viernes, 6 de octubre de 2006

La poligamia ha llegado a España

Tengo por costumbre ver las noticias de televisión, a veces es un ejercicio heroico por la cantidad de desgracias que plasman en titulares. Por eso pienso que debería existir un encargado de la buena noticia, alguien que supiera mostrarnos el gesto amable de la vida. En algunas ocasiones me detengo a reflexionar inmediatamente después de haber finalizado el telediario y encuentro algo sugerente. No siempre positivo, para qué lo voy a negar.

Hoy he escuchado que la poligamia, prohibida en España, ha entrado en nuestro país con denominación de origen africano. Es decir que los cayucos no traen sólo personas sino que vienen acompañadas por sus costumbres y ritos. Estas buenas gentes que buscan sacar adelante a su familia, no sólo de aquí sino también de su país de origen, conviven normalmente con varias mujeres. La cámara enfocaba a una africana vestida con atuendo oriundo de su tierra, en un domicilio de alguna ciudad española. Mientras le preguntaban qué le parecía compartir el marido ella mascullaba su español con gracia para afirmar que no le gustaba nada el asunto, pero era la costumbre de los suyos. A su alrededor revoloteaban unos cuantos niños, no sé si eran de ella o de la otra, el periodista no ha profundizado más. Pero yo me he quedado helada, con nuestra proverbial tolerancia y nuestros deseos de interculturalidad, me pregunto qué haremos con esos casos. La ablación del clítoris es otra de sus maravillosas costumbres y mira por donde me viene el recuerdo de un reportaje sobre ello. Al parecer para evitar la justicia europea, hacen un viaje rapidito a su tierra con objeto de practicar el abominable rito. El matrimonio pactado desde la infancia es otra de las joyas exportadas que choca con nuestra cultura occidental y me quedo pensando en todas las mujeres sometidas a costumbres medievales en este bendito siglo XXI, donde hemos conseguido reflejar en nuestra Constitución y en nuestro Sistema Educativo que no se puede discriminar por razón de sexo o religión.

El tema tiene su paradoja porque Europa llevó su cultura a otras tierras y ahora, esa marea humana desembarcando en nuestras costas, nos devuelve unas costumbres que aquí tenemos superadas. ¿Serán capaces de occidentalizarse los inmigrantes?. ¿Admitirán la igualdad de géneros del país que los acoge?. Lo cierto es que educaremos a sus hijos en el respeto a los derechos humanos, aunque más de una niña tendrá que vivir una doble realidad: la virtual que le cuentan en la escuela y la verdadera que vive en su familia.

14 comentarios:

  1. Vivo diariamente en el instituto la dualidad de estas muchachas que llevan uno, dos, tres o cuatro años en España. Llegan muy apegadas a sus tradiciones, a su modo de vestir con el dichoso velo o hiyab... Sin embargo, por herméticos que parezcan sus mundos, algo de occidente les penetra. El año pasado cuatro muchachas bereberes fueron fastidiadas sistemáticamente por otras chicas de la clase. Ellas no se resignaron y se quejaron, y hasa llegaron a enfrentarse dialécticamente con las agresoras. El descubrimiento de que se tienen derechos es una incorporación de nuestra cultura. Que se tienen y que se pueden reclamar o exigir. En cuanto a lo que dices sobre la poligamia y los matrimonios concertados, me temo que nos hemos incorporado con retraso a una realidad compleja y difícil de digerir porque es África quien penetra en nuestra cultura, igual que antes nosotros lo hicimos de forma bastante violenta y genocida en la suya. El futuro es incierto, no hay duda. No tengo ni idea cómo acabará esta aventura de la explosión de la inmigración. Nos acercan nuevas posibilidades, pero nos enfrentan también a desafíos e incertidumbres nuevas. Algún blog ha llamado a esto "Tiempos interesantes".

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  2. El intercambio de culturas que hay en la actualidad debido a las migraciones es cada vez mayor y aunque tiene su lado positivo a veces, no deja de ser dificil por eso que dices de que los niños viven una doble realidad y se hace complicada la adaptación.

    Saludos!

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  3. Sin embargo le veo algo que deberiamos tomar en cuenta, en primera instancia no creo exista nada de malo en las migraciones y el intercambio cultural que a todo esto nos lleva, la idea sería la siguiente, en otro país un hombre está casado con más de una mujer, fuera del dilema etico que nuestras cabecitas de occidente se plantean es también cierto que aquel hombre y esposas es libre de viajar a un país de occidente, y quizás quedarse a vivir allí... la pregunta sería cual sería la situación legitima de cada una de las esposas, si la familia compra una casa, como estarían dispuestas las leyes de nuestro occidente ante aquello? siemrpe me planteo esa pregunta?

