viernes, 17 de noviembre de 2006

Holanda va a prohibir el burka y yo apruebo la prohibición

La interculturalidad es ya una realidad, algo que sólo sucedía en las grandes capitales, forma parte ahora de nuestra vida cotidiana. Vamos a tener que replantear muchas cosas a partir de esa nueva coyuntura. Pongamos por caso el problema del velo en las escuelas, algo equiparable a la prohibición de llevar símbolos religiosos en determinadas compañías de aviación. Recordarán el caso del aeropuerto británico. Y es que hay situaciones que van rozando lo grotesco, pero forman parte de esta nueva realidad a la que todos nos vamos adaptando. Una cosa es los símbolos religiosos, otra bastante más diferente las costumbres de origen.

El gobierno Holandés, va a prohibir el burka. Pues miren a mí me parece ideal. Si alguien quiere vejar a la mujer hasta ensañarse con ella, debe saber que no le está permitido en un país democrático, occidental y europeo. Hay costumbres que no pueden ser exportables, por mucho que deseemos respetar la pluralidad religiosa. Si cedemos frente a esas imposiciones podremos llegar a admitir la lapidación porque ciudadanos de determinados países mantienen semejantes lindezas con sus parientas. Puesto a seguir con la pluralidad cultural, étnica y religiosa, tendremos que admitir la poligamia como una costumbre ancestral de determinados países. Una cosa es que la inmigración nos permita una mayor riqueza cultural y otra, bastante más diferente, que debamos admitir sus costumbres al margen de la legislación en vigor. No sé si me explico. Todo tiene que tener un límite y a este paso vamos confundiendo las cosas de manera que nadie sabe ya donde se encuentra la frontera entre lo permitido y lo permisivo, a falta de saber que es lo prohibido.

Lo que sí que destaca es la imposición en determinados países orientales, en nombre de su fe y seguramente como pose para manifestar su oposición a occidente. Ahí están nuestras reporteras cubriéndose con velo porque lo exige la ley de ese país. Pues bien, nuestras leyes no permiten según qué cosas. Por muy liberales y tolerantes que deseemos ser, quede claro que aquí no se puede pactar un matrimonio entre parientes. Tampoco está permitida la ablación del clítoris y si no está tipificado como delito que vayan pensando en hacerlo, porque dentro de poco van a tener muchos casos sui géneris.

Por lo pronto en algunos centros escolares va resultando paradójico celebrar un festival de Navidad con la mitad de sus escolares musulmanes, pero como ahí no termina la cosa y los hay de otras latitudes, se está creando el Festival de Mundo-visión, un popurrí muy bonito que enseña la variedad étnica y cultural, para que los foráneos entiendan a cuento de qué vienen tantos días de fiesta, tantas luces, regalos, adornos y zascandileos. Y no hay ningún problema porque a la fiesta, lo que es la fiesta, se apunta todo dios. Otra cosa más seria son los delitos de honor. Eso que algunos practican y que aquí se denomina violencia de género. No sé si en esos casos cuenta la causa atenuante o el agravio comparativo. Más de un juez debe andar con la azotea liada. Pero ustedes no se preocupen que en esos casos el factor tiempo siempre juega a su favor.

Por lo pronto hemos entrado en la cocina internacional. El otro día me comí una fajita, en el comedor escolar. Típico mejicano, bueno y sabrosón. Me falta un Arguiñano en la tele para popularizar los platos de Colombia, Ecuador, Senegal, etc. Tampoco veo mucho la tele, así que igual algún avispado ya ha cogido la idea. Nada como la comida para hermanar a la gente. Ahí tienen a Obiang cenando con el Rey. Y a los empresarios cerrando sus negocios en los restaurantes. Así que buen apetito y salud.

Como el post me ha salido en plan visceral, tendré que matizar que apruebo todas las mezclas venidas y por venir. Así se hizo Europa con romanos, árabes, vándalos, etc. Es ley de vida aunque resulte sorprendente en este siglo XXI lleno de técnica y glamour. No creo que vaya a ser Eurabia, aunque probablemente se creen barrios llamados morerias, ya se sabe que la gente se agrupa por afinidades y ahí nada que reprochar.

4 comentarios:

  1. Has escrito airada y eso se nota por la pasión que has puesto en tus palabras. Estoy de acuerdo contigo en que hay que poner coto a ciertas realidades como las que citas: el uso del burka o el velo facial, la ablación del clítoris, los matrimonios pactados, la poligamia. Todo eso es inadmisible o debería serlo en Europa. Es estremecedor ver en calles europeas a mujeres con el rostro tapado. Hay una en mi barrio de Cornellà cuya visión me conmueve por lo medieval y brutal que resulta su imagen. Nuestra sociedad está sufriendo una transformación acelerada para bien y para mal. No obstante, no todo es malo. Imagino que pasaremos años de impacto y luego el proceso se estancará. El concepto de Eurabia creo que lo utilizaba Oriana Fallaci. Sus análisis resultaban muy preocupantes. Hoy la gente quiere ser tolerante y no ser acusada de racista. Por eso abordar este tema siempre resulta conflictivo. En lo esencial estoy de acuerdo contigo. Pero todo tiene matices. Gracias por tu visita. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  2. "A donde fueres, haz lo que vieres".
    Es ley para sobrevivir

    ResponderEliminar
  3. Me gusta LA VOZ DE LA SEMILLA.
    Lo visitaré a menudo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Me parece excelente que te hayas puesto visceral, es como si dejáramos a un lado lo virtual para dar paso a la charla en vivo. Es por muchos conocido el asunto de la libertad como bandera de Holanda, me parece bien que se tomen tales medidas, sí, la interculturalidad está, pero también está la autonomía de un país para realizar con sus leyes lo que mejor convenga.Creo que es un asunto de estandarizar individualidades y en este caso me parece correcto.

    ResponderEliminar