sábado, 10 de febrero de 2007

Crear oasis de esperanza

Se ha llevado a cabo la campaña de Manos Unidas, organización de la Iglesia católica que lleva más de cincuenta años realizando labores humanitarias. Sería conveniente aclarar que no está dedicada exclusivamente a trabajar con creyentes católicos. Su campo de actuación abarca creyentes y no creyentes. Pero lo cierto es que su campaña anual la realizan las parroquias implicadas en sus programas de desarrollos específicos. Con esto quiero decir que saben a dónde va a ir destinada la recaudación de su parroquia: bien sea un centro escolar o un pozo de agua que abastezca a una población determinada. De manera que en MANOS UNIDAS trabajan con la misma filosofía que otras muchas ONG: no dar de comer sino enseñar a pescar. Este año comenzarán a trabajar por uno de los ocho Objetivos del Milenio: Alcanzar la educación primaria universal”.

El nivel asistencial básico corresponde por tanto a otro tipo de organizaciones que en caso de catástrofe acuden puntualmente a la zona. Bien sean Cruz Roja o Cáritas Internacional. Aclaro esto porque observo que la campaña de Manos Unidas parece dedicada exclusivamente a los católicos, y me parece un error. Cuando se sale a la calle a pedir colaboración, la gente lo entiende y aporta su grano de arena. Porque hay gente con conciencia social de cualquier tipo de creencia y condición que si supiera a qué se destina su dinero, aportaría su ayuda a la organización, independientemente de que ésta se identifique en sus Estatutos como una Entidad católica.

Hace unos cuantos años Intermón comenzaba su andadura en manos de los jesuitas. Hoy con una gestión impecable y completamente laica, gracias a la aportación de muchos voluntarios, forma parte de una de las ONG de Oxfam Internacional más apoyadas. Dentro de su filosofía está el comercio justo, o las campañas periódicas contra las minas antipersona o la reclamación del 0’7%. Todas y cada una de estas actuaciones realizada de manera conjunta con otras ONG pueden suscribir que “otro mundo es posible”. Porque de alguna manera en pequeñas parcelas de un continente fragmentado por la guerra o el hambre, consiguen crear oasis de esperanza.

Yo quiero convocar desde aquí a creyentes y no creyentes en un mismo objetivo común: crear esos oasis de esperanza. De manera que puedan saber que hacen algo por seres humanos que malviven diariamente. Y estoy segura que muchos saben ponerse en la piel del otro. Soy yo quien podría estar allí si mis circunstancias hubieran sido otras. Es a mí mismo a quien estoy ayudando, porque el ser humano lo es con independencia de su situación.

No se trata de lavar nuestra conciencia con una aportación puntual, sino más bien de cambiar el chip mental. Sentir que en esta aldea global todos somos corresponsables, unos de manera más directa que otros.

En definitiva estas campañas mueven a mucha gente y afectan directamente a los gobiernos cuando se les increpa con movilizaciones periódicas, como la que tuvo lugar en el Foro Social Mundial en Nairobi. Porque no se trata de acudir puntualmente a una cita anual, si no de hacer realidad que otro mundo sea posible, un mundo más fraterno y solidario.

Quiero dejar claro, antes de finalizar, que no es lo mismo un voluntario que un misionero, sea éste seglar o religioso. El primero ocupa su tiempo durante una determinada época. El segundo compromete toda su vida por una causa. Es interesante matizar porque en las campañas de Manos Unidas están implicados misioneros que han hecho de su vida una entrega hacia los más necesitados. , No durante un periodo estival, sino a tiempo completo y para siempre.

5 comentarios:

  1. Todo lo que sea por ayudar es bueno, me parece muy linda la idea de crear oasis de esperanza, todos los seres del mundo podemos ayudar, cada uno desde su trinchera independientemente de su religión, raza o status social.

    La gente con pobreza extrema han sufrido la indiferencia del mundo, es hora de ayudar y tener un poco de fe y de hacer acciones concretas para alcanzar los 8 objetivos del Milenio, aunque cada vez están más alejados.

    Muchos Saludos, Carmen!!!

    ResponderEliminar
  2. Tengo la impresión de que por mucho que se haga, en conjunto, es poco por la enormidad de la miseria que hay en el mundo. Un pozo de agua, sin embargo, es una ayuda concreta que ayuda a vivir a una aldea. Siempre he admirado a estos misioneros que entregan su vida por sus semejantes sin esperar nada a cambio. Es la cara más honesta de la iglesis. Los que están allí dando la cara, sin paternalismo, porque hay que estar sencillamente. Por esos oasis de esperanza.

    ResponderEliminar
  3. Hola Carmen gracias por sus saludos!!
    aquí estoy disfrutando de mi último mes de vacaciones.
    Espero que esté bien.
    Un Abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Jonás, si, hay esperanza.Te veo bajo de tono. No confundas la maldad con el mal. El bien sigue batiendose día a día, en una lucha que siempre parecen ganar los otros. Pero a la larga se ven los logros. Derechos humanos, sociedad del bienestar, educación gratuita...echa la vista atrás y verás como se han ido consiguiendo.
    Ahora quedan los Objetivos del Milenio, el compromiso de unos determinados países y la ilusión de muchos voluntarios.

    ResponderEliminar