    Saluditos

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  4. La tolerancia cultural es fundamental.Hay que aceptarlos como son.

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  5. Acabo de mirar en el diccionario de la RAE, y veo que poligamia significa "Régimen familiar que permite al varón tener pluralidad de esposas". Y me pregunto: ¿Habrá alguna cultura en la que se permita a la mujer tener pluralidad de esposos?

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  6. lamentablemente aún existen culturas que viven "prehistóricamente".Es de esperar que la llegada de los inmigrantes, permita que las nuevas generaciones, es decir esos niños que se formarán en vuestro país, terminen con esa falta a los derechos de la mujer!!!aunque en sí, el tema es complejo.
    Salu2 Carmen!

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  7. Es verdad, cuando la gente emigra hacia otro país, lleva consigo sus ideas, usos y costubres, aunque para los ojos de muchos sean muy rupestres. Respeto, equidad, tolerancia y pluralidad es con lo que debemos regirnos para no anticipar juicios hacia ellos.

    Saludos amiga, un placer.

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  8. ....Y además, Ángel, tampoco nuestra cultura occidental es para tirar cohetes.

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  9. La poligamia es una 'tradición' impropia de un estado de justicia. Además, a pocas mujeres les gusta sentirse una más, como si de una mera relación comercial se tratase.Preguntaría, por ejemplo, a Josefa, -ya que relativiza utilizando el nefasto criterio de la tabla rasa-, si ella quiere ser parte del harén.Angel no quiere anticipar juicios de algo que ya está enjuiciado por cualquier carta de derechos humanos.Pauly cree que el tema es complejo.Nada de eso cuando letras antes aboga por terminar con esa falta de derechos de la mujer.María Josefa apunta con inteligencia.El señor Contreras, con respeto, 'no hchicha ni limoná', 'ande yo calinte.... Byrongio se lía.
    La poligamia es una mala costumbre, una nefasta tradición.Pegar a la mujer también ha sido una traditio en este país...y por desgracia sigue siéndolo.
    Interesante web.
    Gracias por dejarme opinar.

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  10. me refiero a que el tema es complejo.Ya que desde el punto de vista que lo mira Carmen, las hijas de estos inmigrantes tendrán que vivir 2 realidades!...no es fácil de un día para otro cambiar la cultura de estas personas!!

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  11. Gracias a todos por participar en el diálogo. El tema de la integración ocasiona serias dificultades. Es irreversible y por ello debemos encontrar la medida equilibrada, entre el respeto y la defensa de nuestros valores. Yo comprendo que su cultura es diferente pero no podemos admitir como legal algo que hace tiempo se prohibió. Hay ocasiones que el concepto tolerancia se confunde con cesión incondicional o relativismo. Nuestros valores no serán los mejores, pero los prefiero frente a los que traen de países lejanos. En la educación y la integración es donde probablemente se encuentre el equilibrio. Suponiendo que yo visitara un país con burka, me gustaría que respetasen mi derecho a ir sin él y que igualmente utilizaran ese derecho las mujeres a quienes obligan a llevarlo. No admitiría que esa costumbre quisiera imponerse en España. Ya se que simplifico, pero es por cuestión de espacio.

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  12. Cuando digo que en nuestra cultura no todo es bueno, no estoy aceptando ni relativizando las costumbres que son rechazables, como la ablación o la poligamia. Lo que quiero decir es que quizá ellos conservan valores que nosotros hemos perdido o estamos perdiendo, como, por ejemplo, el concepto de familia o el sitio que ocupa el anciano en ella. En esas culturas tal vez se minusvalore a la mujer, pero cuando envejece y deja de ser útil, se cuida de ella y no se la envía a un asilo.

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  13. Gracias María Josefa, es una buena aportación. La familia vivía antes mucho más unida y siempre cuidaban de los mayores. La vida cambia a velocidad de vértigo y el concepto familia también va cambiando.

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  14. Increible y certero tu post Carmen. Éste asunto de la interculturalidad es de tomarse con pinzas. Es dificil para gran parte de Occidente comprender muchos de los ritos y costumbres que aún hoy sigue teniendo el oriente (cada vez más cerca y visceversa), sin embargo, no podemos negar el momento de transición por el cual estamos pasando. Y todo momento de transición conlleva una crisis y un reacomodamiento. Si bien el retrato de familia que se tenía el siglo pasado ha cambiado, no podemos decir que es para mal. Pero si creo firmemente que para hacer menos crespo el cambio es necesario educar a los que vienen en la Otredad. Para irnos entendiendo mejor.

    Besos, siempre un placer leerte...

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