sábado, 29 de noviembre de 2008

El Greco, una vida novelada

Con este temporal por la calle y por todos los medios, más vale hacer un paréntesis. Arrecian las huestes laicistas arengando al personal a sublevarse contra los símbolos religiosos. Se ve que no tienen otra cosa mejor que hacer que dejar caer su inquina atea. No hay propuestas para salir de la crisis, no hay ideas sanas expuestas para el bien común de todos los españoles. Hay, eso sí, mucha mala baba y ganas de seguir mareando la perdiz.

Mientras el circo mediático nos subyuga con series que buscan resaltar la bondad y la maldad en un maniqueísmo vergonzoso, algunos apostamos por seguir pendientes de la cultura. Y como el cine es el séptimo arte, allí encuentras momentos para reflexionar sobre lo humano y lo divino. Es un proceso diferente al de la literatura pero que sirve al mismo fin: ponerse en la piel de otro. Eso es lo que hace un artista, escritor, guionista o director.

He renunciado a ver algunas películas por cansancio. Más de lo mismo ya no lo aguanto. Pero El Greco reúne la historia y la pintura. Así que pese a la visión morbosa de su corto, decidí visionar el espectáculo. Aconsejo ir a verla, con reservas, todas las que se refieren a esa novelada relación del pintor con la iglesia. Aquí de nuevo encontramos la misma mirada que en “Los fantasmas de Goya”, la inquisición como botón de muestra de una religión fanática y desalmada.

Pero es una obra bien narrada, muy cuidada en su diseño artístico e interpretada con esmero. Tiene el aliciente de una banda sonora compuesta por Vangelis. Hasta ahí todo bien. Me gusta el planteamiento de unir la vida del autor a un personaje religioso. Es un acierto narrativo que nos permite seguir al pintor desde su Creta natal hasta Toledo. Pero agobia la frialdad con la que se aborda la fe, profundamente cuestionada por un inquisidor amante del arte o del artista. Una termina como el propio Greco, no el real, sino el de la ficción, preguntándose qué quiere el clérigo de marras.

Sin embargo, no les voy a contar el desenlace. Pero sí algunas cuestiones personales del pintor, como puede ser el amancebamiento con Jerónima, la mujer que comparte la mayor parte de su vida, que no sé si son ciertas o inventadas. Pero visto como presentan el tema religioso, mejor dudar que no dar por supuestas unas relaciones extramatrimoniales que son inimaginables en la España del Concilio de Trento. Eso, en cambio, viene bien para fomentar la simpatía hacia el artista, llevándolo más allá del bien y del mal, siguiendo los patrones del relativismo actual.

Dicho esto, vuelvo a insistir que es una gran película. Tiene todo lo que se necesita para conseguir un premio. Historia, amor, odio, ambición, fe, inquisición, arte. ¿Quién puede ofrecer más?. Está bien construida, es original hasta para justificar el arte del Greco, donde los personajes más bajos y viles, se transforman por la gracia de la pintura en santos y nobles. Mientras que el alma del inquisidor es retratada en el lienzo con toda la crudeza de su mal corazón.

Son juicios de valor muy sutiles, pero que hay que tener en cuenta, para saltar un poco de la superficie al fondo. No nos dejemos engañar por el arte que siempre finge imitando la realidad. El Greco es puro arte, con ribetes históricos para centrar al personaje. Pero el guión es una página más que añadir al adoctrinamiento laicista, subvencionado por el Estado.

Yo les recomiendo que disfruten de la pintura, de los diálogos, del ambiente que supone conocer por dentro el taller de un artista renacentista como Tiziano y su escuela veneciana. Pero no crean que están viendo un trozo de historia, allí donde todo es puro artificio imaginado, salvo las pinturas que son fieles reproducciones de los originales de Doménikos Teotokopoulos y de Tiziano.

El Greco, una vida novelada

Con este temporal por la calle y por todos los medios, más vale hacer un paréntesis. Arrecian las huestes laicistas arengando al personal a sublevarse contra los símbolos religiosos. Se ve que no tienen otra cosa mejor que hacer que dejar caer su inquina atea. No hay propuestas para salir de la crisis, no hay ideas sanas expuestas para el bien común de todos los españoles. Hay, eso sí, mucha mala baba y ganas de seguir mareando la perdiz.

