Internet?



Asistimos a la era de la información y de las comunicaciones, que está todavía en sus balbuceos. Lo que los expertos prevén para el futuro es toda una revolución. Como la libertad de expresión es muy temida, algunos gobiernos apuestan por controlar los blogs. Los italianos, tuvieron su primer escarceo con la propuesta de una medida de registro de bloggers de la que ya han dado marcha atrás. Alabo su buen juicio. Los bloggeros nos hemos convertido en comunicadores autónomos, libres de los grandes grupos mediáticos y dispuestos a someternos al juicio de nuestros lectores.

El tema es tan importante, que hasta los políticos tienen personal rastreando blogs. Ellos mismos abren sus propias páginas e interactúan en la medida de sus posibilidades. A mí este medio me parece insustituible. Hay premios internacionales hacia bloggers que aportan información, saber, cultura. En realidad, hoy en día uno puede universalizar sus conocimientos. Colgar de la red un libro, una obra pictórica, o un engendro como el yotube de la agresión en el metro de Barcelona a una joven ecuatoriana.

El resultado es un cruce de opiniones y un éxito mediático que trastoca al agresor en figura de culto para ciertas tribus urbanas. Y también el video puede ser utilizado como tema de debate educativo en algunos institutos. El caso es que no todo lo que se cuelga en la red sirve para buenos fines. Están las estafas y los profesionales de los mass media que saben como intoxicar la red en beneficio de oscuros intereses. El proceso es conocido porque ha sido utilizado con anterioridad por la radio, la televisión y el cine.

La novedad estriba en que a la red accede cualquier ciudadano sin necesidad de tener un currículum que avale sus opiniones o trabajos. Algunos se promocionan a sí mismo con una soltura de profesionales. De manera que sus páginas reciben miles de visitas. El truco si lo hay, reside precisamente en mantener un índice de audiencia. Esto es lo que más valoran en algunos rincones. Y yo que desconozco la sutil trama económica que subyace en estas visitas, disfruto añadiendo a favoritos a nuevos bloggers.

Me temo que con el tiempo las grandes corporaciones intentarán controlar la red, como han hecho con la prensa escrita, la radio o la televisión. Por eso creo que estamos viviendo un periodo histórico sin parangón, que permite expresarse con completa libertad, sin más censura que la propia coherencia personal. Porque hay cosas de las que no se puede hablar, por mucha libertad de la que goce la sociedad. Son contraproducentes. O al menos cuestionamos su salto a la red.

A mí me sigue llamando la atención el poco cuidado que se tiene sobre el derecho a la intimidad y el honor de los demás. Es espantoso que tengamos que asistir a debates donde lo que sale a la luz es la vida íntima de ciertos personajes. De la misma manera, se puede zaherir desde un blog a cualquier personaje público, con total impunidad. Eso me parece que va a ser regulado, porque el poder nunca ha consentido que pueda airearse su podredumbre con total impunidad. Ahí están los pleitos interpuestos a ciertos medios que en el futuro pueden recaer sobre cualquier blogger y un post más o menos conflictivo.

Mientras, gozamos de total impunidad para citar otras fuentes, bajar fotografías, enlazar con otros bloggers. Una libertad satisfactoria cuando se trata de hacer el bien. Temible cuando se convierte en delito, por medio de estafas o engaños. Ahí están las terribles redes de pornografía infantil o de contactos de dudosa conveniencia. Todo cabe en la misma pantalla y está al alcance de los más jóvenes. De ahí, que los educadores nunca nos cansemos de destacar que no se puede dejar sólo a un niño o joven frente al televisor o el ordenador. Sé que no nos hacen caso, pero el resultado ya lo estamos padeciendo. Una sociedad sin valores ni referentes claros, donde la violencia se convierte en un juego más para divertirse grabándolo y dejándolo caer en la red. Pues bien, como el ser humano tiene un claro sentido para aprender de sus propios errores. Con el tiempo, Internet ocupará en la historia el lugar que en su época tuvo la creación de la Imprenta, la radio, el cine y la televisión. Cambiando profundamente la sociedad de su tiempo.

viernes, 23 de noviembre de 2007

¿Y si hablamos de urbanidad?



He leído a un compañero en su blog que pedía que se educase en urbanidad. Estoy completamente de acuerdo. Hay una mala educación que se va generalizando y que pasa de la falta de respeto y la descalificación, a la palabra soez. Ha habido ilustres Académicos de la Lengua utilizando algún que otro vocablo de esa guisa. Pero eso tampoco les justificaba. Gente desagradable abunda por todos los lados. Llevamos años escuchando “tacos” en las tertulias televisivas, a cualquier hora. Y ahora también forman parte del universo de los blogs.

La verdad es que cuando buscas argumentos para defenderte de algún comentario hiriente, lo más fácil es devolver la pelota con un buen revés. Pero de esta manera caemos en lo que pretendemos evitar para nuestros jóvenes. Y una descalificación que sea respondida con otra puede resultar, según el contrincante, un juego interminable. De manera que optas por callar. El caso es que como no obtienen su dosis de morbo en una respuesta inmediata, acuden a los vecinos y les dejan su huella. Alguna vez he llamado la atención en mi blog sobre esa costumbre desagradable. Desde ahora lo tomaré como una norma: comentario ofensivo hacia otro/a blogger compañero/a, reproche o incluso supresión inmediata.

Luego irán diciendo que censuro. Pues sí, cuando lo estimo oportuno. Aunque bien es verdad que en muy pocas ocasiones he hecho uso de esa prerrogativa. Esto va como en las plazas de toros, por avisos; uno o dos toques de atención y cambio de tercio.

