sábado, 30 de junio de 2007

Educación para la ciudadanía

Me gustaría llegar a realizar una reflexión mesurada sobre la asignatura Educación para la ciudadanía. Envueltos en la polémica, mientras unos medios proclaman la necesidad de una ética común para nuestra sociedad plural, otros aducen que se está entrando en la privacidad de la familia y adoctrinando en una moral cívica. Bueno, no es poco que mantengamos en común algunos puntos. Aunque esos puntos comunes ya se encontraban en vigor con los temas transversales.

Lo cierto es que esta sociedad globalizada, plural, multicultural, está dando lugar a una juventud violenta, hedonista, “niños burbuja”, “chicos danone”. No es un fenómeno que suceda exclusivamente en nuestro país. La violencia en los centros escolares se propaga como ráfaga de pólvora. Un día nos hablan de Inglaterra y al otro de Francia. En este último país se quiere imponer “el usted” para tratar al profesor. En España el defensor del pueblo, Enrique Múgica, propone lo mismo que en Francia. Reforzar la autoridad del profesorado que ya no puede controlar ni a los niños de primaria.

De algún modo desde diferentes corrientes de pensamiento se converge en la necesidad de educar en valores. Aquella antigua urbanidad de los libros de nuestros mayores quiere volver a recuperarse, porque en ella existía un código de lo correcto e incorrecto. Algo que es necesario delimitar cuando todavía no se tienen referentes propios. Desde esa raíz surge el respeto al otro, no sólo al diferente en su etnia o credo, sino al contrario al que no piensa como igual. Tras algunas décadas educando en el diálogo y la permisividad, han salido unos jóvenes solidarios, tolerantes, y al mismo tiempo, indolentes y faltos de espíritu de superación.

Pero entre mantener unos valores que están recogidos en la Constitución y en la Declaración de los derechos humanos y en otros tantos acuerdos y Tratados Internacionales y, aleccionar sobre un código moral, hay un abismo. El mismo que existe entre educar considerando el matrimonio un sacramento o sólo una unidad familiar de seres que viven en común. Desde ahí podemos entender que Educación para la ciudadanía no convenza a ningún representante de las religiones que tienen acuerdos con el Estado. Y eso es grave en un Estado aconfesional que no laico, donde hay un compromiso reflejado en la Constitución para permitir educar de acuerdo con la religión que elija cada progenitor.

Creo que la Conferencia Episcopal tiene el deber de manifestar claramente su postura, que no se opone a una educación en valores, pero sí a un adoctrinamiento del Estado. Y no es sólo la Conferencia Episcopal, también los protestantes y no quiero pensar cómo lo pueden ver los musulmanes o los judíos. Llegamos por tanto a la disyuntiva de que el papá Estado quiere imponer un código moral ciudadano. Y esto empieza a sonar tan volteriano como en la época de Robespierre.

Así que tenemos unos ciudadanos que se asocian en contra de la asignatura y unos supuestos “cristianos por el socialismo” que van pidiendo firmas en el portal Atrio, a favor de la polémica Educación para la Ciudadanía. No sé que piensan pero o esto termina en sufragio o no termina.

10 comentarios:

  1. Hola Carmen,
    Creo que el rumbo que tomo la educación a partir de teorías como la de Montessori y de A.S. Neill ha llegado a su frontera.
    Coinicido contigo en que definir límites es un imperativo para los niños cuando, como dices, aun no tienen referente.
    La teoría del 'do-as-you-please' desarrollada en SummerHill por Neill orientó la educación hacia un vacío irresponsable de autoridad.
    Las consecuencias se pueden ver en la nueva educación que ha llevado a los niños y jovenes de nuestro tiempo a una vida que existe en el surrealismo, en donde el que mas quiere 'flotar' sin límites, sin autoridad, sin responsabilidad.
    Obviamente, tampoco creo en el autoritarismo o fascismo educativo, que fue ya acusado por Hermann Hesse y la Escuela de Frankfurt, ninguno de los lados del extremo del pendulo.
    Una autoridad saludable es una necesidad de nuestro tiempo.
    Excelente post! y muy buen Blog
    Saludos desde Mexico

