sábado, 9 de diciembre de 2006

Los fantasmas de Goya



He visto la pesadilla que han dado en titular los Fantasmas de Goya. Una película montada alrededor del pintor español con una trama absolutamente ridícula. Hay que reconocer su buena fotografía, la calidad interpretativa e incluso la banda sonora. Podría ser una película muy digna, si no estuviera realizada con el exclusivo interés de atacar a la Iglesia. La imagen de ésta queda completamente deteriorada en la cinta. Una España negra, llena de fanatismo religioso, donde la monarquía se dedica a la caza con una total abulia hacia los temas de Estado.

Me parece un guión forzado en el cuál, Milos Forman y Jean-Claude Carriere han fabricado una historia inverosímil con objeto de destacar más la leyenda negra de la Inquisición. Si la tortura allí llamada “someter a cuestión”, se practicaba con aquella impunidad, sin que el dinero o el poder del propio Rey pudieran hacer nada. Sólo le bastaba añadir una injusta condena para que el maquiavelismo haga el resto. A la joven protagonista Natalie Portman, la someten a toda suerte de tropelías que, eso sí, le sirven para demostrar su talento como actriz. En cuanto al papel de Javier Bardem, le ofrece a nuestro actor la oportunidad de desarrollar una impecable interpretación, en la piel de un religioso ilustrado y amante del arte, capaz de cualquier cosa por medrar en su carrera eclesiástica.

Milos Forman dirige con acierto, pero la historia no se sostiene por sí misma. Los fantasmas de Goya podrían haber aludido a su época más oscura como pintor, sin embargo están relacionados con la historia de la joven. En el colmo de lo rocambolesco los grabados del pintor pasan de soslayo por manos de la Inquisición, mientras Natalie Portman es acusada de un delito imaginario.

En una película de Goya llama la atención la ausencia de la Duquesa de Alba, no se sabe bien si por ello han querido añadir el dato pintoresco: el hijo de la actual duquesa, Cayetano, aparece en un blanco corcel como el duque de Wellington. Se habrá visto mayor despropósito.

1 comentario:

  1. Vi la película y tampoco me convenció aunque no por los motivos que señalas. La iglesia y el tribunal del Santo Oficio que aparece forma parte del decorado de la época. Tú tienes una sensibilidad muy aguda en ese sentido, pero si no fue así probablemente podría haberlo sido en esta cinta escasamente creíble y mal hilvanada. He hablado con profesores de historia a los que les había impresionado la película, pero a mí me defraudó. La idea de los fantasmas es un mal centro de la película. La historia de la joven no se tiene por ningún lado y los caprichos aparecen sólo al principio tangencialmente. Todo resulta increíble incluido el personaje que encarna Javier Bardem. No se tiene. La diferencia con tu punto de vista es que no veo que la iglesia sea el objetivo central de la película. Como decía antes, ha formado parte del decorado de época, de los lugares comunes de Milos Forman. No tengo especial pretensión de salvar a la iglesia de su historia negra ganada a pulso, aunque haya otros episodios más honrosos que no aparecen en la cinta. El filme me dejó una clara insatisfacción porque me resultó increíble. Anda que cuando someten a cuestión al miembro del Santo Oficio... Por cierto, y cambiando de tema. Hay una pagína en http://politicalcompass.org/es/ donde uno puede hacerse un test (no demasiado absurdo) para determinar su posición política y social. No deja de tener su interés. Mis resultados han sido
    -5,50 y -1,47. Cuando lo veas ya lo entenderás. Un cordial saludo y gracias por tus certeros comentarios.

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