Y ahora para concluir otra pequeña reflexión. Estamos en una era de las comunicaciones donde la información se trasmite a todas las capas sociales. Al menos en occidente. De manera que cualquier despropósito escuchado en radio o televisión, se hace muletilla en los patios del colegio y en las tertulias de café. Decir “tacos” que están a la orden del día en casa, se convierte en una manera natural de expresión y cuesta hacer entender que aquello no está bien. “Es lo que le dice mi padre a mi madre”. “Es lo que oigo en tal o cuál programa”. ¿Con qué autoridad vas a prohibir aquello que están habituados a escuchar?. El cantautor asturiano Victor Manuel, haciendo prerrogativa de su libertad de expresión, ha soltado unas palabras malsonantes e hirientes en público. Pues es un despropósito injustificable. Por mucho que esté a la orden del día. Hay cosas que no se deben decir ni en privado, mucho menos en público.

Ahora los jóvenes chatean y tienen blogs a muy tierna edad. Que esto de las nuevas tecnologías avanza a pasos acelerados. Todavía recuerdo los primeros ordenadores por los ochenta, como exclusivos de las empresas y de cierta élite. Pero hoy, forman parte del mobiliario del hogar. Que los más jóvenes no caigan en la red de la estulticia, donde ser el más guarro y mal hablado denota ser más hombre o más mujer. Aunque no lo crean, de eso se trata cuando se imitan los comportamientos de adultos.

¿Y si hablamos de urbanidad?



He leído a un compañero en su blog que pedía que se educase en urbanidad. Estoy completamente de acuerdo. Hay una mala educación que se va generalizando y que pasa de la falta de respeto y la descalificación, a la palabra soez. Ha habido ilustres Académicos de la Lengua utilizando algún que otro vocablo de esa guisa. Pero eso tampoco les justificaba. Gente desagradable abunda por todos los lados. Llevamos años escuchando “tacos” en las tertulias televisivas, a cualquier hora. Y ahora también forman parte del universo de los blogs.

La verdad es que cuando buscas argumentos para defenderte de algún comentario hiriente, lo más fácil es devolver la pelota con un buen revés. Pero de esta manera caemos en lo que pretendemos evitar para nuestros jóvenes. Y una descalificación que sea respondida con otra puede resultar, según el contrincante, un juego interminable. De manera que optas por callar. El caso es que como no obtienen su dosis de morbo en una respuesta inmediata, acuden a los vecinos y les dejan su huella. Alguna vez he llamado la atención en mi blog sobre esa costumbre desagradable. Desde ahora lo tomaré como una norma: comentario ofensivo hacia otro/a blogger compañero/a, reproche o incluso supresión inmediata.

Luego irán diciendo que censuro. Pues sí, cuando lo estimo oportuno. Aunque bien es verdad que en muy pocas ocasiones he hecho uso de esa prerrogativa. Esto va como en las plazas de toros, por avisos; uno o dos toques de atención y cambio de tercio.

Y ahora para concluir otra pequeña reflexión. Estamos en una era de las comunicaciones donde la información se trasmite a todas las capas sociales. Al menos en occidente. De manera que cualquier despropósito escuchado en radio o televisión, se hace muletilla en los patios del colegio y en las tertulias de café. Decir “tacos” que están a la orden del día en casa, se convierte en una manera natural de expresión y cuesta hacer entender que aquello no está bien. “Es lo que le dice mi padre a mi madre”. “Es lo que oigo en tal o cuál programa”. ¿Con qué autoridad vas a prohibir aquello que están habituados a escuchar?. El cantautor asturiano Victor Manuel, haciendo prerrogativa de su libertad de expresión, ha soltado unas palabras malsonantes e hirientes en público. Pues es un despropósito injustificable. Por mucho que esté a la orden del día. Hay cosas que no se deben decir ni en privado, mucho menos en público.

Ahora los jóvenes chatean y tienen blogs a muy tierna edad. Que esto de las nuevas tecnologías avanza a pasos acelerados. Todavía recuerdo los primeros ordenadores por los ochenta, como exclusivos de las empresas y de cierta élite. Pero hoy, forman parte del mobiliario del hogar. Que los más jóvenes no caigan en la red de la estulticia, donde ser el más guarro y mal hablado denota ser más hombre o más mujer. Aunque no lo crean, de eso se trata cuando se imitan los comportamientos de adultos.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Católicos con denominación de origen



Hay veces que las leyes civiles chocan con la moral, formada bajo el amparo de la religión. La historia se ha desarrollado muchas veces a contraluz de estos acontecimientos. Podríamos enumerar revoluciones y guerras que llevan una impronta de oposición a una cosmovisión religiosa. En no pocas ocasiones la Iglesia, que suele seguir la máxima ignaciana de no mudar en tiempo de tribulación, ha rectificado alguna de sus posturas. Esto sirve en la actualidad para que muchos grupos sigan promoviendo el sacerdocio femenino, el matrimonio homosexual bendecido por la Iglesia, la práctica de dar la comunión a divorciados, el uso de los preservativos, etc.

Lo cierto es que los medios de comunicación están cambiando a velocidad de vértigo nuestra sociedad. Lo que antes sucedía en cien o doscientos años, puede ahora acaecer en veinticinco. Volver la vista atrás a 1.982 es como adentrarse en el túnel del tiempo. Ni Europa era como es ahora, ni se parece nuestro país al de ese año. Había otro orden mundial. Seguía en vigor el telón de acero y no había caído el muro de Berlín.

El caso es que la presión mediática para que la Iglesia católica acepte una moral laxa es más acuciante que nunca en la era de las telecomunicaciones. Pero no podemos decir que estamos en la Roma pagana. Porque si bien es cierto que las leyes civiles no se ajustan a la moral católica. También es verdad que nunca ha existido tanto interés por los menos desfavorecidos que en el siglo XXI. Surge un nuevo tipo de asociaciones denominadas ONG donde se mezclan creyentes, ateos y agnósticos, con unos ideales solidarios comunes. Y las catástrofes son conocidas en cuestión de segundos de una parte a otra del globo, movilizando las ayudas de todos los países.