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  2. Pero resulta que el mismo Clero Catòlico esta dividido en quanto a la Educación p. Ciudadanía, que es lo mismo decir que el verdadero enemigo lo tenemos dentro. Hoy mismo he visitado el blog del Cigoña de la Torre y trata de un alto cargo eclesiástico que esta a favor de la EpC, y nada menos es un encargado de Educación Católica, y si no lo echan fuera es que los obispos duermen como una losa.

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  3. Educación para la ciudadanía es una materia nueva que no pretende proyectar valores totalitarios sino establecer una serie de valores que hemos de compartir todos los ciudadanos. Yo sé que un ciudadano musulmán puede considerar corrupta nuestra sociedad por la forma de vestir o por el reconocimiento de la homosexualidad o por el papel de las mujeres en la sociedad. Pues lo siento mucho, cuando sus hijos vayan a la escuela habrán de escuchar al menos que hombre y mujer son iguales, oirán que existen los métodos anticonceptivos y la libertad sexual, oirán que la sociedad no está supeditada a los imanes, que la primacía la tienen las leyes, el Parlamento y los jueces. Supongo, Carmen, que en esto estaremos de acuerdo. Que la escuela no tiene que reverenciar los valores que traen alumnos musulmanes. Se pueden respetar pero han de saber que aquí rigen otros principios. ¿Qué principios? Los que hemos consensuado los ciudadanos en nuestra forma de vivir y han establecido las leyes. El matrimonio homosexual por ejemplo. En España existe legalmente. Yo tuve mis reticencias en un principio, pero ahora acato un ordenamiento jurídico que lo regula. Si el PP gana las elecciones, dudo que vuelva atrás esta legalidad. No podría, igual que no puede impedir el divorcio o el aborto. ¿Es totalitaria una asignatura que enseñe que hacer transfusiones de sangre es perfectamente normal o habremos de supeditarnos a lo que digan los testigos de Jehova? Supongo que en esto estarás de acuerdo. Hay un ordenamiento de algunas confesiones religiosas (catolicismo, protestantismo, Islam, Testigos de Jehova...) que tienen sus creencias particulares, pero el estado en la vida pública y en la enseñanza debe enseñar al margen, si es necesario, de estas creencias particulares y educar en los valores democráticos establecidos. No es necesario un sufragio como sugieres. Es acostumbrarnos a reconocer que existe un código ético laico, existente en distintos países de Europa. ¿O habremos de tomar como héroes a los hermanso Kacynski de Polonia y proponer la "excepción moral" y su cruzada contra la homosexualidad y demás lindezas que chocan con la legislación europea? Entiendo que un cristiano pueda disentir de los valores de la educación para la ciudadanía, que esté contra el divorcio, el aborto, la homosexualidad, pero ¿el estado habrá de hacerle especial caso? Un cordial saludo, siempre, Carmen. En la diversidad y el debate está la riqueza.

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  4. Contestando a Joselu, te digo que nosotros los que nos oponemos a la EpC, en nada nos salimos de los límites democráticos aunque movilicemos multitudes, aunque promovamos la objeción de conciencia y aunque hagamos las más inimaginables payasadas como hacen los gays. En la Democracia todo esta permitido mientras no se insulte. Si realmente el Gobierno demuestra su talante democrático será cuando permita la libertad de conciencia para cursar esta asignatura o no cursarla. En nada me veo obligado a hacer reverencias a este gobierno, como tu en tu escrito pareces aceptar. La "divinidad" del Gobierno solo existia en los pueblos antiguos.