Mientras el circo mediático nos subyuga con series que buscan resaltar la bondad y la maldad en un maniqueísmo vergonzoso, algunos apostamos por seguir pendientes de la cultura. Y como el cine es el séptimo arte, allí encuentras momentos para reflexionar sobre lo humano y lo divino. Es un proceso diferente al de la literatura pero que sirve al mismo fin: ponerse en la piel de otro. Eso es lo que hace un artista, escritor, guionista o director.

He renunciado a ver algunas películas por cansancio. Más de lo mismo ya no lo aguanto. Pero El Greco reúne la historia y la pintura. Así que pese a la visión morbosa de su corto, decidí visionar el espectáculo. Aconsejo ir a verla, con reservas, todas las que se refieren a esa novelada relación del pintor con la iglesia. Aquí de nuevo encontramos la misma mirada que en “Los fantasmas de Goya”, la inquisición como botón de muestra de una religión fanática y desalmada.

Pero es una obra bien narrada, muy cuidada en su diseño artístico e interpretada con esmero. Tiene el aliciente de una banda sonora compuesta por Vangelis. Hasta ahí todo bien. Me gusta el planteamiento de unir la vida del autor a un personaje religioso. Es un acierto narrativo que nos permite seguir al pintor desde su Creta natal hasta Toledo. Pero agobia la frialdad con la que se aborda la fe, profundamente cuestionada por un inquisidor amante del arte o del artista. Una termina como el propio Greco, no el real, sino el de la ficción, preguntándose qué quiere el clérigo de marras.

Sin embargo, no les voy a contar el desenlace. Pero sí algunas cuestiones personales del pintor, como puede ser el amancebamiento con Jerónima, la mujer que comparte la mayor parte de su vida, que no sé si son ciertas o inventadas. Pero visto como presentan el tema religioso, mejor dudar que no dar por supuestas unas relaciones extramatrimoniales que son inimaginables en la España del Concilio de Trento. Eso, en cambio, viene bien para fomentar la simpatía hacia el artista, llevándolo más allá del bien y del mal, siguiendo los patrones del relativismo actual.

Dicho esto, vuelvo a insistir que es una gran película. Tiene todo lo que se necesita para conseguir un premio. Historia, amor, odio, ambición, fe, inquisición, arte. ¿Quién puede ofrecer más?. Está bien construida, es original hasta para justificar el arte del Greco, donde los personajes más bajos y viles, se transforman por la gracia de la pintura en santos y nobles. Mientras que el alma del inquisidor es retratada en el lienzo con toda la crudeza de su mal corazón.

Son juicios de valor muy sutiles, pero que hay que tener en cuenta, para saltar un poco de la superficie al fondo. No nos dejemos engañar por el arte que siempre finge imitando la realidad. El Greco es puro arte, con ribetes históricos para centrar al personaje. Pero el guión es una página más que añadir al adoctrinamiento laicista, subvencionado por el Estado.

Yo les recomiendo que disfruten de la pintura, de los diálogos, del ambiente que supone conocer por dentro el taller de un artista renacentista como Tiziano y su escuela veneciana. Pero no crean que están viendo un trozo de historia, allí donde todo es puro artificio imaginado, salvo las pinturas que son fieles reproducciones de los originales de Doménikos Teotokopoulos y de Tiziano.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Los católicos salen a la calle



Aunque ustedes no lo sepan, aunque todos los medios excepto dos o tres, silencien el acontecimiento, se está realizando el X Congreso de Católicos y Vida Pública. Tiene lugar en Madrid durante los días 21, 22 y 23 de este mes de noviembre y su tema principal es “Cristo la esperanza fiable”. Muchos lo seguiremos gracias a Internet, este medio que está resultando ser una filón para el resurgir del catolicismo en la Vida Pública. Efectivamente, son cientos las páginas webs de temática religiosa y miles los blogs de igual contenido. Pero la Vida Pública no es sólo tener una ventana abierta en la red. Por eso se llevan a cabo estos Congresos.

