domingo, 30 de julio de 2006

Carta a Oriente Próximo

Queridos ciudadanos libaneses, palestinos e israelitas, os escribo estas líneas con el noble empeño de desearos la paz. Siento vergüenza ajena al ver que la guerra no declarada, afecta principalmente a los ciudadanos de a pie; conculca todas las leyes y tratados internacionales sobre derechos humanos; pasa por alto las voces de los Organismos Internacionales y está dispuesta a convertirse en referente de lo que va a ser nuestro futuro siglo XXI. Un siglo donde Occidente ha llegado a altas cuotas de bienestar social a consta de mantener en la hambruna a los países del sur.
El patético éxodo de inmigrantes que sufre nuestro país y el conjunto de la Unión Europea, es un aviso de que estos pueblos aspiran a una vida digna, para lo cuál están dispuestos a arriesgar la suya. Ahora son ciudadanos de segunda, indocumentados, que más pronto o más tarde se convertirán en nuestros jueces.
Deseo un Líbano en paz, donde el cruce de etnias y religiones no sea un impedimento para vivir juntos. Deseo un Israel libre, democrático, sin la paranoia de estar rodeados de enemigos dispuestos a expulsarlos o a aniquilarlos. Deseo una Palestina, igualmente libre, donde la convivencia entre cristianos y musulmanes se convierta en ejemplo para todo Occidente. Sin embargo, los deseos tropiezan con la devastadora realidad de un fundamentalismo islámico que no contento con someter a sus ciudadanos, quiere arrastrar su delirio hacia países libres y soberanos. Por eso cuando alguien se impone con la contundencia de las armas, obliga al otro a defenderse. Por eso hermanos palestino-libaneses-israelíes, ante la evidencia del fuego y la sangre, sólo queda elevar nuestras plegarias. Plegarias que abran los ojos de los terroristas, escondidos entre los civiles, agazapados de manera cobarde, golpeando de modo inmisericorde, cada día, en distintas partes del planeta.
No entiendo las guerras, ninguna me ha parecido justa. Todas ellas están llenas de muerte y lágrimas. No entiendo la industria armamentística, que bajo el eufemismo de defender el propio territorio, se dedica a construir sofisticados instrumentos de destrucción. Unas empresas cuyo negocio se basa en la muerte de miles de seres, no deberían estar permitidas. La existencia del tráfico de armamento mueve millones. El resultado es que a los señores de la guerra no les interesa la paz.
No entiendo el terrorismo. ¿Cómo se puede asesinar de manera fría y deliberada por unas ideas?. ¿Tan poca confianza hay el un pueblo libre y democrático?. Si lo que pretenden es imponer la minoría a la mayoría, no se merecen la libertad, porque no saben respetarla. Ya sé que los conflictos implican otra serie de consideraciones, que yo no he tenido en cuenta. Pero es que no me importa la economía ni los intereses geopolíticos, sólo me preocupo por las personas que sufren la ambición desmedida de unos pocos. Con mis mejores deseos de Paz y Bien me despido con el grito de las víctimas: NO NOS OLVIDÉIS... ¡QUÉ PARE LA GUERRA!

1 comentario:

  1. Carmen: me parecen bien tus deseos pero no coincido con tu forma de poner un signo igual entre los palestinos de la Intifada (que llamas "terroristas") y el cuarto ejército más poderoso de la Tierra: el sionista, armado hasta los dientes por EEUU, cuyos gobiernos son los ejecutores un verdadero terrorismo a escala mundial (desde las dos bombas atómicas sobre Japón hasta la hambruna a la que condenan, como bien reconoces, a pueblos y naciones enteras de Sudamérica, Africa y Asia). Primera cuestión: que yo sepa, para expulsar a los moros de España se usaron métodos que hoy llamaríamos terroristas, lo mismo para deshacerse de la invasión napoleónica; aquí en la Argentina se usaron para expulsar a los ingleses durante las invasiones a Buenos Aires, dos siglos atrás. Aquí y allá, en España, a aquellos que combatieron con métodos hoy calificados salvajes, terroristas, los denominamos patriotas. Segunda cuestión: Israel no se pone en armas para defender su Estado contra la agresión de la Intifada sino exactamente al revés: la rebelión palestina comienza cuando Gran Bretaña, EEUU, ONU, etc., desmembran el territorio palestino para crear Israel, en la posguerra de mediados del siglo pasado, no sólo para que sea habitado por los judíos que llegarían de todo el mundo sino como gendarme de su política expansionista que tiene dos ángulos: controlar la rebelión en ciernes de Medio Oriente (cuidando también el poder de los jeques, sino recuerda que EEUU armó a Saddam para que éste fuera su títere contra Irán) y resguardar sus intereses petroleros en la región, como hoy pretenden hacer por estos lados con la instalación de una base militar en la llamada Triple Frontera (Paraguay, Brasil y Argentina). Te recomiendo que eches un vistazo a Wikipedia por ambos temas: Israel y la Intifada palestina (lo que yo estoy haciendo en estos momentos, para enriquecer mis conocimientos).

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