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  5. El argumento de que el gobierno habría de permitir objeción de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía -que existe en la mayor parte de los países de la UE- podría extenderse a todas las demás asignaturas. Podría darse el caso de que alumnas musulmanas se negaran a hacer educación física, o alumnos cristianos no quisieran asistir a las charlas obligatorias en mi centro sobre métodos anticonceptivos, o negarse a estudiar la ley de evolución de Darwin en Experimentales como hacen fundamentalistas cristianos en EUA. La Educación para la ciudadanía ha sido aprobada en el parlamento y no es que haya que rendir pleitesía al gobierno, para eso están el derecho a la libre manifestación con conferencia episcopal en pleno, pero sí reconocer la primacía en las decisiones del partido que ha merecido la victoria en las elecciones. No veo por ninguna parte que haya de permitirse objeción de conciencia. Igual que no es permisible que un farmacéutico o un médico la hagan para no prescribir o dispensar medicamentos anticonceptivos como me encontré hace unos años en una ciudad de España. Quiero expresarme con corrección en este blog amigo al que le viene bien también -con afecto- la disensión. Un cordial saludo.

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  6. Contesto a Joselu: tu ultimo escrito es muy razonado y veo que estas situado profesionalmente en la enseñanza y conoces muy bien la materia. Estoy de acuerdo en que puestos a “objetar” se podria objetar de todo incluso de las clases de educación física pero, en la materia de comportamiento sexual nos enfrentamos con un gran componente de religiosidad y moral que intervienen con criterios própios en la misma asignatura cuestionada, y el obligar a todos los alumnos a seguir la Educación por la Ciudadanía sería como obligar tambien a los mahometanos a comer carne de cerdo en los comedores escolares, yendo con éllo forzados contra sus creencias. Existen estos componentes “religiosos” que a este gobierno solo le place respetar cuando trata de mantener contento al Islam (porque muerde) , y en cambio no tiene reparos cuando se trata machacar al Cristianismo (porque es pacifico). Tambien en la venta de anticonceptivos en las farmacias se podria objetar puesto que, la “anticoncepción” provoca un conflicto religioso en algunos sectores, llamémolos “integristas” o llamémolos de cualquier otra manera. Tambien el Darwinismo lleve implícitos conflictos religiosos que conviene respetar. Resumiendo, el nudo de la cuestión es que este gobierno no cumple la Constitución que dice de “respetar las creencias religiosas”.

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  7. Hay algo que no funciona en el razonamiento que haces. Dices que obligar a seguir Educación para la Ciudadanía a todos los alumnos es lo mismo que obligar a los musulmanes a comer carne de cerdo. Has exagerado un poco. Sería lo mismo si se obligara a practicar relaciones sexuales a todos los alumnos o a practicar la homosexualidad, hecho que nadie plantea y que resulta claramente absurdo. ¿Cómo puedes poner en el mismo nivel un hecho "informativo" y un hecho físico de coacción claramente vergonzosa (comer carne de cerdo). Si un alumno cristiano se ve obligado por ley a saber que hay diferentes tipos de familia y que todas son "normales" no veo que eso sea totalitario porque ese alumno se encontrará algún día con un compañero que vive sólo con su madre y habrá de entender que esa es su familia.Si otro día se encuentra con un compañero cuyos padres son del mismo sexo, ¿qué habrá de pensar? Que es una aberración? ¿que aquel muchacho está "maldito" o que es fruto del pecado? Imagínate por un momento que tú en lugar de haber nacido de una familia compuesta de padre y madre como lo fuiste, hubieras nacido por azar del destino en una pareja homosexual (dos mujeres) ¿Cómo juzgarías la situación? ¿Habrías de odiarte y odiar a las que actuaban como madres? Seguramente habrías de ampliar tus límites de la "normalidad". Es cierto que nos enfrentamos con el progreso de las sociedades a problemas morales cada vez más complejos. Entiendo que tú estás en una posición "integrista" -creo interpretar por tus palabras y tus blogs- , pero si en vez de ver las cosas desde lejos, tuvieras que tratar y conocer a homosexuales sin verlos como aberraciones sino como seres distintos simplemente, estoy convencido de que tus puertas a la comprensión estarían más abiertas. No veo, no logro ver, qué mal hay en que un muchacho de formación cristiana aprenda a respetar otras formas de entender la vida. En todo caso le queda asistir a su parroquia o ejercicios espirituales donde le expliquen con más detenimiento los puntos de vista de su iglesia. No veo malvado ni totalitario que haya una asignatura que aborde temas de medio ambiente, solidaridad, derechos humanos, la sostenibilidad, el cambio climático, las migraciones, el consumo y una parte a modelos de familia. ¿Es tan malo? No veo que sea lo mismo que obligar a un musulmán a comer carne de cerdo. Ese alumno puede seguir pensando lo que quiera sobre la homosexualidad, que por cierto, en los centros de enseñanza la opinión mayoritaria es despreciativa acerca de los gays. ¡No veas qué sarcasmos hay y lo que tienen que pasar los muchachos con aire delicado o ambiguo? Conozco a alguno que sometido a presión (y agresiones) por sus compañeros ha tenido que refugiarse en casa y recibir clases particulares. Imagínate lo que pensarías si hubieras tenido un hijo homosexual, ¡cómo cambiaría tu visión del mundo!