Hace falta que la voz de los creyentes esté presente en la sociedad, en todas las ramas del saber. Nuevos intelectuales y personas de a pie que aporten su visión cristiana al análisis de la realidad actual. Miembros activos de la sociedad implicados de forma coherente en asociaciones y organizaciones sociales que trabajan por el bien común. Y probablemente esto no tenga nada que ver con un determinado partido político, pero debe valer para que los partidos, tengan en cuenta la opinión de la Iglesia. Entiéndase que por Iglesia no me refiero exclusivamente a la jerarquía sino en especial al Pueblo de Dios.

Somos muchos quienes pensamos que debe existir el orgullo de ser católicos, sin temor a ser tachados de fascistas porque se haya querido asociar la fe con la política y en especial la mentalidad conservadora en materia moral. No estar a favor del aborto es un planteamiento equivocado, se está a favor de la vida, especialmente de la más vulnerable. Sin juzgar situaciones límites que pueden y deben ser resueltas en conciencia y con el asesoramiento adecuado. Se está a favor de la justicia social y en contra de la explotación de cualquier ser humano, también de aquellos que creen disfrutar de la libertad arrastrando yugos pesados en su vida, atrapada en la droga o la prostitución.

El citado Congreso tratará por tanto de seguir el modelo de proposiciones en carácter positivo, teniendo a Cristo como faro que guía e ilumina una esperanza en el futuro, una confianza en los valores del Reino. Siempre sabiendo que estamos de paso, pero que somos esa pequeña gota que hace falta en el océano de la vida. Si el Congreso de Católicos y Vida Pública sigue esta línea de comunicación positiva, de salida al encuentro de la sociedad, el respeto de los demás está garantizado.

¿Cómo podremos conseguir ese respeto?. En la medida que seamos capaces de aportar soluciones a la humanidad. Por eso es importante cambiar el lenguaje, no estamos contra el condón, si no a favor de una sexualidad responsable, donde el ser humano sea capaz de someter sus instintos y reorientarlos al don de la vida humana. Estamos a favor de la fidelidad en el matrimonio, del compartir los anhelos y esperanzas dentro de un sacramento de vida que es una vocación sagrada. El católico está más allá del político de izquierdas que solo piensa en una dirección, más allá del político de derechas. El católico tiene que hacer efectiva la cooperación y la fraternidad entre hermanos.

Lo curioso es que debemos tomar conciencia de que se nos tiene que notar la fe. Con la alegría contagiosa de quien se sabe en las mejores manos, las de Dios. Con la esperanza en vencer obstáculos y dificultades, con la generosidad a favor de quienes nos rodean. Ese es el reto de estos Congresos que vienen realizándose ya en su décima edición. Serán muchos los participantes y ponentes. Cada uno aportará su granito de arena; el resto tendremos que hacer lo mismo en nuestros respectivos puestos de trabajo y en aquellas asociaciones donde colaboremos.
Una cosa es cierta, para dar testimonio de la fe se necesitan la oración y los sacramentos, dos prácticas que vienen siendo desestimadas desde hace varias generaciones, por considerar que lo principal es el servicio a los demás. Cuando la realidad nos dice que no somos capaces de darnos, si no hay una relación estrecha con el vínculo que nos hace universales, sin Cristo la caridad no existe. Con Cristo todo es posible, porque sabemos que allí donde no llegamos nosotros llega su Amor.

Los católicos salen a la calle



Aunque ustedes no lo sepan, aunque todos los medios excepto dos o tres, silencien el acontecimiento, se está realizando el X Congreso de Católicos y Vida Pública. Tiene lugar en Madrid durante los días 21, 22 y 23 de este mes de noviembre y su tema principal es “Cristo la esperanza fiable”. Muchos lo seguiremos gracias a Internet, este medio que está resultando ser una filón para el resurgir del catolicismo en la Vida Pública. Efectivamente, son cientos las páginas webs de temática religiosa y miles los blogs de igual contenido. Pero la Vida Pública no es sólo tener una ventana abierta en la red. Por eso se llevan a cabo estos Congresos.

Hace falta que la voz de los creyentes esté presente en la sociedad, en todas las ramas del saber. Nuevos intelectuales y personas de a pie que aporten su visión cristiana al análisis de la realidad actual. Miembros activos de la sociedad implicados de forma coherente en asociaciones y organizaciones sociales que trabajan por el bien común. Y probablemente esto no tenga nada que ver con un determinado partido político, pero debe valer para que los partidos, tengan en cuenta la opinión de la Iglesia. Entiéndase que por Iglesia no me refiero exclusivamente a la jerarquía sino en especial al Pueblo de Dios.

