viernes, 1 de agosto de 2008

Los murmullos se oyen a gritos

La actualidad religiosa de hoy la constituye la reunión a puerta cerrada que han llevado a cabo el Presidente Zapatero y monseñor Rouco Valera. Es una reunión prevista en la agenda de ambos desde que se renovaron los cargos en la Conferencia Episcopal y, además incluye temas de reciente actualidad como es la elección de la capital de España para ser sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.

Pueden estar a puerta cerrada pero el murmullo de sus voces salen apuntando a salvar las relaciones dentro de la buena voluntad del Gobierno para no enfrentarse directamente con la Iglesia. Y también la misma Iglesia sigue los pasos de la diplomacia y la colaboración. Sin embargo, ahí estarán presentes la futura reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa y el avance en el laicismo. Lo que no sabemos es si este avance seguirá las reglas de juego de una sana laicidad o persistirá en su deseo de inmiscuirse en la conciencia de los ciudadanos, adoctrinando desde la escuela y con la maquinaria engrasada de los Medios de Comunicación, al servicio de la ingeniería social.

Tenemos ya larga experiencia de lo que podemos esperar de eso que todavía se llama socialismo, pero que en realidad se corresponde con unas bases que atentan incluso al humanismo sin credos que es el origen de la ideología socialista. Ahora el aborto quiere convertirse en “derecho”, perdiendo su justa tutela de la Ley que siempre lo ha considerado un delito. Del mismo modo el derecho a la vida está siendo cuestionado en manos de nuestro flamante ministro de Sanidad y de la deriva social a favor de la eutanasia.

Si quieren que les sea sincera, el enfrentamiento seguirá produciéndose, porque la Ley de Dios está por encima de cualquier componenda jurídica o de relaciones bilaterales. Ese juego de ceder para ganar, se parece más a la técnica del avestruz que a la de profetas inspirados. En cualquier caso las relaciones seguirán produciéndose porque hay una Constitución que garantiza la libertad religiosa. Por otra parte el gobierno Zapatero ha perdido apoyos ante la constatación de la irreversible crisis que afecta a nuestra sociedad. No está en posición de tener que batallar en todos los frentes.

Además, se da la paradoja de que es la misma Iglesia quien soluciona parte de sus problemas sociales, por medio de Cáritas y decenas de organizaciones que atienden a ese grupo de ciudadanos abandonados por la coyuntura económica. El excedente de mano de obra convierte al paro en una sombra siniestra para miles de hogares. Y aunque el pesebre socialista tiene asegurado a los sindicatos con múltiples subvenciones y ventajas que les hacen inoperantes y de hecho más bien cómplices de los desajustes sociales. Lo cierto es que el cierre de empresas y la avalancha social puede dar al traste el idílico paraíso que aparenta este país, hipnotizados ahora por los éxitos deportivos de última hora.

La realidad seguirá siendo la que es y ha venido sucediéndose. Tenemos potencial de futuro pero muy malas perspectivas. El tiempo de “la movida” ha finalizado. Ahora viene la cuenta atrás para poner los medios necesarios y lo que estamos observando es que las bases siguen siendo malas. Se construyen escenarios para películas cuyo decorado queda luego obsoleto. Se vende una imagen ficticia.

Frente a este panorama, la Iglesia seguirá colaborando con el Estado y recibiendo su ayuda, porque se necesitan. Quedan pendientes de reaccionar la federación de religiosos que como a los sindicatos les han llenado la mano para que callen a cualquier precio. Si no despiertan serán cómplices silenciosos de lo que pueda suceder. Ahora más que nunca se necesita dar la cara y no venderse por un plato de lentejas, por mucha hambre que se tenga. La Verdad es la que es y hay que defenderla.

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