La política ha separado claramente Iglesia y Estado. No existe ningún partido que represente a los católicos, porque tal vez nunca la fe tuvo que ver con política, pero tampoco jamás dejó de influir en ella en la medida que todos nuestros actos tienen un componente moral. De manera que los creyentes seguimos siendo un voto apetecible tanto para la izquierda como para la derecha. Luego, ya se encargarán los partidos de seguir su doble moral, saltándose a la torera sus propios programas.

Sin embargo, tampoco jamás fue más fácil que ahora, devolver la pelota de la memoria a los políticos mentirosos. Tenemos hemerotecas para recordar y cintas grabadas que pueden volver a retomar declaraciones que ponen en situación crítica a quienes las hicieron. Pues bien, hoy más que nunca se ve el relativismo hedonista imperar como un tirano en todas las capas sociales. La tolerancia se ha convertido en una pérdida de referentes claros de aquellos valores en donde reposaron las conciencias nuestros mayores. Hoy la infidelidad entra en el paquete de los nuevos matrimonios. El divorcio es moneda común en la mayor parte de las parejas más jóvenes. Cada día se multiplican el número de abortos. El inicio a la actividad sexual se realiza cada vez a edades más tempranas.

Que los católicos sigamos creyendo en un matrimonio indisoluble, es criticado por sesudos teólogos que hablan de la historia de la Iglesia en tiempo del Papa XXXX, donde el fracaso matrimonial era aceptado y la ruptura permitida. Lo mismo sucede con la homosexualidad que algunos nos quieren presentar como práctica común en ciertos grupos cristianos de no se sabe bien qué siglo. Además se hace pública la homosexualidad de figuras señeras en la literatura o la política, de manera que hoy en día es práctica habitual que no exista serie o película donde no se venda como una opción sexual normal. De la misma manera que se admite el aborto como un derecho a decidir sobre la vida y la muerte de un ser inocente.

Y todo esto viene a cuento de que me han llamado carca. Que es la manera fina de ponerte la señal de la cruz. Ahora hay que explicar aquello de que una lo va asumiendo y sintiéndose orgullosa. Porque cada día somos menos los que seguimos siendo fieles a los principios en los que fuimos educados. Y más los que siguen la práctica común de hacer lo que ven hacer al resto, bien en la televisión o en el cine. De manera que ser normal hoy, se ha convertido en estar a la moda, estar al loro, cogerlas al vuelo, ser in, y fashion.

Y a todo esto ¿dónde se ha quedado la Iglesia y quienes se sienten en comunión con ella?. Pues sencillamente donde están los carca, quienes están of. , demodé, y son cutres, pelín pasaos de rosca. Y claro esas cosas cuesta asimilarlas. Así que hay quien prefiere ir de moderno y coleguillas; renuncia a la divinidad de Jesús; se cisca en la virginidad de María; pone en tela de juicio la Santísima Trinidad, pero tiene un as bajo la manga, que es la opción preferencial por los pobres. Y aquí, amigos, todos quietos o no hay foto. Pues el que tenga oído que oiga.

Católicos con denominación de origen



Hay veces que las leyes civiles chocan con la moral, formada bajo el amparo de la religión. La historia se ha desarrollado muchas veces a contraluz de estos acontecimientos. Podríamos enumerar revoluciones y guerras que llevan una impronta de oposición a una cosmovisión religiosa. En no pocas ocasiones la Iglesia, que suele seguir la máxima ignaciana de no mudar en tiempo de tribulación, ha rectificado alguna de sus posturas. Esto sirve en la actualidad para que muchos grupos sigan promoviendo el sacerdocio femenino, el matrimonio homosexual bendecido por la Iglesia, la práctica de dar la comunión a divorciados, el uso de los preservativos, etc.

Lo cierto es que los medios de comunicación están cambiando a velocidad de vértigo nuestra sociedad. Lo que antes sucedía en cien o doscientos años, puede ahora acaecer en veinticinco. Volver la vista atrás a 1.982 es como adentrarse en el túnel del tiempo. Ni Europa era como es ahora, ni se parece nuestro país al de ese año. Había otro orden mundial. Seguía en vigor el telón de acero y no había caído el muro de Berlín.

El caso es que la presión mediática para que la Iglesia católica acepte una moral laxa es más acuciante que nunca en la era de las telecomunicaciones. Pero no podemos decir que estamos en la Roma pagana. Porque si bien es cierto que las leyes civiles no se ajustan a la moral católica. También es verdad que nunca ha existido tanto interés por los menos desfavorecidos que en el siglo XXI. Surge un nuevo tipo de asociaciones denominadas ONG donde se mezclan creyentes, ateos y agnósticos, con unos ideales solidarios comunes. Y las catástrofes son conocidas en cuestión de segundos de una parte a otra del globo, movilizando las ayudas de todos los países.

La política ha separado claramente Iglesia y Estado. No existe ningún partido que represente a los católicos, porque tal vez nunca la fe tuvo que ver con política, pero tampoco jamás dejó de influir en ella en la medida que todos nuestros actos tienen un componente moral. De manera que los creyentes seguimos siendo un voto apetecible tanto para la izquierda como para la derecha. Luego, ya se encargarán los partidos de seguir su doble moral, saltándose a la torera sus propios programas.

Sin embargo, tampoco jamás fue más fácil que ahora, devolver la pelota de la memoria a los políticos mentirosos. Tenemos hemerotecas para recordar y cintas grabadas que pueden volver a retomar declaraciones que ponen en situación crítica a quienes las hicieron. Pues bien, hoy más que nunca se ve el relativismo hedonista imperar como un tirano en todas las capas sociales. La tolerancia se ha convertido en una pérdida de referentes claros de aquellos valores en donde reposaron las conciencias nuestros mayores. Hoy la infidelidad entra en el paquete de los nuevos matrimonios. El divorcio es moneda común en la mayor parte de las parejas más jóvenes. Cada día se multiplican el número de abortos. El inicio a la actividad sexual se realiza cada vez a edades más tempranas.

