martes, 24 de julio de 2007

las sirvientas de monseñor



El cardenal Bertone, Secretario de Estado del Vaticano aseguró que muy pronto habrá altos cargos para mujeres en la Santa Sede. La noticia ha recorrido todos los foros mediáticos. Sin embargo no ha producido grandes reacciones. En realidad la mujer en la iglesia católica tiene más presencia que los varones, pero está sometida a ellos por imperativos históricos, de suerte que como mucho llega a ser la sirvienta del monseñor.

Me parece que a las feministas radicales, el asunto las deja frías. No hay ley de paridad en la Santa Sede, pese a que si todas las mujeres decidiéramos unirnos en una sola voz la Iglesia temblaría. ¿Saben ustedes el porcentaje de feligreses que acude a cada una de las parroquias?. La mayor parte son mujeres, lo mismo en las obras pías de asociaciones tipo Cáritas o Manos Unidas.

Dentro de las grandes manifestaciones de perdón del Juan Pablo II, no recuerdo que se haya pedido perdón a la mujer por el trato vejatorio durante generaciones enteras, en las que ha sido sometida a la autoridad paterna, marital y religiosa. Hay joyas de la literatura teologal que nos dejan sin intelecto. No se asusten no voy a hacer apología del feminismo, pero sí constatar que algo no funciona si se sigue con la misoginia como forma de gobierno en la Santa Sede.

Queda claro que pese a la incorporación de la mujer en las Facultades de Teología, sólo hay un 10% de profesoras en las Universidades Pontificias y, ninguna de ellas, es titular de cátedra. Cuando una mujer pueda dirigir los ejercicios espirituales de obispos, cardenales o del mismo Papa, tan sólo habremos avanzado un paso de pulga. Porque se diga lo que se diga, el director espiritual, el confesor, seguirá siendo un varón. Y la mujer quedará sometida a sus criterios.

Veo que las religiosas se han modernizado, pero siguen diciendo que dependen de los superiores. De manera que las superiores, a su vez, deben dar cuenta a un varón. Por tanto el hombre recargado de la autoridad de su ministerio tiene entre sus muchas funciones la de asesorar en el mejor de los casos, o la de subyugar en la peor de sus manifestaciones a la mujer.

Teniendo en cuenta que la sociedad ya admite una autonomía de la mujer, una independencia económica y personal, no parece extraño que las feministas abominen de la Iglesia a quien consideran represora en la mayoría de sus facetas. Hablo de mujeres alejadas de la fe. Puesto que quienes hemos tenido un encuentro con Cristo y vivimos la fe en el día a día, vamos capeando el temporal como buenamente podemos. No sin grandes dificultades, aunque podamos dar gracias a Dios por cada varón que se acerca a nosotras como hermano y no como señor.

De momento el cardenal Bertone habla de mujeres con responsabilidad en la Iglesia y pone como ejemplo a una religiosa que se encarga del departamento de Internet en el Vaticano; otra que es subsecretaria de la Congregación para los Institutos de vida consagrada; y una laica que es Presidenta de la Academia Pontifica de Ciencias Sociales.

las sirvientas de monseñor



El cardenal Bertone, Secretario de Estado del Vaticano aseguró que muy pronto habrá altos cargos para mujeres en la Santa Sede. La noticia ha recorrido todos los foros mediáticos. Sin embargo no ha producido grandes reacciones. En realidad la mujer en la iglesia católica tiene más presencia que los varones, pero está sometida a ellos por imperativos históricos, de suerte que como mucho llega a ser la sirvienta del monseñor.

Me parece que a las feministas radicales, el asunto las deja frías. No hay ley de paridad en la Santa Sede, pese a que si todas las mujeres decidiéramos unirnos en una sola voz la Iglesia temblaría. ¿Saben ustedes el porcentaje de feligreses que acude a cada una de las parroquias?. La mayor parte son mujeres, lo mismo en las obras pías de asociaciones tipo Cáritas o Manos Unidas.

Dentro de las grandes manifestaciones de perdón del Juan Pablo II, no recuerdo que se haya pedido perdón a la mujer por el trato vejatorio durante generaciones enteras, en las que ha sido sometida a la autoridad paterna, marital y religiosa. Hay joyas de la literatura teologal que nos dejan sin intelecto. No se asusten no voy a hacer apología del feminismo, pero sí constatar que algo no funciona si se sigue con la misoginia como forma de gobierno en la Santa Sede.

Queda claro que pese a la incorporación de la mujer en las Facultades de Teología, sólo hay un 10% de profesoras en las Universidades Pontificias y, ninguna de ellas, es titular de cátedra. Cuando una mujer pueda dirigir los ejercicios espirituales de obispos, cardenales o del mismo Papa, tan sólo habremos avanzado un paso de pulga. Porque se diga lo que se diga, el director espiritual, el confesor, seguirá siendo un varón. Y la mujer quedará sometida a sus criterios.