Somos muchos quienes pensamos que debe existir el orgullo de ser católicos, sin temor a ser tachados de fascistas porque se haya querido asociar la fe con la política y en especial la mentalidad conservadora en materia moral. No estar a favor del aborto es un planteamiento equivocado, se está a favor de la vida, especialmente de la más vulnerable. Sin juzgar situaciones límites que pueden y deben ser resueltas en conciencia y con el asesoramiento adecuado. Se está a favor de la justicia social y en contra de la explotación de cualquier ser humano, también de aquellos que creen disfrutar de la libertad arrastrando yugos pesados en su vida, atrapada en la droga o la prostitución.

El citado Congreso tratará por tanto de seguir el modelo de proposiciones en carácter positivo, teniendo a Cristo como faro que guía e ilumina una esperanza en el futuro, una confianza en los valores del Reino. Siempre sabiendo que estamos de paso, pero que somos esa pequeña gota que hace falta en el océano de la vida. Si el Congreso de Católicos y Vida Pública sigue esta línea de comunicación positiva, de salida al encuentro de la sociedad, el respeto de los demás está garantizado.

¿Cómo podremos conseguir ese respeto?. En la medida que seamos capaces de aportar soluciones a la humanidad. Por eso es importante cambiar el lenguaje, no estamos contra el condón, si no a favor de una sexualidad responsable, donde el ser humano sea capaz de someter sus instintos y reorientarlos al don de la vida humana. Estamos a favor de la fidelidad en el matrimonio, del compartir los anhelos y esperanzas dentro de un sacramento de vida que es una vocación sagrada. El católico está más allá del político de izquierdas que solo piensa en una dirección, más allá del político de derechas. El católico tiene que hacer efectiva la cooperación y la fraternidad entre hermanos.

Lo curioso es que debemos tomar conciencia de que se nos tiene que notar la fe. Con la alegría contagiosa de quien se sabe en las mejores manos, las de Dios. Con la esperanza en vencer obstáculos y dificultades, con la generosidad a favor de quienes nos rodean. Ese es el reto de estos Congresos que vienen realizándose ya en su décima edición. Serán muchos los participantes y ponentes. Cada uno aportará su granito de arena; el resto tendremos que hacer lo mismo en nuestros respectivos puestos de trabajo y en aquellas asociaciones donde colaboremos.
Una cosa es cierta, para dar testimonio de la fe se necesitan la oración y los sacramentos, dos prácticas que vienen siendo desestimadas desde hace varias generaciones, por considerar que lo principal es el servicio a los demás. Cuando la realidad nos dice que no somos capaces de darnos, si no hay una relación estrecha con el vínculo que nos hace universales, sin Cristo la caridad no existe. Con Cristo todo es posible, porque sabemos que allí donde no llegamos nosotros llega su Amor.

viernes, 14 de noviembre de 2008

El Santo Grial: mito o realidad



En mi modesta opinión el Congreso que se ha celebrado en Valencia sobre el Santo Cáliz, es una muestra interesante de unión entre el rigor histórico y la devoción popular.Hay constancia de que la pieza guardada en la capital del Turia data del siglo I del cristianismo. Los estudiosos cuentan cómo llegó a España de las manos de San Lorenzo a quien ahora hacen oriundo de Valencia, aunque sus padres lo fueran de Huesca. Son anécdotas que interesan a los estudiosos y también a los devotos.

Lo cierto es que acudir a la catedral de Valencia y pasar por la capilla del Santo Cáliz es una devoción que va pareja con la visita a la Basílica de Ntra. Sra. de los Desamparados. La Geperudeta y el vaso con el que se instauró la Eucaristía, están arraigados en todos los valencianos. Hay además, un especial interés por unirse en santo matrimonio en la capilla del Santo Cáliz. Con una larga lista de espera que lleva a posponer las uniones para ajustarse a la agenda de la capilla.

