sábado, 14 de julio de 2007

¿Integrismo o pensamiento crítico?



Resulta obvio que la historia nos la quieren enseñar basándose en artículos tendenciosos. Son tópicos que se pueden explicar pero pesan como una losa de la que es difícil desembarazarse. El nacional catolicismo es utilizado una y otra vez, para hablar del adoctrinamiento de la Iglesia. Sirve para justificar el nuevo adoctrinamiento de una asignatura como Educación para la Ciudadanía, en este caso por parte del Gobierno de turno. Cegarnos en el pasado no es una buena medida para construir el futuro. La ley de la memoria histórica ha servido para desenterrar viejos rencores, no para construir una reconciliación. Cuando se trata de manipular la historia nos encontramos con esos tópicos que se publican hoy en Rumores de Ángeles.

Decir que la Iglesia se resiste a perder prerrogativas y que la sociedad actual dista mucho de la de aquella época oscurantista. No es más que la constatación de una realidad. Pero no está bien que se critique a quienes no queremos totalitarismo de ninguna clase o condición, clasificándonos en un pensamiento desfasado. Una asignatura cuya temática ya se trataba en la escuela y los institutos, nace ahora sin consenso como materia obligatoria, con unos objetivos concretos: moldear la conciencia ciudadana, apagar cualquier atisbo de pensamiento libre. Esta asignatura, presentada en sociedad con muy mala acogida, no soluciona la problemática de la crisis educativa. La maravillosa diversidad y pluralidad existe en nuestros centros desde hace mucho tiempo. Con mayor o peor fortuna intentamos convivir respetando la diversidad. Por si misma, una asignatura no va a evitar el racismo, la xenofobia o la violencia escolar y probablemente creará más conflictos que soluciones.

Que el problema educativo se haya resumido en una sola asignatura, demuestra una vez más como se manipula a la sociedad. Se esconde una realidad y se le añade un tinte ideológico a toda una propuesta educativa. Se sacan del armario nuestros muertos y se vuelve a atizar la cizaña hablando de una Iglesia privilegiada. En realidad se trata de un acoso y derribo a las instituciones religiosas, cuyas prerrogativas son muy diferentes de aquellas que se les quiere atribuir.

Y así, paso a paso, artículo a artículo, debate a debate, se horada la opinión pública. No se trata de estar con el conservadurismo de Rouco o Cañizares, o con una Iglesia que todo lo ve bonito y es tan progresista que incluso deja de parecer cristiana para devenir en protestante. Pero eso sí se arroga el derecho a la diferencia y a la pluralidad. Y de esa manera se la enfrenta de paso con la otra Iglesia la conservadora y nacional católica. Nada más falso y alevoso que esta manipulación interesada. En la que llevan mucho tiempo invertido los enemigos de cualquier religión. Esos que quieren llevar a las catacumbas cualquier manifestación de fe. Aprovechan estos rifirrafes para plantear el laicismo del Estado. Como si la Iglesia tuviera algún poder temporal. Iglesia –Estado llevan ya muchos años separados. Y la Iglesia tiene derecho a opinar en algo tan importante como la educación de sus fieles.

Que nos restrieguen por la cara que esta asignatura viene impartiéndose en gran parte de los países de nuestro entorno, hace volver nuestros ojos al Parlamento Europeo y preguntarnos si el euro centrismo ha dejado de ser democrático para convertirse en un paripé pasado por las urnas. Las reflexiones aumentan de intensidad a medida que el Gobierno se obceca en imponer y no dialogar. Aunque todo ello se lleve con mucho talante.

1 comentario:

  1. Yo he resuelto en un solo párrafo el principal problema de la Educación para la Ciudadanía. Esta deberia decir así: "existen los homosexuales que viven a su manera y debemos respetarlos, pero las practicas del sexo fuera del matrimonio crean un problema porque estan prohibidas por las creencias religiosas, y respetando las creencias religiosas tambien respetamos a los colectivos muy numerosos que las profesan, colectivos más numerosos que los mismos homosexuales".

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