Que los católicos sigamos creyendo en un matrimonio indisoluble, es criticado por sesudos teólogos que hablan de la historia de la Iglesia en tiempo del Papa XXXX, donde el fracaso matrimonial era aceptado y la ruptura permitida. Lo mismo sucede con la homosexualidad que algunos nos quieren presentar como práctica común en ciertos grupos cristianos de no se sabe bien qué siglo. Además se hace pública la homosexualidad de figuras señeras en la literatura o la política, de manera que hoy en día es práctica habitual que no exista serie o película donde no se venda como una opción sexual normal. De la misma manera que se admite el aborto como un derecho a decidir sobre la vida y la muerte de un ser inocente.

Y todo esto viene a cuento de que me han llamado carca. Que es la manera fina de ponerte la señal de la cruz. Ahora hay que explicar aquello de que una lo va asumiendo y sintiéndose orgullosa. Porque cada día somos menos los que seguimos siendo fieles a los principios en los que fuimos educados. Y más los que siguen la práctica común de hacer lo que ven hacer al resto, bien en la televisión o en el cine. De manera que ser normal hoy, se ha convertido en estar a la moda, estar al loro, cogerlas al vuelo, ser in, y fashion.

Y a todo esto ¿dónde se ha quedado la Iglesia y quienes se sienten en comunión con ella?. Pues sencillamente donde están los carca, quienes están of. , demodé, y son cutres, pelín pasaos de rosca. Y claro esas cosas cuesta asimilarlas. Así que hay quien prefiere ir de moderno y coleguillas; renuncia a la divinidad de Jesús; se cisca en la virginidad de María; pone en tela de juicio la Santísima Trinidad, pero tiene un as bajo la manga, que es la opción preferencial por los pobres. Y aquí, amigos, todos quietos o no hay foto. Pues el que tenga oído que oiga.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Ciento tres niños y una ONG francesa

Este mundo está lleno de porquería asociada a las ONG. Esa es la conclusión a la que llegas después de leer, ver o escuchar, las noticias sobre los niños que “El Arca de Zoé”, intentaba sacar sin autorización del Chad. Y una se pregunta quién es esa organización, cuáles son las subvenciones que recibe, quién audita sus gestiones. Pero automáticamente lo que están recibiendo miles de generosos donantes es la sospecha de que su dinero es utilizado en actividades dudosas. Yo no sé si es o no cierto que trafican con órganos o venden a los niños a redes de pedofilia. En cualquier caso no se sabe que es peor. Un futuro patético y un trasiego de vuelos contratados bajo el paraguas de la ayuda humanitaria.

La situación es tan escandalosa y patética que me resulta inconcebible. No puedo entender que nadie sea capaz de esa rapiña. Y exijo a mi gobierno que controle todas las ONG. Que las auditen, que eviten los cooperantes con tarjetas de crédito. Hace tanto daño el asunto, que empiezas a cuestionarte sino estaremos equivocados educando para la solidaridad. Que buenos somos recogiendo ropa usada, libros usados, juguetes viejos. Todo para los pobrecitos que no tienen nada. Y viene un intermediario avispado y monta su negocio con la solidaridad de los demás. Y encima se hace rico. ¡Eso no se puede consentir!.

Ya sé que siempre habrá pícaros, ladrones, mafiosos, asesinos, criminales de guante blanco. Pero estamos llegando a unos extremos que los barcos negreros son hermanas de la caridad, al lado de lo que se va sabiendo de ciertas ONG. Pues bueno, ojo. Cooperantes de verano, atentos a quién os envía a pagaros vuestro viaje y la estancia, además de hacerles el trabajo a unos cuantos que están viviendo a cuerpo de rey. ¿No hay leyes internacionales para esto?. Pues deberían inventarlas

Y es que a perro flaco todo son pulgas. De manera que con esta sociedad del bienestar estamos creando una especie de redes del inframundo con rostro humanitario. ¡Y eso clama al cielo!. Con estos escándalos se dan de baja miles de socios de organizaciones serias y solventes. Es la otra cara de la moneda, la que perjudica a quienes de verdad se dedican a hacer el bien.

De manera que estamos configurando una sociedad donde toda organización dedicada a actividades humanitarias recibe subvenciones. Y bajo el amparo del papá Estado unos desaprensivos se montan residencias de la tercera edad, pisos de acogida, vuelos charter a países subdesarrollados donde los alimentos enviados se quedan en mano del desalmado de turno. O donde un grupo de niños es raptado de su país de origen. Ya había leído un reportaje sobre algunas religiosas misioneras que denunciaban la desaparición de niños, llegando a afirmar que sus órganos se venden para trasplantes. ¡Dios mío, hasta donde somos capaces de llegar!.

Después de esto necesito una Teresa de Calcuta que me haga sentir que la bondad existe, que de verdad hay gente noble dedicada a los demás. Son necesarios los santos y los héroes y darles rostro para que no sean anónimos. Y preguntarles por qué dedican su vida a esa humanidad doliente y escuchar que lo hacen por amor a Dios. Es necesario que haya un rayo de luz entre tanta miseria. Y más que nunca es necesario llevar el Evangelio a todos los ámbitos de la sociedad. Porque las bienaventuranzas deben ser conocidas universalmente. Y debe resonar en cada cabeza “Lo que hicisteis con uno de esos a mí me lo hicisteis”.

