viernes, 30 de enero de 2009

El intercambio, una película con valores

No estamos frente a cualquier película. Se trata de una obra llena de genialidad, por su producción, dirección, guión e interpretación. Puede que a muchos no les convenza, pero a mí, saber que está basada en un hecho real me estremece. Una magistral puesta en escena de la corrupción policial en los años veinte y como el sistema logra desentrañar la madeja. Qué quieren que les diga, me resulta gratificante saber que con la mierda algunas veces tirar de la cadena es más que suficiente.

Por otra parte encontrarme frente a una madre soltera, trabajadora y fiel cumplidora de todas sus obligaciones, me sitúa delante de un canto a la vida. Porque se trata de una película que reivindica la vida y el amor maternal. Una madre que encuentra su mejor apoyo en un predicador de la iglesia evangélica, quien utilizando la radio para sus homilías se sirve también de la misma para denunciar la corrupción en la ciudad.

El argumento es un verdadero drama. Los Ángeles, años 20. Un fatídico día, al regresar del trabajo, Christine descubre que su hijo ha desaparecido. Nada más denunciar el suceso, la policía inicia una minuciosa pero infructuosa búsqueda. El caso da un giro cuando, meses después, los agentes llevan ante Christine a un chaval de nueve años que dice ser su hijo. Convencida de que no es la madre de ese niño, será acusada de perturbada mental por las autoridades y luchará por saber la verdad con la única ayuda del reverendo Briegleb.

Miren es un papel hecho a la medida de cualquier actriz que quiera demostrar su talento, pero en cuestión de gustos ya saben, colores. Agelina Jolie realiza lo que puede que sea su mejor incursión en el drama. Un papel que le va como un guante y puede que incluso le otorgue el Óscar. Yo desde luego apuesto por la película, por su director y productor Clint Eastwood, sin descartar al inquietante John Malkovich en su papel de predicador.

Es una película sobre el amor y los valores auténticos, pero también un retrazo de historia de la América de los años veinte y treinta. Muy bien ambientada con un guión trabajado que mantiene la atención del espectador llenándolo de sentimientos tan encontrados como la ternura o la aversión. Porque frente al mal, siempre cabe la pregunta: ¿cómo es posible hacer semejantes cosas?.

Ciento cuarenta minutos de intensidad dramática resuelta con brillantez, aunque la historia por real, no deje de provocar cierta tristeza. Recomiendo a los amantes de las películas con consistencia que visionen El Intercambio. Absténganse los detractores de Angelina Jolie o John Malkovich, porque les verán fuera de sus registros habituales. Pero sólo por eso, ya vale la pena ir a ver la película.

Yo me quedo con algunas frases memorables. “Mamá por qué me abandonó papá”. “No te abandonó cariño, tu viniste con un paquete que el no quiso adquirir, un paquete llamado responsabilidad”. No les parece genial. Una madre soltera dispuesta a hacer frente a la vida y educar a un niño ella sola. Frases así, hacen que se recuerde siempre una película.

No se priven de ver como la fuerza de los ciudadanos da un giro a la historia cuando todo parece perdido. La gente cuando se une puede hacer cosas maravillosas o terribles, en este caso sacan lo mejor de sí mismos. Todo un bloque de valores para reflexionar en familia, desde los más pequeños a los mayores. Ya me cuentan

jueves, 22 de enero de 2009

Que Dios bendiga a los EE.UU de América

"Que Dios os bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América". Así se finaliza un discurso en EEUU. Ya pueden ser republicanos o demócratas. La religión y el patriotismo van de la mano sin complejos. Algo similar es impensable en la vieja Europa. Aquí debatimos si deben o no deben existir funerales de Estado. Debatimos si los crucifijos deben o no deben permanecer en los edificios públicos. Debatimos sobre un laicismo gabacho del siglo dieciocho. Vivimos a la sombra de nuestro pasado y con la fijación del anticlericalismo.El pueblo de USA es joven mucho más joven que Europa y eso se nota; en su pluralidad, en su desmesura, en sus meteduras de pata y en sus aciertos. No voy a hacer un panegírico de EEUU, bastante tenemos con ponerlo a caldo y considerar que es el peor de los aliados. El que promueve la industria bélica y farmacéutica, con sus consecuentes daños colaterales. Pero es que me sigue conmoviendo que sea noticia jurar un cargo con la Biblia en la mano sin complejos de rancios o fachosos.