Veo que las religiosas se han modernizado, pero siguen diciendo que dependen de los superiores. De manera que las superiores, a su vez, deben dar cuenta a un varón. Por tanto el hombre recargado de la autoridad de su ministerio tiene entre sus muchas funciones la de asesorar en el mejor de los casos, o la de subyugar en la peor de sus manifestaciones a la mujer.

Teniendo en cuenta que la sociedad ya admite una autonomía de la mujer, una independencia económica y personal, no parece extraño que las feministas abominen de la Iglesia a quien consideran represora en la mayoría de sus facetas. Hablo de mujeres alejadas de la fe. Puesto que quienes hemos tenido un encuentro con Cristo y vivimos la fe en el día a día, vamos capeando el temporal como buenamente podemos. No sin grandes dificultades, aunque podamos dar gracias a Dios por cada varón que se acerca a nosotras como hermano y no como señor.

De momento el cardenal Bertone habla de mujeres con responsabilidad en la Iglesia y pone como ejemplo a una religiosa que se encarga del departamento de Internet en el Vaticano; otra que es subsecretaria de la Congregación para los Institutos de vida consagrada; y una laica que es Presidenta de la Academia Pontifica de Ciencias Sociales.

sábado, 14 de julio de 2007

¿Integrismo o pensamiento crítico?



Resulta obvio que la historia nos la quieren enseñar basándose en artículos tendenciosos. Son tópicos que se pueden explicar pero pesan como una losa de la que es difícil desembarazarse. El nacional catolicismo es utilizado una y otra vez, para hablar del adoctrinamiento de la Iglesia. Sirve para justificar el nuevo adoctrinamiento de una asignatura como Educación para la Ciudadanía, en este caso por parte del Gobierno de turno. Cegarnos en el pasado no es una buena medida para construir el futuro. La ley de la memoria histórica ha servido para desenterrar viejos rencores, no para construir una reconciliación. Cuando se trata de manipular la historia nos encontramos con esos tópicos que se publican hoy en Rumores de Ángeles.

Decir que la Iglesia se resiste a perder prerrogativas y que la sociedad actual dista mucho de la de aquella época oscurantista. No es más que la constatación de una realidad. Pero no está bien que se critique a quienes no queremos totalitarismo de ninguna clase o condición, clasificándonos en un pensamiento desfasado. Una asignatura cuya temática ya se trataba en la escuela y los institutos, nace ahora sin consenso como materia obligatoria, con unos objetivos concretos: moldear la conciencia ciudadana, apagar cualquier atisbo de pensamiento libre. Esta asignatura, presentada en sociedad con muy mala acogida, no soluciona la problemática de la crisis educativa. La maravillosa diversidad y pluralidad existe en nuestros centros desde hace mucho tiempo. Con mayor o peor fortuna intentamos convivir respetando la diversidad. Por si misma, una asignatura no va a evitar el racismo, la xenofobia o la violencia escolar y probablemente creará más conflictos que soluciones.

Que el problema educativo se haya resumido en una sola asignatura, demuestra una vez más como se manipula a la sociedad. Se esconde una realidad y se le añade un tinte ideológico a toda una propuesta educativa. Se sacan del armario nuestros muertos y se vuelve a atizar la cizaña hablando de una Iglesia privilegiada. En realidad se trata de un acoso y derribo a las instituciones religiosas, cuyas prerrogativas son muy diferentes de aquellas que se les quiere atribuir.

Y así, paso a paso, artículo a artículo, debate a debate, se horada la opinión pública. No se trata de estar con el conservadurismo de Rouco o Cañizares, o con una Iglesia que todo lo ve bonito y es tan progresista que incluso deja de parecer cristiana para devenir en protestante. Pero eso sí se arroga el derecho a la diferencia y a la pluralidad. Y de esa manera se la enfrenta de paso con la otra Iglesia la conservadora y nacional católica. Nada más falso y alevoso que esta manipulación interesada. En la que llevan mucho tiempo invertido los enemigos de cualquier religión. Esos que quieren llevar a las catacumbas cualquier manifestación de fe. Aprovechan estos rifirrafes para plantear el laicismo del Estado. Como si la Iglesia tuviera algún poder temporal. Iglesia –Estado llevan ya muchos años separados. Y la Iglesia tiene derecho a opinar en algo tan importante como la educación de sus fieles.

Que nos restrieguen por la cara que esta asignatura viene impartiéndose en gran parte de los países de nuestro entorno, hace volver nuestros ojos al Parlamento Europeo y preguntarnos si el euro centrismo ha dejado de ser democrático para convertirse en un paripé pasado por las urnas. Las reflexiones aumentan de intensidad a medida que el Gobierno se obceca en imponer y no dialogar. Aunque todo ello se lleve con mucho talante.