No puede haber un humanismo sin credo, el humanismo es cristiano. Porque el deseo de hacer el bien no nace espontáneamente, nace del encuentro profundo con Cristo. Y si quieren discutimos la beneficencia en los países islámicos, budistas, o ateos. Me huelo a que lo que hay se parece a “El Arca de Zoé”.




Ciento tres niños y una ONG francesa

Este mundo está lleno de porquería asociada a las ONG. Esa es la conclusión a la que llegas después de leer, ver o escuchar, las noticias sobre los niños que “El Arca de Zoé”, intentaba sacar sin autorización del Chad. Y una se pregunta quién es esa organización, cuáles son las subvenciones que recibe, quién audita sus gestiones. Pero automáticamente lo que están recibiendo miles de generosos donantes es la sospecha de que su dinero es utilizado en actividades dudosas. Yo no sé si es o no cierto que trafican con órganos o venden a los niños a redes de pedofilia. En cualquier caso no se sabe que es peor. Un futuro patético y un trasiego de vuelos contratados bajo el paraguas de la ayuda humanitaria.

La situación es tan escandalosa y patética que me resulta inconcebible. No puedo entender que nadie sea capaz de esa rapiña. Y exijo a mi gobierno que controle todas las ONG. Que las auditen, que eviten los cooperantes con tarjetas de crédito. Hace tanto daño el asunto, que empiezas a cuestionarte sino estaremos equivocados educando para la solidaridad. Que buenos somos recogiendo ropa usada, libros usados, juguetes viejos. Todo para los pobrecitos que no tienen nada. Y viene un intermediario avispado y monta su negocio con la solidaridad de los demás. Y encima se hace rico. ¡Eso no se puede consentir!.

Ya sé que siempre habrá pícaros, ladrones, mafiosos, asesinos, criminales de guante blanco. Pero estamos llegando a unos extremos que los barcos negreros son hermanas de la caridad, al lado de lo que se va sabiendo de ciertas ONG. Pues bueno, ojo. Cooperantes de verano, atentos a quién os envía a pagaros vuestro viaje y la estancia, además de hacerles el trabajo a unos cuantos que están viviendo a cuerpo de rey. ¿No hay leyes internacionales para esto?. Pues deberían inventarlas

Y es que a perro flaco todo son pulgas. De manera que con esta sociedad del bienestar estamos creando una especie de redes del inframundo con rostro humanitario. ¡Y eso clama al cielo!. Con estos escándalos se dan de baja miles de socios de organizaciones serias y solventes. Es la otra cara de la moneda, la que perjudica a quienes de verdad se dedican a hacer el bien.

De manera que estamos configurando una sociedad donde toda organización dedicada a actividades humanitarias recibe subvenciones. Y bajo el amparo del papá Estado unos desaprensivos se montan residencias de la tercera edad, pisos de acogida, vuelos charter a países subdesarrollados donde los alimentos enviados se quedan en mano del desalmado de turno. O donde un grupo de niños es raptado de su país de origen. Ya había leído un reportaje sobre algunas religiosas misioneras que denunciaban la desaparición de niños, llegando a afirmar que sus órganos se venden para trasplantes. ¡Dios mío, hasta donde somos capaces de llegar!.

Después de esto necesito una Teresa de Calcuta que me haga sentir que la bondad existe, que de verdad hay gente noble dedicada a los demás. Son necesarios los santos y los héroes y darles rostro para que no sean anónimos. Y preguntarles por qué dedican su vida a esa humanidad doliente y escuchar que lo hacen por amor a Dios. Es necesario que haya un rayo de luz entre tanta miseria. Y más que nunca es necesario llevar el Evangelio a todos los ámbitos de la sociedad. Porque las bienaventuranzas deben ser conocidas universalmente. Y debe resonar en cada cabeza “Lo que hicisteis con uno de esos a mí me lo hicisteis”.

No puede haber un humanismo sin credo, el humanismo es cristiano. Porque el deseo de hacer el bien no nace espontáneamente, nace del encuentro profundo con Cristo. Y si quieren discutimos la beneficencia en los países islámicos, budistas, o ateos. Me huelo a que lo que hay se parece a “El Arca de Zoé”.




viernes, 2 de noviembre de 2007

Conversaciones con mi jardinero



Una vez más la película que quiero comentar es autorizada para todos los públicos. Pero la temática no convencerá a los jóvenes. Porque se adentra en la madurez de dos personas. Conversaciones con mi jardinero es un tándem entre el excelente Daniel Auteuil y Jean Pierre Darroussin. Hacia tiempo que no salía tan satisfecha del cine. En esta cinta se puede ver como se establece un vínculo de amistad entre dos hombres adultos, que compartieron algunas trastadas en su infancia, pero a quien la vida ha llevado por caminos muy diferentes. Rezuma valores por todos los poros de la cinta.

Tras haber triunfado en París, un pintor cincuentón va a parar a su casa de la infancia en un pueblecito francés. Allí se encuentra con un bello jardín y decide poner un anuncio en el periódico buscando jardinero. El elegido termina siendo un antiguo compañero de colegio al que no veía desde hacía años. En su día a día con el jardinero, el pintor descubre a un hombre apasionante que tiene una visión del mundo simple pero acertada.

Todo lo que pueda decir me parece de interés, pero no quiero caen en desvelar una película de la que se sale con satisfacción. La sabiduría del hombre del campo y la vuelta a los orígenes de su infancia del pintor se funden magistralmente, bajo la luz de la campiña francesa, en una amistad sólida. Una excelente fotografía y una música con trazos inolvidables. Especialmente el concierto para clarinete de Mozart.

El director, productor y coguionista de la cinta es Louis Becker, y su guión basado en la novela de Henri Cueco está excelentemente trabajado. Con seguridad ese es el primer logro de la película. Que es cadenciosa, sin rupturas estéticas, sin sobresaltos. La naturalidad es la nota dominante. La sabiduría del jardinero sorprende al pintor, que acepta esta nueva relación en medio de una crisis creativa que se resolverá al final.