Así van las cosas por allí. Muy diferentes a las de nuestro país. ¿Se imagina alguien al presidente Zapatero jurando su cargo?. Casado por la Iglesia, como Dios manda, se tuvo que llevar a los niños de un colegio religioso para dar ejemplo en su partido. Porque quitarse la religiosidad casposa es de progres y modernos. Musitar una oración por la patria, es propio de militares o juristas de derechas. Y ya sabemos que en este país todo el mundo es moderno sacudiéndose la religiosidad de las hombreras.

Miren que me conmueve esa fe devota y protestante del americano medio que asiste con regularidad a los oficios religiosos, que colabora como buen ciudadano en el voluntariado civil. Hay unas tradiciones arraigadas, inconmovibles. En Europa, en cambio, vivimos las revoluciones sociales y la lucha de clases. La iglesia perdió su fuerza con la Revolución francesa. Sus privilegios fueron abolidos. En tandas sucesivas las ideas revolucionarias brillaron en la Constitución de cada país.

Estados Unidos, nació de ese vendaval burgués que deseaba el poder. Y desde entonces lo mantiene. La aristocracia se fue por las alcantarillas de media Europa. Y a las que sobreviven les corresponde un papel ornamental, con honrosas excepciones, que no voy a ser yo quien las descubra. Ustedes ya me entienden.

En cambio EEUU tiene una aristocracia burguesa, la que da un buen puñado de dólares y dos o tres bancos en propiedad. La que proporcionan unos extensos campos petrolíferos en el viejo Texas. ¿O son tan sólo arquetipos que han ido creciendo durante el siglo XX?. Cada imperio se ha regido en las coordenadas de su época. Para el español del siglo de oro, en nuestras tierras nunca se ponía el sol.

Pero todo empieza y finaliza alguna vez. Y la verdad, me gustaría que ciertas industrias que manipulan la salud y la paz del mundo, dejasen de funcionar en monopolio. Y tuvieran una gestión aireada, sin sucios contratos bajo mano. Mejor aún, me gustaría que cierto tipo de industria desapareciera de la faz de la tierra. Pero esto es el sueño que nos corresponde tras ver una apoteósica y fulgurante puesta en escena para la toma de posesión del presidente del país más poderoso del mundo. Del dueño del cortijo que marca las reglas del juego.

Y como no tengo nada contra esa nación, tan plural y contradictoria en su desmesurada grandeza. Diré que le deseo lo mejor a Obama. A ver si es capaz de arreglar un poco el polvorín de Oriente Medio, sin necesidad de provocar una tercera guerra mundial. Todavía está a tiempo. Si lo hace bien, dentro de unos años podremos felicitarnos todos por haber sido contemporáneos del presidente Obama.

Una cosa no podrán negar a los católicos. Tenemos un Papa que bendice a todos los países y todos los seres del mundo. Eso es mucho más de lo algunos pueden soportar.

Que Dios bendiga a los EE.UU de América

"Que Dios os bendiga y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América". Así se finaliza un discurso en EEUU. Ya pueden ser republicanos o demócratas. La religión y el patriotismo van de la mano sin complejos. Algo similar es impensable en la vieja Europa. Aquí debatimos si deben o no deben existir funerales de Estado. Debatimos si los crucifijos deben o no deben permanecer en los edificios públicos. Debatimos sobre un laicismo gabacho del siglo dieciocho. Vivimos a la sombra de nuestro pasado y con la fijación del anticlericalismo.El pueblo de USA es joven mucho más joven que Europa y eso se nota; en su pluralidad, en su desmesura, en sus meteduras de pata y en sus aciertos. No voy a hacer un panegírico de EEUU, bastante tenemos con ponerlo a caldo y considerar que es el peor de los aliados. El que promueve la industria bélica y farmacéutica, con sus consecuentes daños colaterales. Pero es que me sigue conmoviendo que sea noticia jurar un cargo con la Biblia en la mano sin complejos de rancios o fachosos.