    ¿Respetas igualmente que un testigo de Jehova no haga una trasfusión de sangre a su hijo por motivos religiosos? ¿Y que este muera? ¿Respetas que por motivos religiosos se practique la ablación del clítoris o la poligamia? Seguro que no, por lo que ves que hay otras consideraciones por encima de "respetar las creencias religiosas" y el estado no tiene por qué aceptar todas por igual.

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  8. Joselu, me extraña que no veas el problema de meterse en lo que es bueno o malo moralmente. Para un musulmán el Gobierno será totalitario puesto que no le permite la poligamia. Para un Estado tolerante, sería una nueva forma de unidad familiar a estudiar. En cuanto al matrimonio, dejar la cosa en progenitor A y progenitor B, queda muy bien para un manual laicista, un humanismo sin credo. Pero pervierte la esencia del sacramento matrimonial y atenta contra las creencias de cierta parte de la sociedad. No veo. Pero no veo necesario que se hable de una sexualidad donde todo es válido, en una edad en que la sexualidad se está definiendo, es casi como dar veda abierta a la promiscuidad.Educación sexual no es póntelo, pónselo, o saber que existe la píldora del día despues.
    Con toda mi ternura para los homosexuales, a quienes les deseo que no vivan culpabilizados, pero que tampoco hagan proselitismo. Esto último es lo que estoy viendo venir por parte del lobby gay. Película que tratan el tema, series que ponen como personajes simpático al gay. Anuncios donde dos hombres se besan.
    ¡Uf, Joselu, me temo que no me gusta lo que se nos viene encima.

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  9. Contesto a Joselu: Creo que solo has leído material de un solo bando, del bando de los que defienden al Homosexualismo y por eso solo ves las cosas de un solo color mirando con los únicos cristales que tienes. En los acontecimientos políticos cotidianos uno se entera mejor siempre si procura leer varios periódicos distintos donde cada uno con su tendéncia ofrece su interpretación particular, y en el caso del Homosexualismo Político es necesario informarse bien por todos los lados. Nuestra discusión duraría sin acabar y yo mismo en este tema ya he trabajado demasiado en largas horas en mis blogs, y no vale la pena repetir lo que ya tengo suficiente trabajado. En todo caso te aconsejaría que leyeras más documentación de este otro bando, del bando contrario al Homosexualismo, que no son nada tontos por cierto, y como un botón de muestra de pongo esta direción del diario digital que yo más visito: www.forumlibertas.com Saludos

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  10. Bueno, amigos, el debate ha sido interesante. No me desagrada intercambiar ideas con alguien que las tiene diferentes a las mías. Ha sido una charla a tres entre personas que no tienen ocasión de encontrarse en otras circunstancias. Recibid ambos un cordial saludo, y que siempre se alumbres debates candentes como éste, aunque se hayan de repetir argumentos para que otros lo comprendan.

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