¿Integrismo o pensamiento crítico?



Resulta obvio que la historia nos la quieren enseñar basándose en artículos tendenciosos. Son tópicos que se pueden explicar pero pesan como una losa de la que es difícil desembarazarse. El nacional catolicismo es utilizado una y otra vez, para hablar del adoctrinamiento de la Iglesia. Sirve para justificar el nuevo adoctrinamiento de una asignatura como Educación para la Ciudadanía, en este caso por parte del Gobierno de turno. Cegarnos en el pasado no es una buena medida para construir el futuro. La ley de la memoria histórica ha servido para desenterrar viejos rencores, no para construir una reconciliación. Cuando se trata de manipular la historia nos encontramos con esos tópicos que se publican hoy en Rumores de Ángeles.

Decir que la Iglesia se resiste a perder prerrogativas y que la sociedad actual dista mucho de la de aquella época oscurantista. No es más que la constatación de una realidad. Pero no está bien que se critique a quienes no queremos totalitarismo de ninguna clase o condición, clasificándonos en un pensamiento desfasado. Una asignatura cuya temática ya se trataba en la escuela y los institutos, nace ahora sin consenso como materia obligatoria, con unos objetivos concretos: moldear la conciencia ciudadana, apagar cualquier atisbo de pensamiento libre. Esta asignatura, presentada en sociedad con muy mala acogida, no soluciona la problemática de la crisis educativa. La maravillosa diversidad y pluralidad existe en nuestros centros desde hace mucho tiempo. Con mayor o peor fortuna intentamos convivir respetando la diversidad. Por si misma, una asignatura no va a evitar el racismo, la xenofobia o la violencia escolar y probablemente creará más conflictos que soluciones.

Que el problema educativo se haya resumido en una sola asignatura, demuestra una vez más como se manipula a la sociedad. Se esconde una realidad y se le añade un tinte ideológico a toda una propuesta educativa. Se sacan del armario nuestros muertos y se vuelve a atizar la cizaña hablando de una Iglesia privilegiada. En realidad se trata de un acoso y derribo a las instituciones religiosas, cuyas prerrogativas son muy diferentes de aquellas que se les quiere atribuir.

Y así, paso a paso, artículo a artículo, debate a debate, se horada la opinión pública. No se trata de estar con el conservadurismo de Rouco o Cañizares, o con una Iglesia que todo lo ve bonito y es tan progresista que incluso deja de parecer cristiana para devenir en protestante. Pero eso sí se arroga el derecho a la diferencia y a la pluralidad. Y de esa manera se la enfrenta de paso con la otra Iglesia la conservadora y nacional católica. Nada más falso y alevoso que esta manipulación interesada. En la que llevan mucho tiempo invertido los enemigos de cualquier religión. Esos que quieren llevar a las catacumbas cualquier manifestación de fe. Aprovechan estos rifirrafes para plantear el laicismo del Estado. Como si la Iglesia tuviera algún poder temporal. Iglesia –Estado llevan ya muchos años separados. Y la Iglesia tiene derecho a opinar en algo tan importante como la educación de sus fieles.

Que nos restrieguen por la cara que esta asignatura viene impartiéndose en gran parte de los países de nuestro entorno, hace volver nuestros ojos al Parlamento Europeo y preguntarnos si el euro centrismo ha dejado de ser democrático para convertirse en un paripé pasado por las urnas. Las reflexiones aumentan de intensidad a medida que el Gobierno se obceca en imponer y no dialogar. Aunque todo ello se lleve con mucho talante.

sábado, 7 de julio de 2007

La impunidad del aborto



Muchos hemos hablado de lo mismo: la impunidad con la que se realiza el aborto en España. Se sospecha que incluso no se cumplen los tres supuestos previstos por la ley. Y va siendo hora de que se defienda la vida más débil. Queda bien postularse del lado de la víctima, en caso de violación, en caso de malformación, en caso de peligro de muerte. Todos esos casos son dramáticos y nadie puede exigir a otro lo que no es capaz de asumir por si mismo. Les confieso que todavía tengo mis dudas en el caso del peligro de muerte para la madre. Me monto yo sola un drama con este asunto y no soy objetiva ni valiente, lo sé y por lo tanto no voy a ponerme a juzgar a nadie. Pero resulta que la vida es vida desde el primer momento y si no existe conciencia de estar realizando un asesinato, mal podemos andar en cuestión de derechos humanos.