Así van las cosas por allí. Muy diferentes a las de nuestro país. ¿Se imagina alguien al presidente Zapatero jurando su cargo?. Casado por la Iglesia, como Dios manda, se tuvo que llevar a los niños de un colegio religioso para dar ejemplo en su partido. Porque quitarse la religiosidad casposa es de progres y modernos. Musitar una oración por la patria, es propio de militares o juristas de derechas. Y ya sabemos que en este país todo el mundo es moderno sacudiéndose la religiosidad de las hombreras.

Miren que me conmueve esa fe devota y protestante del americano medio que asiste con regularidad a los oficios religiosos, que colabora como buen ciudadano en el voluntariado civil. Hay unas tradiciones arraigadas, inconmovibles. En Europa, en cambio, vivimos las revoluciones sociales y la lucha de clases. La iglesia perdió su fuerza con la Revolución francesa. Sus privilegios fueron abolidos. En tandas sucesivas las ideas revolucionarias brillaron en la Constitución de cada país.

Estados Unidos, nació de ese vendaval burgués que deseaba el poder. Y desde entonces lo mantiene. La aristocracia se fue por las alcantarillas de media Europa. Y a las que sobreviven les corresponde un papel ornamental, con honrosas excepciones, que no voy a ser yo quien las descubra. Ustedes ya me entienden.

En cambio EEUU tiene una aristocracia burguesa, la que da un buen puñado de dólares y dos o tres bancos en propiedad. La que proporcionan unos extensos campos petrolíferos en el viejo Texas. ¿O son tan sólo arquetipos que han ido creciendo durante el siglo XX?. Cada imperio se ha regido en las coordenadas de su época. Para el español del siglo de oro, en nuestras tierras nunca se ponía el sol.

Pero todo empieza y finaliza alguna vez. Y la verdad, me gustaría que ciertas industrias que manipulan la salud y la paz del mundo, dejasen de funcionar en monopolio. Y tuvieran una gestión aireada, sin sucios contratos bajo mano. Mejor aún, me gustaría que cierto tipo de industria desapareciera de la faz de la tierra. Pero esto es el sueño que nos corresponde tras ver una apoteósica y fulgurante puesta en escena para la toma de posesión del presidente del país más poderoso del mundo. Del dueño del cortijo que marca las reglas del juego.

Y como no tengo nada contra esa nación, tan plural y contradictoria en su desmesurada grandeza. Diré que le deseo lo mejor a Obama. A ver si es capaz de arreglar un poco el polvorín de Oriente Medio, sin necesidad de provocar una tercera guerra mundial. Todavía está a tiempo. Si lo hace bien, dentro de unos años podremos felicitarnos todos por haber sido contemporáneos del presidente Obama.

Una cosa no podrán negar a los católicos. Tenemos un Papa que bendice a todos los países y todos los seres del mundo. Eso es mucho más de lo algunos pueden soportar.

viernes, 16 de enero de 2009

Pido la paz porque todas las víctimas son iguales

Siento simpatía por cualquier pueblo en condiciones difíciles. Algo sé del conflicto palestino israelí. Algo tan básico como que ambos se pelean por la misma tierra. Para ambos es la tierra de sus antepasados. Y le podemos dar las vueltas que queramos, pero el territorio ocupado por Israel estaba habitado por los árabes, en él vivían durante el dominio del imperio británico, hasta que a finales de 1947 se consideró conveniente dividir Palestina en dos partes: una para judíos y otra para israelitas.La enorme paradoja es que en la franja israelita ya vivían muchos palestinos. Y por supuesto que los palestinos reivindicaban como suya la tierra arrebatada por los judíos. Hasta aquí un breve resumen que contando en décadas se alarga durante más de un siglo. Pero el estado sionista ambicionaba más, probablemente seguir las huellas de sus antepasados antes de la llegada de Cristo, ambicionando los extensos territorios del reinado de David y Salomón; quién sabe, el caso es que invadió tierras palestinas y comenzó una guerra que no ha finalizado.

Han existido treguas, delimitación de fronteras, retiradas tácticas, ocupación indiscriminada de judíos en franjas que reclamaban los palestinos. Y así vamos asistiendo a la historia larga y dolorosa de estos pueblos. Con la salvedad de que durante años los israelíes estuvieron mejor armados aunque fueran menor número de habitantes. Hoy la causa palestina es abrazada por todo el mundo islámico. Hay países que siguen siendo pro-palestinos como el actual gobierno español.