Hoy he sabido que el congreso se retrasmitió por Internet en http://www.azradio.org/hay que pulsar en 92.3 fm para escuchar cada una de las intervenciones. Por su parte el arzobispado de Valencia publicó en la agencia AVAN las ponencias que se iban presentando. Todas ellas de interés, Parejo a este acontecimiento y estrechamente relacionado con él, se ha estrenado en el Palau Reina Sofía la ópera Parsifal de Wagner, que como sabrán los melómanos, amantes de la música, recrea la historia del Santo Grial.

El sueño de alcanzar el Santo Grial está presente en multitud de obras literarias e incluso cinematográficas, no olvidemos a Indiana Jones que si en su momento buscó el Arca de la Alianza, también estuvo tras la copa sagrada. Creo recordar que recientemente fallecido Paul Newman se estrenó en el cine precisamente con El Cáliz de Plata. Una de las muchas recreaciones que se han hecho sobre el vaso en el que Jesús celebró la última cena.

Existen pruebas documentales de que los primeros papas hasta el siglo III celebraron con el mismo cáliz, los expertos han explicado que el Canon Romano, que data del siglo II, expresa textualmente en la plegaria eucarística la fórmula:“y tomando en sus santas y venerables manos este cáliz glorioso”, mientras que “el resto de plegarias eucarísticas, tanto las orientales como las occidentales, dicen `y tomando el cáliz´” .

Según cuenta la agencia AVAN la investigadora estadounidense Janice Bennet ha presentado un documento del siglo VI que “muestra que San Lorenzo envió el Santo Cáliz de la Última Cena a Huesca” en el año 258, tras encargarle el papa Sixto II que protegiera la reliquia de la persecución del emperador Valeriano.
Resulta un tema apasionante y además se trata sin lugar a dudas de una reliquia que hay que custodiar y en la que han celebrado la eucaristía tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI. Cualquier reliquia da fe de un acontecimiento histórico. En este caso del cuidado que los discípulos tuvieron por rescatar y conservar el objeto en el que Jesús proclamó: ‘Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre que es derramada por vosotros’

El Santo Grial: mito o realidad



En mi modesta opinión el Congreso que se ha celebrado en Valencia sobre el Santo Cáliz, es una muestra interesante de unión entre el rigor histórico y la devoción popular.Hay constancia de que la pieza guardada en la capital del Turia data del siglo I del cristianismo. Los estudiosos cuentan cómo llegó a España de las manos de San Lorenzo a quien ahora hacen oriundo de Valencia, aunque sus padres lo fueran de Huesca. Son anécdotas que interesan a los estudiosos y también a los devotos.

Lo cierto es que acudir a la catedral de Valencia y pasar por la capilla del Santo Cáliz es una devoción que va pareja con la visita a la Basílica de Ntra. Sra. de los Desamparados. La Geperudeta y el vaso con el que se instauró la Eucaristía, están arraigados en todos los valencianos. Hay además, un especial interés por unirse en santo matrimonio en la capilla del Santo Cáliz. Con una larga lista de espera que lleva a posponer las uniones para ajustarse a la agenda de la capilla.

Hoy he sabido que el congreso se retrasmitió por Internet en http://www.azradio.org/hay que pulsar en 92.3 fm para escuchar cada una de las intervenciones. Por su parte el arzobispado de Valencia publicó en la agencia AVAN las ponencias que se iban presentando. Todas ellas de interés, Parejo a este acontecimiento y estrechamente relacionado con él, se ha estrenado en el Palau Reina Sofía la ópera Parsifal de Wagner, que como sabrán los melómanos, amantes de la música, recrea la historia del Santo Grial.

El sueño de alcanzar el Santo Grial está presente en multitud de obras literarias e incluso cinematográficas, no olvidemos a Indiana Jones que si en su momento buscó el Arca de la Alianza, también estuvo tras la copa sagrada. Creo recordar que recientemente fallecido Paul Newman se estrenó en el cine precisamente con El Cáliz de Plata. Una de las muchas recreaciones que se han hecho sobre el vaso en el que Jesús celebró la última cena.

Existen pruebas documentales de que los primeros papas hasta el siglo III celebraron con el mismo cáliz, los expertos han explicado que el Canon Romano, que data del siglo II, expresa textualmente en la plegaria eucarística la fórmula:“y tomando en sus santas y venerables manos este cáliz glorioso”, mientras que “el resto de plegarias eucarísticas, tanto las orientales como las occidentales, dicen `y tomando el cáliz´” .

