martes, 31 de octubre de 2006

La dictadura de la opinión común

En un artículo en otro blog apuntaba que el pulsímetro de las preguntas que realizan algunos medios, constituía una información privilegiada. De alguna manera se podía prever el grado de aceptación de determinadas decisiones por parte de nuestros gobernantes. Si alguien tiene a bien preguntarme suelo responder. Pero no siempre hago caso de las encuestas de opinión, de ello deduzco que a otros puede sucederles lo mismo. En estos momentos pienso en las famosas encuestas que nadie sabe bien como se realizan y de cuyos resultados siempre sospechamos.

La cuestión es, ¿el futuro de cualquier país dependerá de las encuestas?. Si consultamos los medios el resultado parece confabulador. ¿Son todos los que están, están todos los que son?. ¡Vete a saber!. Sin embargo “la dictadura de la opinión común” maneja los hilos de televisiones, emisoras, periódicos y sospecho que también es origen de algunas propuestas del gobierno. No se espanten, vivimos en democracia, eso también significa pluralidad. El poder necesita saber donde dirigir sus zarpas, y ahí es donde viene bien echar mano de las encuestas y de los pulsímetros de opinión.

A estas alturas deben estar preguntándose en el origen de ese nuevo término que alguien ha dado en llamar “dictadura de la opinión común”. Por más que a mí lo de común me suene fatal, la cosa parece estar montada así. Lo dice la mayoría, pues venga, eso es lo que hay que hacer. La cuestión es la siguiente, ¿es buena la mayoría, está equivocada, debo someterme a ella, coincide con mis criterios morales?. Hitler ganó unas elecciones, fue elegido democráticamente, y no por eso dejó de ser un tirano. Los resultados son de sobra conocidos. El holocausto les parecía una solución natural. Resulta monstruoso, pero fue así como se llegó a eliminar a millares de seres humanos.

Considero que soy una ciudadana de a pie, por lo tanto común y eso se adhiere como la polución a los pulmones, mientras pasa por el proceso de inspiración y espiración, se convierte en algo consustancial. Esa es mi zona, la de la mayoría de ciudadanos, que siguen perplejos las luchas mediáticas de cualquier tipo de poder.
Piensen un poco en la relación que se establece en el trabajo, siempre hay alguien por encima que dice lo que se debe hacer. En las familias existe una relación similar, alguno de sus miembros detenta siempre un grado de autoridad incuestionable. En las congregaciones, hay superiores y superioras. En los partidos, presidentes. En los ayuntamientos alcaldes. En los centros educativos directores. De manera que la cosa del poder también es consustancial, viene de lejos, estamos acostumbrados a someternos a la autoridad. Debería decir que es necesario cierto sometimiento para que la sociedad pueda funcionar con un mínimo de cordura. Y sin embargo me molesta que podamos entrar en una espiral de decisiones basadas en “la dictadura de la opinión común”. ¿Ustedes lo comprenden?. Debe ser porque al término dictadura le añaden el adjetivo común. ¿La democracia es común?. ¿El poder es un tirano?. Puede que todo se reduzca a utilizar un calidoscopio para ver el juego de palabras.

3 comentarios:

  1. Estamos siendo observados y analizados permanentemente. Los institutos de opinión pública y agencias semejantes nos diseccionan. Conocen nuestras tendencias y nuestros deseos ocultos. Incluso aquello que no nos atrevemos a enunciar. La publicidad se nutre de ello, también los instrumentos de poder como partidos, las cadenas televisivas. ¿Para qué quieren saber tanto acerca de nosotros? ¿Por qué somos escrutados con tanto empeño? Probablemente para podernos manipular mejor. Nos darán lo que anhelamos y marcarán tendencias que nos irán conformando. Así avanza la sociedad contemporánea. Si hay que someternos, mejor que sepan cómo hacerlo. Son nuestras propias opiniones las que constituyen nuestras cadenas, con ellas nos atrapan. Sin embargo, creo que, a pesar de todo, al individuo le queda un margen de capacidad decisiva porque nos blindamos frente a toda esta marea de medios que nos abruman. La libertad sigue siendo una posibilidad.

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  2. La libertad una posibilidad... Hay algo de esperanza y terror en tal afirmación. He traido a mi mente de manera constante y particular los resultados arrojados en las encuestas hechas acá en México con respecto a las campañas electorales, claro a mi mente siempre viene la palabra dudosa. Ante lo dudoso y lo falso en definitivo sólo rindo mi palabra y lo que se hacer. No estoy de acuerdo con los resultados y por ende tampoco con el futuro presidente de mi nación...Un amigo me decía que, un títere que sabe de sus hilos, ya no es un títere común aunque sigue siendo títere. Muchas veces medito mi situación de títere y al saberme los hilos me pregunto ¿Y de aquí, a dónde?

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  3. Siempre bien profundo lo que escribes.

    Siempre tiene que haber un mono mayor, alguien que lleve la batuta para que los demas lo sigan, asi funciona el mundo, desde que es mundo. Creo que por mucho que queramos no cambiara, a la mayoria le gusta seguir a alguien, verse reflejado en alguien, seguir.

    Que tengas una linda semana, nos leemos.

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