Pero lo cierto es que esta guerra sólo podrá finalizar cuando ambos estados: palestino e israelí, decidan libremente vivir en paz, de acuerdo con unas fronteras claras y con unos gobiernos democráticos que toleren la división. Mientras en Israel continúen existiendo sionistas dispuestos a ocupar las tierras de sus antepasados, no habrá paz. Por supuesto, tampoco existirá mientras los palestinos se infiltren como terroristas en Israel con islamistas inmolados en zonas civiles. O sigan lanzando misiles indiscriminadamente sobre la población civil.

Puestas en conserva ambas facciones beligerantes, poco más le queda hacer al mundo que tratar de mediar una tregua de paz y el reinicio de las conversaciones. Pero esto sólo es posible con gobiernos democráticos, no con fanáticos de un bando u otro. Mientras, seguirán muriendo inocentes, como en cualquier guerra del mundo, de la que ahora poco se ocupan los medios.

Es vergonzoso salir abrazando la causa palestina y olvidar las masacres del Congo. África se desangra sin que nadie se manifieste pidiendo una tregua. De manera que al parecer sólo hay un genocidio actual hoy en día. ¡Hipócritas!, calláis lo que os interesa y seguís el juego de los terroristas que son capaces de hacer verdaderos montajes fotográficos para seguir siendo considerados víctimas. Que esto no se malinterprete, me consta que todas las víctimas son los muertos en esta contienda. Si ahora hay niños, también estaban del lado israelí cuando se inmolaban por la causa palestina, enviados por sus propios familiares.

De manera que firmo por la paz y el diálogo, pero no salgo a hacer un manifiesto cobarde como si fuera la única barbarie y no algo que se repite en decenas de lugares. Yo me adhiero al manifiesto de la marcha mundial por la paz. No en Gaza, sino en miles de lugares. El que lo desee lo puede suscribir en la plataforma Marcha mundial por la paz.

Pues eso es lo que me resta decir. Que estoy a favor de la paz, pero no me gusta ser utilizada por intereses partidistas. Para mí vale lo mismo una víctima israelí que palestina, no tienen raza ni religión, son personas cuyo único delito es haber nacido en una tierra en conflicto. Por todas ellas pido la paz

Pido la paz porque todas las víctimas son iguales

Siento simpatía por cualquier pueblo en condiciones difíciles. Algo sé del conflicto palestino israelí. Algo tan básico como que ambos se pelean por la misma tierra. Para ambos es la tierra de sus antepasados. Y le podemos dar las vueltas que queramos, pero el territorio ocupado por Israel estaba habitado por los árabes, en él vivían durante el dominio del imperio británico, hasta que a finales de 1947 se consideró conveniente dividir Palestina en dos partes: una para judíos y otra para israelitas.La enorme paradoja es que en la franja israelita ya vivían muchos palestinos. Y por supuesto que los palestinos reivindicaban como suya la tierra arrebatada por los judíos. Hasta aquí un breve resumen que contando en décadas se alarga durante más de un siglo. Pero el estado sionista ambicionaba más, probablemente seguir las huellas de sus antepasados antes de la llegada de Cristo, ambicionando los extensos territorios del reinado de David y Salomón; quién sabe, el caso es que invadió tierras palestinas y comenzó una guerra que no ha finalizado.

Han existido treguas, delimitación de fronteras, retiradas tácticas, ocupación indiscriminada de judíos en franjas que reclamaban los palestinos. Y así vamos asistiendo a la historia larga y dolorosa de estos pueblos. Con la salvedad de que durante años los israelíes estuvieron mejor armados aunque fueran menor número de habitantes. Hoy la causa palestina es abrazada por todo el mundo islámico. Hay países que siguen siendo pro-palestinos como el actual gobierno español.

Pero lo cierto es que esta guerra sólo podrá finalizar cuando ambos estados: palestino e israelí, decidan libremente vivir en paz, de acuerdo con unas fronteras claras y con unos gobiernos democráticos que toleren la división. Mientras en Israel continúen existiendo sionistas dispuestos a ocupar las tierras de sus antepasados, no habrá paz. Por supuesto, tampoco existirá mientras los palestinos se infiltren como terroristas en Israel con islamistas inmolados en zonas civiles. O sigan lanzando misiles indiscriminadamente sobre la población civil.