Según cuenta la agencia AVAN la investigadora estadounidense Janice Bennet ha presentado un documento del siglo VI que “muestra que San Lorenzo envió el Santo Cáliz de la Última Cena a Huesca” en el año 258, tras encargarle el papa Sixto II que protegiera la reliquia de la persecución del emperador Valeriano.
Resulta un tema apasionante y además se trata sin lugar a dudas de una reliquia que hay que custodiar y en la que han celebrado la eucaristía tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI. Cualquier reliquia da fe de un acontecimiento histórico. En este caso del cuidado que los discípulos tuvieron por rescatar y conservar el objeto en el que Jesús proclamó: ‘Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre que es derramada por vosotros’

viernes, 7 de noviembre de 2008

Obama: El sueño de Luther King

La verdad es que hablar de las elecciones en EEUU y de su ganador Obama, es casi de carácter obligado en el día de hoy. Yo sólo sé que el país cuya hegemonía mundial ha estado a la cabecera durante el siglo XX, puede haber iniciado con la globalización una caída en la esfera de influencia internacional. Es sólo un presentimiento. El mundo ya no es hegemónico, en ningún sentido. Salvo en el económico.

Si hay alguien que consigue siempre salir de sus propias cenizas es la banca. Bien sea por absorción de otras entidades o por el claro intervencionismo estatal que salva a quienes tienen como meta el máximo beneficio. Aunque también es cierto que existe otra banca decidida a invertir sus ganancias en obras sociales, revirtiendo a favor de toda la ciudadanía.

Por eso sospecho que más allá de la alegría por ver a un hombre de color en la presidencia de un país occidental que tiene todavía zonas en su extenso territorio donde ser negro supone una ciudadanía de segunda, la diferencia entre el candidato demócrata y el republicano no va a suponer ninguna política excepcional. Ojalá me equivoque, porque es obvio que el cambio ha sido histórico en cuanto a los derechos civiles de una raza marcada durante siglos por el dolor.

Hoy nos felicitamos todos. De la misma manera que podremos celebrar la entrada de una mujer a la Presidencia de ese país. Pero eso no significa que sean ni las personas más adecuadas ni las más preparadas. Sería muy grato ver salir un soplo de aire fresco desde ese rincón del mundo tan contradictorio como es EEUU. Por ejemplo, que la sanidad tuviera una cobertura pública para la asistencia de los más frágiles de la población, aquellos que no pueden sufragar un seguro médico privado.

Estoy segura que tenemos una imagen equivocada de ese gran país, donde podemos encontrar el mayor grado de libertad y a su vez un conservadurismo puritano de raíces religiosas muy arraigadas. Se da la paradoja de tener estados con unas leyes civiles tan diferentes que mientras en unos la pena de muerte está asegurada, en otros se ha suprimido. Por no hablar de las uniones homosexuales o del aborto. Dos temas que preocupan a toda la sociedad occidental.

Este es el matiz importante que quiero reseñar. Los problemas ahora no se circunscriben a un país. La crisis económica sigue el efecto dominó. Y el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, vienen ahora de la mano de partidos cuyos compromisos éticos en el pasado estaban a favor de las clases más humildes. Muerto el socialismo, finiquitado el comunismo, la crisis permanente de la socialdemocracia parece que recoge ahora el voto del relativismo actual.

¿Sucede lo mismo el EE.UU?. Aquí el partido que representa mayor progreso es el demócrata, pero las comparaciones con Europa ni siquiera tienen sentido. Ser republicano es un modo de ser americano, ser demócrata también se lleva en la sangre. De modo que no me gustaría pensar que esos poderes fácticos que mueven los hilos entre bambalinas han apostado por el cambio de imagen en una época de migraciones, donde ofrecer un cambio puede distraer de problemas de mayor calado.

Sea como sea, después aquellas manifestaciones por los derechos civiles que emprendió el reverendo Luther King, podemos por fin ver los frutos de su sacrificio, recordando sus palabras:

Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres han sido creados iguales”.

Tengo un sueño: que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad.

Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia.

Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su reputación.