Esta es la segunda película que Auteil estrena en nuestras pantallas en pocos meses después de "Mi mejor amigo", que también tuve el gusto de comentar. En esta ocasión, el actor de "El octavo día" y "El juego de los idiotas" muestra sus habilidades con el pincel y la palabra. Por su parte, Jean-Pierre Darroussin (La ciudad está tranquila, Largo domingo de noviazgo) interpreta a un personaje bonachón que demuestra su sabiduría innata.

Pues lo dicho, no se olviden de ir a ver esta cinta. Donde el color de la campiña francesa predomina sobre la mirada gris de la gran ciudad. Y donde la felicidad está escondida en la sabiduría de una vida plena entregada a los demás.

Conversaciones con mi jardinero



Una vez más la película que quiero comentar es autorizada para todos los públicos. Pero la temática no convencerá a los jóvenes. Porque se adentra en la madurez de dos personas. Conversaciones con mi jardinero es un tándem entre el excelente Daniel Auteuil y Jean Pierre Darroussin. Hacia tiempo que no salía tan satisfecha del cine. En esta cinta se puede ver como se establece un vínculo de amistad entre dos hombres adultos, que compartieron algunas trastadas en su infancia, pero a quien la vida ha llevado por caminos muy diferentes. Rezuma valores por todos los poros de la cinta.

Tras haber triunfado en París, un pintor cincuentón va a parar a su casa de la infancia en un pueblecito francés. Allí se encuentra con un bello jardín y decide poner un anuncio en el periódico buscando jardinero. El elegido termina siendo un antiguo compañero de colegio al que no veía desde hacía años. En su día a día con el jardinero, el pintor descubre a un hombre apasionante que tiene una visión del mundo simple pero acertada.

Todo lo que pueda decir me parece de interés, pero no quiero caen en desvelar una película de la que se sale con satisfacción. La sabiduría del hombre del campo y la vuelta a los orígenes de su infancia del pintor se funden magistralmente, bajo la luz de la campiña francesa, en una amistad sólida. Una excelente fotografía y una música con trazos inolvidables. Especialmente el concierto para clarinete de Mozart.

El director, productor y coguionista de la cinta es Louis Becker, y su guión basado en la novela de Henri Cueco está excelentemente trabajado. Con seguridad ese es el primer logro de la película. Que es cadenciosa, sin rupturas estéticas, sin sobresaltos. La naturalidad es la nota dominante. La sabiduría del jardinero sorprende al pintor, que acepta esta nueva relación en medio de una crisis creativa que se resolverá al final.

Esta es la segunda película que Auteil estrena en nuestras pantallas en pocos meses después de "Mi mejor amigo", que también tuve el gusto de comentar. En esta ocasión, el actor de "El octavo día" y "El juego de los idiotas" muestra sus habilidades con el pincel y la palabra. Por su parte, Jean-Pierre Darroussin (La ciudad está tranquila, Largo domingo de noviazgo) interpreta a un personaje bonachón que demuestra su sabiduría innata.

Pues lo dicho, no se olviden de ir a ver esta cinta. Donde el color de la campiña francesa predomina sobre la mirada gris de la gran ciudad. Y donde la felicidad está escondida en la sabiduría de una vida plena entregada a los demás.

viernes, 26 de octubre de 2007

Del Valle de los Caídos al valle de la reconciliación



Si la Ley de la Memoria Histórica, sirve para reconciliar a ganadores y perdedores, habremos hecho esa segunda Transición tan anhelada. Frente a la crispación de ciertos medios que buscan legitimar sus muertos, están aquellos que los honran y también quienes les rinden homenaje. Llevamos treinta años de democracia haciendo apología de la República y de cómo se cargó la Democracia un golpe de Estado militar.

Hasta ahí todo está bien escrito, pero sin matices. Es hora de que se sepa que nuestros ancestros de ambos bandos no respetaban por igual la propia democracia. Y ese fue el origen del caos en la II República. Aquello empezó mucho antes del alzamiento y los desmanes siguieron durante la confrontación. Si todos estamos de acuerdo en reconocer estos hechos, tal vez dejemos de mitificar algunas afirmaciones que no dejan de ser muy simples.

Yo por mi parte tuve mi época antifranquista, por el simple hecho de que no era una democracia. Y me parecia que ésta era la mejor forma de gobierno. Pero si repaso mi memoria histórica, pese a la falta de libertad de la época, yo fue una niña y una jóven completamente feliz con el Gobierno del Generalísimo. Me dio tiempo a asistir a algunas manifestaciones y poco más. Preocupaban mucho más las noticias que llegaban de las dictaduras Hispanoamericana: Chile, Argentina, Uruguay, y las revueltas sucesivas que pasaron desde el cono sur a Centro América, ya en la década de los años 80 del siglo pasado. Todos aquellos relatos ponían la carne de gallina y condicionaban nuestra visión del pasado.

Allí estaba la teología de la liberación. Aquí los curas obreros y los sindicalistas. La historia es maestra de los hechos. Se necesita mucho tiempo para clarificar algunos acontecimientos. Entre ellos estaba el peligro comunista que condicionó la política exterior e interior de muchos países en el siglo XX. Aunque ello no justifique por sí mismo los desmanes cometidos por los golpistas militares.

Yo ahora me alegro de saber que el Valle de los Caídos será de ambos bandos. Reconciliando así todas las memorias. Que buena falta nos hace. Basta con tener un poco de generosidad y saber perdonar a quienes no fueron capaces de convivir juntos. A los creyentes nos toca rezar para que sea efectiva la catarsis del pasado. A ello convocan varias diócesis con motivo de la próxima beatificación de los mártires españoles. Pues me parece muy sensato que oren por las víctimas de ambos bandos. Y que la semilla de los mártires sirva para unir, no para dividir. A los políticos les debemos exigir que mantengan la templanza. Frente a tanto desaforado, conviene hacer las cosas con largueza de miras. Ojalá acierten en ese empeño.