Puestas en conserva ambas facciones beligerantes, poco más le queda hacer al mundo que tratar de mediar una tregua de paz y el reinicio de las conversaciones. Pero esto sólo es posible con gobiernos democráticos, no con fanáticos de un bando u otro. Mientras, seguirán muriendo inocentes, como en cualquier guerra del mundo, de la que ahora poco se ocupan los medios.

Es vergonzoso salir abrazando la causa palestina y olvidar las masacres del Congo. África se desangra sin que nadie se manifieste pidiendo una tregua. De manera que al parecer sólo hay un genocidio actual hoy en día. ¡Hipócritas!, calláis lo que os interesa y seguís el juego de los terroristas que son capaces de hacer verdaderos montajes fotográficos para seguir siendo considerados víctimas. Que esto no se malinterprete, me consta que todas las víctimas son los muertos en esta contienda. Si ahora hay niños, también estaban del lado israelí cuando se inmolaban por la causa palestina, enviados por sus propios familiares.

De manera que firmo por la paz y el diálogo, pero no salgo a hacer un manifiesto cobarde como si fuera la única barbarie y no algo que se repite en decenas de lugares. Yo me adhiero al manifiesto de la marcha mundial por la paz. No en Gaza, sino en miles de lugares. El que lo desee lo puede suscribir en la plataforma Marcha mundial por la paz.

Pues eso es lo que me resta decir. Que estoy a favor de la paz, pero no me gusta ser utilizada por intereses partidistas. Para mí vale lo mismo una víctima israelí que palestina, no tienen raza ni religión, son personas cuyo único delito es haber nacido en una tierra en conflicto. Por todas ellas pido la paz

viernes, 9 de enero de 2009

Probablemente Dios existe, aprovecha el momento presente

El problema del bus ateo no es que publicite que “Probablemente Dios no existe”. El mensaje ni siquiera tiene una base afirmativa, se expresa como posibilidad más o menos aceptada. Con cierta verosimilitud, expresa el diccionario de la Real Academia. De manera que también podríamos decir “Probablemente la crisis no existe. Disfruta de la vida”. Con toda seguridad nos sonaría a tomadura de pelo saltarse a la torera a tres millones de parados. Sería una verdadera ofensa. A nadie en su sano juicio le gustaría esa publicidad.

Pues aquí tenemos a algunos preclaros ministros del Señor que no ven mal la publicidad atea. Al contrario, asumen que nos lleva al circo mediático y algo bueno se puede esperar cuando se hable del bus ateo, más de uno se preguntará si de verdad Dios existe. La verdad es que hemos perdido el sentido de la mesura. A mi no me ofende ese “probablemente”, me ofende la segunda de las consecuencias, ese “disfruta de la vida”.Es pura vergüenza en un mundo donde la pobreza aumenta en proporción al despilfarro de otros cientos de miles de personas.

Es inmoral y subliminal llamar a disfrutar de la vida, en el sentido en el que lo hace el dichoso anuncio. Porque mientras le quede a alguien un dedo de cerebro, el mundo sin Dios se convierte en un lugar penoso donde son muchos quienes no disfrutan de la vida. En justicia todo aquello que no necesitamos podría dar de comer a quienes nada tienen. En realidad una cosa es el “carpe diem” o aprovecha el momento presente y, otra dar un sentido epicúreo a la existencia. Además, esa segunda afirmación viene a decirnos que Dios es un aguafiestas y que aquí lo que cuenta es pasarlo lo mejor posible.

Lo curioso es que mientras sigue en boca de todos si hay o no derecho a emitir la publicidad en un servicio público, el asunto va recorriendo toda España o quizá, todo el mundo consumista. Y resulta de dudoso gusto que en una sociedad en recesión económica, destruyendo empleo a velocidad de crucero, nos sintamos interpelados a aprovechar al máximo la vida. ¿En qué sentido?. ¿Cómo se disfruta de la vida?.

Pues ahí tenemos nuestra campaña: Dios existe y nos hace disfrutar de la vida. Sólo quien gusta de su sabor, conoce que vale la pena arriesgarlo todo por Él. Disfrutar de cada momento de la existencia no puede estar asociado a una actividad hedonista, sino a la plenitud de gozar cada momento dando gracias por lo que tenemos y aceptando también las contrariedades de la vida, como oportunidades para crecer como personas más cristianas y más humanas.

