sábado, 19 de enero de 2008

Cosas de locos por Dios


Cada día aprendemos muchas cosas nuevas. Si alguien tiene la costumbre de recapitular todas las secuencias del día, encontrará decenas de datos nuevos que ha tenido que procesar. La publicidad trata de ser una huella en el cerebro que quede marcada a fuego, de manera que lo publicitado no pase inadvertido. Pues ese objetivo sin duda lo ha conseguido la revista 21RS. Los cristianos vamos a pasar a estar de boca en boca y nos van a decir de todo menos “bonitos”. Porque la idea de salir en vallas publicitarias desafiando al personal es bastante inaudita.

¿Quién ha elegido esa frase de “ningún cristiano usa preservativo”?. ¿Desde cuándo la coherencia en la fe se vende como un slogan?. Seguramente “Dios te ama” está muy visto, no produce el mismo impacto. Desde luego no daría mucho tema de conversación. Mientras que lo de las vallas publicitarias va a ser sonado. Sería más adecuado poner un ordenador preguntón a la puerta de la iglesia. ¿Usted usa preservativo?. Respuestas transferidas directamente al Vaticano, a quien corresponda.

¿Estamos preparados para el desafío que lanza 21RS?. Esa frase de “puedes negar la realidad o mirarla de frente” interpela directamente a los cristianos. No sé qué les sugerirá a los demás, pero a mí sacar a la calle estos temas me parece poco serio y además de poco provecho. Lo primero que me viene a la cabeza es el gasto que conlleva una campaña publicitaria y me pregunto si eso sale del cepillo. Si lo subvenciona el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid. Vamos que veo un despilfarro que me da hasta vergüenza ajena.

No me parece una pedagogía adecuada, pero sí provocadora. En principio tiende a confundir la esencia del cristianismo con unos comportamientos que no se ajustan a la realidad social. Lo que lleva directamente al código represor, de manera que no hace más atractivo el mensaje, sino particularmente odioso y revulsivo. Yo estoy segura que el Evangelio no se trasmite vía publicidad. Pero igual estoy equivocada y como el Espíritu sopla cuando y como quiere, alguien se acerca a un cristiano y le pregunta ¿tú usas preservativo?. Y se cae del caballo como San Pablo.

Para mí esta promoción de lo que sea es como empezar la casa por el tejado, algo poco sólido, que se cae por su propio peso. Y es que la fe no se vende ni se compra es un don y por mucho que queramos somos peregrinos en esta tierra, de manera que mal podemos acomodarnos en ella. Decía el entonces cardenal Razintger, con muy buen criterio, que íbamos a disminuir en número y a tener menos influencia en la sociedad. Pues tenía y tiene mucha razón. La conversión personal no es cuestión de usar o no preservativo.

Creo que la moral religiosa, concretamente la católica, está al margen de la realidad social. Probablemente siempre lo ha estado y nunca deba rebajar el listón para darle un baño de modernidad, porque se fundamenta en algo más sólido que los convencionalismos sociales. De manera que una persona rectamente formada, sabe bien que no se amolda a lo que se lleva, porque tiene una firme convicción en Dios. Supongo que como en la Roma pagana, estamos todos contaminados del ambiente social, pero aún así sabemos donde se sitúan las fronteras.

Pues 21RS nos lo ha puesto un poco más difícil, ahora además tenemos que prepararnos para explicar lo que nace de la fe y no de un código de comportamiento. Será difícil convencer de que ser cristiano es ser libre en esencia. Cosas de locos por Dios.

1 comentario:

  1. ¡Qué difícil es defender un discurso cristiano de acuerdo a la moral oficial de la iglesia! Dan la impresión de ser marcianos alejados de su tiempo.

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