Hemos llegado a tal extremo que incluso Simone Veil, la ex ministra francesa de sanidad que introdujo la ley de despenalización del aborto en 1975, reconoce que la ciencia está demostrando la existencia de vida desde la concepción.”Cada vez es más evidente científicamente que desde la concepción se trata de un ser vivo”, afirma la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo entre 1979 y 1982. Sus comentarios han tenido lugar en el contexto del reportaje difundido por el canal de televisión «France 2», el 14 de junio, en el que se muestra cómo en España se realizan abortos hasta en el octavo mes de embarazo, informa la revista de prensa de la Fundación Jérôme Lejeune (http://www.genethique.org/). En el documental, se ve a una periodista encinta de ocho meses a quien se le propone un aborto en una clínica privada de Barcelona por la suma de 4.000 euros.Mientras en la Francia laica, es difícil encontrar un médico que no alegue objeción de conciencia, la católica España subvenciona incluso las píldoras abortivas del día después en los Centros de Salud.

La entrevista con Veil premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2005, deja al descubierto el proceder del Ministerio de Sanidad en nuestro país, que permite numerosas clínicas privadas abortivas. Y con ello tan sólo constato el hecho de que se está asesinando masivamente. ¿Podrán nuestros descendientes hablar de un genocidio pasivo promovido por sucesivos gobiernos en numerosos países?. Si hoy nos espanta conocer el holocausto o más recientemente los genocidios en Bosnia o Ruanda, nuestra postura occidental no puede ser más hipócrita. Se nos hace la boca agua hablando de derechos humanos, promoviendo miles de medidas y caemos en la incoherencia de facilitar el asesinato.

No puedo aprobar que se haya llegado a la frivolidad de considerar el aborto como una operación estética, algo que nos molesta y que podemos y debemos extirpar porque la ley lo permite. Creo que hemos llegado a un absurdo jurídico. Tratando de defender a la mujer de situaciones extremadamente inhumanas, se ha abierto la veda para la impunidad de un delito.

Pueden ustedes alegar lo que quieran, a mí cada día me verán más próxima a los antiabortistas. Es cuestión de sentido común.


La impunidad del aborto



Muchos hemos hablado de lo mismo: la impunidad con la que se realiza el aborto en España. Se sospecha que incluso no se cumplen los tres supuestos previstos por la ley. Y va siendo hora de que se defienda la vida más débil. Queda bien postularse del lado de la víctima, en caso de violación, en caso de malformación, en caso de peligro de muerte. Todos esos casos son dramáticos y nadie puede exigir a otro lo que no es capaz de asumir por si mismo. Les confieso que todavía tengo mis dudas en el caso del peligro de muerte para la madre. Me monto yo sola un drama con este asunto y no soy objetiva ni valiente, lo sé y por lo tanto no voy a ponerme a juzgar a nadie. Pero resulta que la vida es vida desde el primer momento y si no existe conciencia de estar realizando un asesinato, mal podemos andar en cuestión de derechos humanos.

Hemos llegado a tal extremo que incluso Simone Veil, la ex ministra francesa de sanidad que introdujo la ley de despenalización del aborto en 1975, reconoce que la ciencia está demostrando la existencia de vida desde la concepción.”Cada vez es más evidente científicamente que desde la concepción se trata de un ser vivo”, afirma la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo entre 1979 y 1982. Sus comentarios han tenido lugar en el contexto del reportaje difundido por el canal de televisión «France 2», el 14 de junio, en el que se muestra cómo en España se realizan abortos hasta en el octavo mes de embarazo, informa la revista de prensa de la Fundación Jérôme Lejeune (http://www.genethique.org/). En el documental, se ve a una periodista encinta de ocho meses a quien se le propone un aborto en una clínica privada de Barcelona por la suma de 4.000 euros.Mientras en la Francia laica, es difícil encontrar un médico que no alegue objeción de conciencia, la católica España subvenciona incluso las píldoras abortivas del día después en los Centros de Salud.

La entrevista con Veil premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2005, deja al descubierto el proceder del Ministerio de Sanidad en nuestro país, que permite numerosas clínicas privadas abortivas. Y con ello tan sólo constato el hecho de que se está asesinando masivamente. ¿Podrán nuestros descendientes hablar de un genocidio pasivo promovido por sucesivos gobiernos en numerosos países?. Si hoy nos espanta conocer el holocausto o más recientemente los genocidios en Bosnia o Ruanda, nuestra postura occidental no puede ser más hipócrita. Se nos hace la boca agua hablando de derechos humanos, promoviendo miles de medidas y caemos en la incoherencia de facilitar el asesinato.

No puedo aprobar que se haya llegado a la frivolidad de considerar el aborto como una operación estética, algo que nos molesta y que podemos y debemos extirpar porque la ley lo permite. Creo que hemos llegado a un absurdo jurídico. Tratando de defender a la mujer de situaciones extremadamente inhumanas, se ha abierto la veda para la impunidad de un delito.

Pueden ustedes alegar lo que quieran, a mí cada día me verán más próxima a los antiabortistas. Es cuestión de sentido común.