Dios existe, pero no se encuentra en un anuncio de publicidad, ni en los discursos floreados de algún ministro de la Iglesia. Dios se revela a cada ser humano de una manera personal y única. Pero además a los cristianos se nos reveló en Jesucristo, en forma humana, con un rostro y una voz. Tenemos su palabra de que estará con nosotros hasta el final de los tiempos. Y todo el mundo sabe que la vida tiene su final. Que la Tierra tendrá su final. Es algo científico y demostrable y, también es ley de vida, ley de Dios.
Pues bien, son ustedes libres de desaprovechar esta vida presente, pero desde que el hombre es hombre ha existido el sentido reverencial hacia el Creador. Está presente en todas las culturas y razas, eso es tan evidente que al menos debemos plantearnos que merece un poco de nuestro tiempo, ya que vamos a vivir el resto de la eternidad separados de su presencia o en la gloria de su gracia. Y también deben preguntarse por qué otros se empeñan en negar su evidencia.

Probablemente Dios existe, aprovecha el momento presente

El problema del bus ateo no es que publicite que “Probablemente Dios no existe”. El mensaje ni siquiera tiene una base afirmativa, se expresa como posibilidad más o menos aceptada. Con cierta verosimilitud, expresa el diccionario de la Real Academia. De manera que también podríamos decir “Probablemente la crisis no existe. Disfruta de la vida”. Con toda seguridad nos sonaría a tomadura de pelo saltarse a la torera a tres millones de parados. Sería una verdadera ofensa. A nadie en su sano juicio le gustaría esa publicidad.

Pues aquí tenemos a algunos preclaros ministros del Señor que no ven mal la publicidad atea. Al contrario, asumen que nos lleva al circo mediático y algo bueno se puede esperar cuando se hable del bus ateo, más de uno se preguntará si de verdad Dios existe. La verdad es que hemos perdido el sentido de la mesura. A mi no me ofende ese “probablemente”, me ofende la segunda de las consecuencias, ese “disfruta de la vida”.Es pura vergüenza en un mundo donde la pobreza aumenta en proporción al despilfarro de otros cientos de miles de personas.

Es inmoral y subliminal llamar a disfrutar de la vida, en el sentido en el que lo hace el dichoso anuncio. Porque mientras le quede a alguien un dedo de cerebro, el mundo sin Dios se convierte en un lugar penoso donde son muchos quienes no disfrutan de la vida. En justicia todo aquello que no necesitamos podría dar de comer a quienes nada tienen. En realidad una cosa es el “carpe diem” o aprovecha el momento presente y, otra dar un sentido epicúreo a la existencia. Además, esa segunda afirmación viene a decirnos que Dios es un aguafiestas y que aquí lo que cuenta es pasarlo lo mejor posible.

Lo curioso es que mientras sigue en boca de todos si hay o no derecho a emitir la publicidad en un servicio público, el asunto va recorriendo toda España o quizá, todo el mundo consumista. Y resulta de dudoso gusto que en una sociedad en recesión económica, destruyendo empleo a velocidad de crucero, nos sintamos interpelados a aprovechar al máximo la vida. ¿En qué sentido?. ¿Cómo se disfruta de la vida?.

Pues ahí tenemos nuestra campaña: Dios existe y nos hace disfrutar de la vida. Sólo quien gusta de su sabor, conoce que vale la pena arriesgarlo todo por Él. Disfrutar de cada momento de la existencia no puede estar asociado a una actividad hedonista, sino a la plenitud de gozar cada momento dando gracias por lo que tenemos y aceptando también las contrariedades de la vida, como oportunidades para crecer como personas más cristianas y más humanas.