Del Valle de los Caídos al valle de la reconciliación



Si la Ley de la Memoria Histórica, sirve para reconciliar a ganadores y perdedores, habremos hecho esa segunda Transición tan anhelada. Frente a la crispación de ciertos medios que buscan legitimar sus muertos, están aquellos que los honran y también quienes les rinden homenaje. Llevamos treinta años de democracia haciendo apología de la República y de cómo se cargó la Democracia un golpe de Estado militar.

Hasta ahí todo está bien escrito, pero sin matices. Es hora de que se sepa que nuestros ancestros de ambos bandos no respetaban por igual la propia democracia. Y ese fue el origen del caos en la II República. Aquello empezó mucho antes del alzamiento y los desmanes siguieron durante la confrontación. Si todos estamos de acuerdo en reconocer estos hechos, tal vez dejemos de mitificar algunas afirmaciones que no dejan de ser muy simples.

Yo por mi parte tuve mi época antifranquista, por el simple hecho de que no era una democracia. Y me parecia que ésta era la mejor forma de gobierno. Pero si repaso mi memoria histórica, pese a la falta de libertad de la época, yo fue una niña y una jóven completamente feliz con el Gobierno del Generalísimo. Me dio tiempo a asistir a algunas manifestaciones y poco más. Preocupaban mucho más las noticias que llegaban de las dictaduras Hispanoamericana: Chile, Argentina, Uruguay, y las revueltas sucesivas que pasaron desde el cono sur a Centro América, ya en la década de los años 80 del siglo pasado. Todos aquellos relatos ponían la carne de gallina y condicionaban nuestra visión del pasado.

Allí estaba la teología de la liberación. Aquí los curas obreros y los sindicalistas. La historia es maestra de los hechos. Se necesita mucho tiempo para clarificar algunos acontecimientos. Entre ellos estaba el peligro comunista que condicionó la política exterior e interior de muchos países en el siglo XX. Aunque ello no justifique por sí mismo los desmanes cometidos por los golpistas militares.

Yo ahora me alegro de saber que el Valle de los Caídos será de ambos bandos. Reconciliando así todas las memorias. Que buena falta nos hace. Basta con tener un poco de generosidad y saber perdonar a quienes no fueron capaces de convivir juntos. A los creyentes nos toca rezar para que sea efectiva la catarsis del pasado. A ello convocan varias diócesis con motivo de la próxima beatificación de los mártires españoles. Pues me parece muy sensato que oren por las víctimas de ambos bandos. Y que la semilla de los mártires sirva para unir, no para dividir. A los políticos les debemos exigir que mantengan la templanza. Frente a tanto desaforado, conviene hacer las cosas con largueza de miras. Ojalá acierten en ese empeño.


viernes, 19 de octubre de 2007

Una Ley de punto final



La ley de la memoria histórica está ya a las puertas de su aprobación. Será una ley suscrita entre nacionalistas y PSOE. Por tanto el añorado consenso queda fuera. Se aplica el rodillo de la mayoría.

Desde que se decidió airear a los fantasmas del pasado, las historias más cruentas han llenado las páginas de los periódicos. Pero han sido siempre las de las víctimas de un lado, aquellos que quieren ser legítimos herederos de la II República. Aquellos que se definen demócratas aunque llevasen a la cuneta a civiles indefensos: hombres, mujeres y casi niños. Es una memoria fragmentada si no participan en ella todos los grupos políticos.

En la medida que algunos partidos se están desmarcando, volveremos a tener una Ley polémica e injusta. A la II República le hace falta asumir que hubo persecución religiosa y política. Víctimas inocentes en ambos bandos son recordadas por sus familiares. La ley que salga tiene que ser para cicatriz heridas, no para ahondar en ellas.

Se ha escrito mucho sobre el tema. El franquismo no era posible sin Franco. Culparle ahora de todos los males habidos y por haber durante cuarenta años, es de una simpleza histórica que espanta. La larga posguerra fue durísima, eso nadie lo niega. Pero la situación política mundial no dejaba dudas al respecto: nazismo o comunismo. Quien idealice a la II República como una sociedad demócrata y justa, está cayendo en el angelismo. Había un enfrentamiento permanente y una violencia larvada. Basta con repasar los documentales de la época.

La II República no hubiera fracasado si el Frente Popular, realmente hubiera sido democrático y hubiera luchado por encima de cualquier otra consideración por los valores de la democracia. Pero no fue así, anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos, cada cual tiraba hacia los suyos olvidando al resto. Mientras la CEDA se mantenía firme en sus posiciones.

No me gusta que se satanice a nadie. El crimen fue que media España se revolvió contra la otra media. Y los asesinatos de un lado y otro merecen un reconocimiento global de todos los españoles, con generosidad por ambas partes. Si como en la II República, unos se empeñan en tener más razón que otros. Esta Ley será una Ley muerta que no habrá servido para otra cosa que avivar rescoldos del pasado.

Me he permitido hacer varios enlaces a otros post en los que he escrito sobre este tema. Porque a medida que ha ido tratándose, según iban llegando opiniones, mi posición ha cambiado. Ya que se han empeñado en aprobar una Ley de punto final, valdría la pena que las cosas se hicieran con más sentido común. Hay toda una generación que quiere ser más víctima que otros. Y eso señores y señoras, es una falacia. Las víctimas están muertas y enterradas, descansen en paz. Por muchas fosas que se abran, seguirán existiendo muchas víctimas desaparecidas en cualquier cuneta de España.

Una Ley de punto final



La ley de la memoria histórica está ya a las puertas de su aprobación. Será una ley suscrita entre nacionalistas y PSOE. Por tanto el añorado consenso queda fuera. Se aplica el rodillo de la mayoría.

Desde que se decidió airear a los fantasmas del pasado, las historias más cruentas han llenado las páginas de los periódicos. Pero han sido siempre las de las víctimas de un lado, aquellos que quieren ser legítimos herederos de la II República. Aquellos que se definen demócratas aunque llevasen a la cuneta a civiles indefensos: hombres, mujeres y casi niños. Es una memoria fragmentada si no participan en ella todos los grupos políticos.

En la medida que algunos partidos se están desmarcando, volveremos a tener una Ley polémica e injusta. A la II República le hace falta asumir que hubo persecución religiosa y política. Víctimas inocentes en ambos bandos son recordadas por sus familiares. La ley que salga tiene que ser para cicatriz heridas, no para ahondar en ellas.

Se ha escrito mucho sobre el tema. El franquismo no era posible sin Franco. Culparle ahora de todos los males habidos y por haber durante cuarenta años, es de una simpleza histórica que espanta. La larga posguerra fue durísima, eso nadie lo niega. Pero la situación política mundial no dejaba dudas al respecto: nazismo o comunismo. Quien idealice a la II República como una sociedad demócrata y justa, está cayendo en el angelismo. Había un enfrentamiento permanente y una violencia larvada. Basta con repasar los documentales de la época.

La II República no hubiera fracasado si el Frente Popular, realmente hubiera sido democrático y hubiera luchado por encima de cualquier otra consideración por los valores de la democracia. Pero no fue así, anarquistas, comunistas, socialistas, republicanos, cada cual tiraba hacia los suyos olvidando al resto. Mientras la CEDA se mantenía firme en sus posiciones.

No me gusta que se satanice a nadie. El crimen fue que media España se revolvió contra la otra media. Y los asesinatos de un lado y otro merecen un reconocimiento global de todos los españoles, con generosidad por ambas partes. Si como en la II República, unos se empeñan en tener más razón que otros. Esta Ley será una Ley muerta que no habrá servido para otra cosa que avivar rescoldos del pasado.

Me he permitido hacer varios enlaces a otros post en los que he escrito sobre este tema. Porque a medida que ha ido tratándose, según iban llegando opiniones, mi posición ha cambiado. Ya que se han empeñado en aprobar una Ley de punto final, valdría la pena que las cosas se hicieran con más sentido común. Hay toda una generación que quiere ser más víctima que otros. Y eso señores y señoras, es una falacia. Las víctimas están muertas y enterradas, descansen en paz. Por muchas fosas que se abran, seguirán existiendo muchas víctimas desaparecidas en cualquier cuneta de España.

jueves, 11 de octubre de 2007

La legalidad del abuso de menores



Es indignante hasta donde son capaces de llegar algunos. Un reality show protagonizado por niños entre ocho y quince años. Algo así como el gran hermano o supervivientes, pero en versión infantil. Es el éxito de una progración que aspira a ser familiar. Graban durante las veinticuatro horas a los niños, y los mantienen expuestos al público en todas sus reacciones para ganar una estrella de 20.000 dólares. Ese programa de la CBS norteamericana, ya tiene su versión europea.

Miren que me duele la participación de los niños en cualquier tipo de programa, especialmente si les piden comportamientos de adultos. Concursos de baile, cantantes nóveles. Todo eso me produce un malestar interior. Veo como que les están robando la infancia y creo que debiera suprimirse ese trapicheo con el menor para satisfacción de adultos vanidosos. No me gusta para nada y me parece que al igual que se establecen leyes para la protección del menor se deberia prohibir estos tipos de actuaciones. Hay una niña prodigio española, Marisol, Pepa Flores de civil, quien sabe bien como es la vida de éxito y fama en la infancia y creo que nunca lo superó. Si hablamos del caso, Joselito, encontramos a una personalidad tocada por esa infancia de trabajo entre bambalinas, cuya vida de adulto se ha visto marcada por la dificultad de adaptación a lo cotidiano.

Lo cierto es que la jornada de trabajo del citado programa es de veinticuatro horas durante cuarenta días. En este programa televisivo, se premia “el trabajo duro”. Los niños de entre 8 y 15 años, deben, sin ayuda de ningún adulto, limpiar los baños, cocinar, lavar los platos, ir a por agua, o cuidar a los animales que habitan en el “Fuerte de Bonanza”. Los niños han tenido accidentes pero los padres se comprometen a no demandar a la CBS y a aceptar su plena responsabilidad si la grabación deja en el niño “daños emocionales, enfermedades, dolencias de transmisión sexual, sida o embarazos”. Bonita cláusula que exhonera a los adultos y perjudica al menor. Suficiente a mi juicio para prohibir la grabación de dicho programa.

Con sinceridad, somos incongruentes. Una cosa es educar para formar una personalidad recia, y otra utilizar a un niño como cobaya. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar?. Si los padres son capaces de prestar a los hijos para conseguir un premio en metálico o para satisfacer su vanidad, no nos puede extrañar que luego tengamos comportamientos conflictivos en los menores. De ahí en adelante cualquier cosa es posible. Pero lo paradógico es que esto se da en la sociedad desarrollada, democrática, cuidadosa de la legalidad, de la protección del medio ambiente, del derecho universal de la salud y de la educación.

Es una especie de contrasentido que muestra a las claras lo enferma que se encuentra nuestra sociedad del bienestar. Ahora que tanto se lleva llamar para votar por un concursante y aumentar su nivel de aceptación, se debería también poder votar en contra de programas televisivos que hieren la dignidad del ser humano, o que ofenden por la zafiedad de sus contenidos. Invito a todos los padres a protestar en caso de que se quiera llevar a cabo semejante enjendro en nuestro país.