Tengo un sueño: que un día allá abajo en Alabama, con sus racistas despiadados, con su gobernador que tiene los labios goteando con las palabras de interposición y anulación, que un día, justo allí en Alabama niños negros y niñas negras podrán darse la mano con niños blancos y niñas blancas, como hermanas y hermanos.

Tengo un sueño: que un día todo valle será alzado y toda colina y montaña será bajada, los lugares escarpados se harán llanos y los lugares tortuosos se enderezarán y la gloria del Señor se mostrará y toda la carne juntamente la verá.

Obama: El sueño de Luther King

La verdad es que hablar de las elecciones en EEUU y de su ganador Obama, es casi de carácter obligado en el día de hoy. Yo sólo sé que el país cuya hegemonía mundial ha estado a la cabecera durante el siglo XX, puede haber iniciado con la globalización una caída en la esfera de influencia internacional. Es sólo un presentimiento. El mundo ya no es hegemónico, en ningún sentido. Salvo en el económico.

Si hay alguien que consigue siempre salir de sus propias cenizas es la banca. Bien sea por absorción de otras entidades o por el claro intervencionismo estatal que salva a quienes tienen como meta el máximo beneficio. Aunque también es cierto que existe otra banca decidida a invertir sus ganancias en obras sociales, revirtiendo a favor de toda la ciudadanía.

Por eso sospecho que más allá de la alegría por ver a un hombre de color en la presidencia de un país occidental que tiene todavía zonas en su extenso territorio donde ser negro supone una ciudadanía de segunda, la diferencia entre el candidato demócrata y el republicano no va a suponer ninguna política excepcional. Ojalá me equivoque, porque es obvio que el cambio ha sido histórico en cuanto a los derechos civiles de una raza marcada durante siglos por el dolor.

Hoy nos felicitamos todos. De la misma manera que podremos celebrar la entrada de una mujer a la Presidencia de ese país. Pero eso no significa que sean ni las personas más adecuadas ni las más preparadas. Sería muy grato ver salir un soplo de aire fresco desde ese rincón del mundo tan contradictorio como es EEUU. Por ejemplo, que la sanidad tuviera una cobertura pública para la asistencia de los más frágiles de la población, aquellos que no pueden sufragar un seguro médico privado.

Estoy segura que tenemos una imagen equivocada de ese gran país, donde podemos encontrar el mayor grado de libertad y a su vez un conservadurismo puritano de raíces religiosas muy arraigadas. Se da la paradoja de tener estados con unas leyes civiles tan diferentes que mientras en unos la pena de muerte está asegurada, en otros se ha suprimido. Por no hablar de las uniones homosexuales o del aborto. Dos temas que preocupan a toda la sociedad occidental.

Este es el matiz importante que quiero reseñar. Los problemas ahora no se circunscriben a un país. La crisis económica sigue el efecto dominó. Y el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, vienen ahora de la mano de partidos cuyos compromisos éticos en el pasado estaban a favor de las clases más humildes. Muerto el socialismo, finiquitado el comunismo, la crisis permanente de la socialdemocracia parece que recoge ahora el voto del relativismo actual.

¿Sucede lo mismo el EE.UU?. Aquí el partido que representa mayor progreso es el demócrata, pero las comparaciones con Europa ni siquiera tienen sentido. Ser republicano es un modo de ser americano, ser demócrata también se lleva en la sangre. De modo que no me gustaría pensar que esos poderes fácticos que mueven los hilos entre bambalinas han apostado por el cambio de imagen en una época de migraciones, donde ofrecer un cambio puede distraer de problemas de mayor calado.

Sea como sea, después aquellas manifestaciones por los derechos civiles que emprendió el reverendo Luther King, podemos por fin ver los frutos de su sacrificio, recordando sus palabras:

Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres han sido creados iguales”.

Tengo un sueño: que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad.

Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia.

Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su reputación.

Tengo un sueño: que un día allá abajo en Alabama, con sus racistas despiadados, con su gobernador que tiene los labios goteando con las palabras de interposición y anulación, que un día, justo allí en Alabama niños negros y niñas negras podrán darse la mano con niños blancos y niñas blancas, como hermanas y hermanos.

Tengo un sueño: que un día todo valle será alzado y toda colina y montaña será bajada, los lugares escarpados se harán llanos y los lugares tortuosos se enderezarán y la gloria del Señor se mostrará y toda la carne juntamente la verá.