Dios existe, pero no se encuentra en un anuncio de publicidad, ni en los discursos floreados de algún ministro de la Iglesia. Dios se revela a cada ser humano de una manera personal y única. Pero además a los cristianos se nos reveló en Jesucristo, en forma humana, con un rostro y una voz. Tenemos su palabra de que estará con nosotros hasta el final de los tiempos. Y todo el mundo sabe que la vida tiene su final. Que la Tierra tendrá su final. Es algo científico y demostrable y, también es ley de vida, ley de Dios.
Pues bien, son ustedes libres de desaprovechar esta vida presente, pero desde que el hombre es hombre ha existido el sentido reverencial hacia el Creador. Está presente en todas las culturas y razas, eso es tan evidente que al menos debemos plantearnos que merece un poco de nuestro tiempo, ya que vamos a vivir el resto de la eternidad separados de su presencia o en la gloria de su gracia. Y también deben preguntarse por qué otros se empeñan en negar su evidencia.

lunes, 5 de enero de 2009

La Epifanía, adoración al Rey de reyes, que ustedes lo disfruten



Hoy está todo el mundo de compras; los comercios abiertos hasta horas intempestivas; los niños nerviosos por el acontecimiento de la llegada de los Reyes Magos desde Oriente. Algunos se preguntan que porqué no llegan antes, justo al mismo tiempo que el gordinflón de Papá Noel, todo para poder disfrutar de esos regalos que tan ansiosamente esperan.
A los mayores también les gustan los regalos y algunos se dedican a recorrer comercios en un derroche de generosidad. Y aunque les digas que lo importante no es el regalo sino la misma persona que regala, no terminan de creerlo. Digo yo que a los más mayores les gustan tanto los Reyes como a los pequeños, sólo por el hecho de que se acuerden de ellos en una fecha tan señalada.
Pues bien, la historia de los Reyes Magos lleva tras de sí la huella del escepticismo de muchos lectores de la Biblia. Les suena a camelo que observadores de estrellas decidiesen emprender un largo camino para adorar al Niño Dios. Googleando se encuentran las explicaciones más curiosas e inverosímiles sobre esta lejana tradición cristiana. Si quieren lo dejamos todo en la adoración de la Epifanía o manifestación de Dios a los hombres. Si eran tres o magos, no parece tan claro. Lo cierto es que los regalos al Niño Dios, tenían una profunda carga simbólica: el incienso, el oro y la mirra.
Otra de las curiosidades es atribuirles el estudio de los astros, convertirlos en astrólogos, una peculiar materia que estudia el movimiento de los planetas y atribuye a la posición de los mismos determinadas influencias. Para la Iglesia el estudio de los astros, y por ende de la astronomía, es perfectamente compatible. En el Vaticano hay especialistas en esta ciencia. Lo que consideran incompatible es la astrología en el sentido de adivinación.
Quien investigue sobre esta peculiar disciplina descubrirá que son miles las personas que nacen con el mismo mapa estelar, sin que tengan nada en común, salvo la edad. Lo que echa por tierra los vaticinios futuros basados en el movimiento de los planetas. Aunque bien es verdad que por sí misma la disciplina nos muestra la influencia de los cuatro elementos: el agua, la tierra, el aire y el fuego. Cada planeta es regente en uno de esos elementos en cada signo astrológico y, en cierto modo la tipología se asemeja a la clasificación que muchos años después atribuyó la psicología a la personalidad.
De manera que apasionados, flemáticos, sanguíneos y nerviosos, tienen en común muchas de esas características según la posición de los astros. Lo que serviría para atribuir a la astrología, el primer estudio serio sobre las diferentes personalidades del ser humano, sin que necesariamente tenga nada que ver el movimiento de los astros en la determinación de los sucesos que se tienen que vivir. Puesto que el libre albedrío imposibilita que frente a un mismo suceso se responda de la misma manera. Y todo el mundo sabe que una cosa son las influencias externas y otra la respuesta personal, libre e intransferible por la gracia de Dios.
Visto así, no creo que la Iglesia desprecie la astrología, sino más bien advierte que la adivinación, es una práctica que va contra las enseñanzas de la Iglesia, bien sea a través de la baraja o del mapa estelar del sujeto. Pues bien, la víspera de la llegada de esos magos, cuya palabra no significa que fueran capaces de hacer juegos malabares sino que se refiere a que eran sabios o estudiosos, conviene llevar encima el espíritu de adoración.
Porque lo cierto es que el Niño Dios, el Rey de Reyes, nació en un pequeño establo de una pequeña ciudad, como si quisiera manifestar que cualquier ser humano por humilde que sea su condición es una criatura amada de Dios, quien no se deja guiar por las apariencias mundanas.
Así que una vez más tenemos motivos para recitar el Credo, y en esta ocasión al completo: Creo en Dios Padre todopoderoso,creador del cielo y de la tierra.Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen Maria. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.Fue crucificado, muerto y sepultado.Descendió a los infiernos.Al tercer día resucitó de entre los muertos.Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,la comunión de los santos, el perdón de los pecados,la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén

La Epifanía, adoración al Rey de reyes, que ustedes lo disfruten



Hoy está todo el mundo de compras; los comercios abiertos hasta horas intempestivas; los niños nerviosos por el acontecimiento de la llegada de los Reyes Magos desde Oriente. Algunos se preguntan que porqué no llegan antes, justo al mismo tiempo que el gordinflón de Papá Noel, todo para poder disfrutar de esos regalos que tan ansiosamente esperan.
A los mayores también les gustan los regalos y algunos se dedican a recorrer comercios en un derroche de generosidad. Y aunque les digas que lo importante no es el regalo sino la misma persona que regala, no terminan de creerlo. Digo yo que a los más mayores les gustan tanto los Reyes como a los pequeños, sólo por el hecho de que se acuerden de ellos en una fecha tan señalada.
Pues bien, la historia de los Reyes Magos lleva tras de sí la huella del escepticismo de muchos lectores de la Biblia. Les suena a camelo que observadores de estrellas decidiesen emprender un largo camino para adorar al Niño Dios. Googleando se encuentran las explicaciones más curiosas e inverosímiles sobre esta lejana tradición cristiana. Si quieren lo dejamos todo en la adoración de la Epifanía o manifestación de Dios a los hombres. Si eran tres o magos, no parece tan claro. Lo cierto es que los regalos al Niño Dios, tenían una profunda carga simbólica: el incienso, el oro y la mirra.
Otra de las curiosidades es atribuirles el estudio de los astros, convertirlos en astrólogos, una peculiar materia que estudia el movimiento de los planetas y atribuye a la posición de los mismos determinadas influencias. Para la Iglesia el estudio de los astros, y por ende de la astronomía, es perfectamente compatible. En el Vaticano hay especialistas en esta ciencia. Lo que consideran incompatible es la astrología en el sentido de adivinación.
Quien investigue sobre esta peculiar disciplina descubrirá que son miles las personas que nacen con el mismo mapa estelar, sin que tengan nada en común, salvo la edad. Lo que echa por tierra los vaticinios futuros basados en el movimiento de los planetas. Aunque bien es verdad que por sí misma la disciplina nos muestra la influencia de los cuatro elementos: el agua, la tierra, el aire y el fuego. Cada planeta es regente en uno de esos elementos en cada signo astrológico y, en cierto modo la tipología se asemeja a la clasificación que muchos años después atribuyó la psicología a la personalidad.
De manera que apasionados, flemáticos, sanguíneos y nerviosos, tienen en común muchas de esas características según la posición de los astros. Lo que serviría para atribuir a la astrología, el primer estudio serio sobre las diferentes personalidades del ser humano, sin que necesariamente tenga nada que ver el movimiento de los astros en la determinación de los sucesos que se tienen que vivir. Puesto que el libre albedrío imposibilita que frente a un mismo suceso se responda de la misma manera. Y todo el mundo sabe que una cosa son las influencias externas y otra la respuesta personal, libre e intransferible por la gracia de Dios.
Visto así, no creo que la Iglesia desprecie la astrología, sino más bien advierte que la adivinación, es una práctica que va contra las enseñanzas de la Iglesia, bien sea a través de la baraja o del mapa estelar del sujeto. Pues bien, la víspera de la llegada de esos magos, cuya palabra no significa que fueran capaces de hacer juegos malabares sino que se refiere a que eran sabios o estudiosos, conviene llevar encima el espíritu de adoración.
Porque lo cierto es que el Niño Dios, el Rey de Reyes, nació en un pequeño establo de una pequeña ciudad, como si quisiera manifestar que cualquier ser humano por humilde que sea su condición es una criatura amada de Dios, quien no se deja guiar por las apariencias mundanas.
Así que una vez más tenemos motivos para recitar el Credo, y en esta ocasión al completo: Creo en Dios Padre todopoderoso,creador del cielo y de la tierra.Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen Maria. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.Fue crucificado, muerto y sepultado.Descendió a los infiernos.Al tercer día resucitó de entre los muertos.Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,la comunión de los santos, el perdón de los pecados,la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén