viernes, 1 de septiembre de 2006

Espacio sin humo


Desde que el tabaco llegó de América hemos aspirado su humo a través de generaciones. Pero de eso casi nadie se acuerda porque la OMS ha conseguido prohibir fumar en medio mundo en tan sólo dos décadas. A partir del 1 de septiembre en España ya no podremos paladear una taza de café, al tiempo que damos una larga y profunda calada, salvo que pasemos a la zona habilitada para tales menesteres, suponiendo que el local la tenga. El viaje en tren con el flequillo sacudiendo nuestras cabezas mientras echamos el humo por la ventanilla, también ha desaparecido de nuestra retina para depositarse en el reino de los recuerdos. Ahí donde todavía reposa la imagen de Bogart con su sonrisa sardónica y el pitillo entre los labios.
“La femme fatale”, ya no consiste en una mujer envolviendo seductoramente al galán de turno con una bocanada de sus labios. Desaparecen del cine los grandes fumadores, quedan para el archivo cinematográfico de las compañías. Primero se suprimió la publicidad y ahora falta añadir R.I.P a las cajetillas, que ya llevan inscrito: “Fumar es peligroso para la salud de usted y de quienes le rodean”.
Han sido tan constantes los esfuerzos de la OMS, que han conseguido reducir el número de fumadores, eso sí, también han creado una nueva tribu: los viciosos fumadores, que hurtan horas laborales a la empresa para saciar sus instintos. Se les ve en las puertas de las grandes instituciones, salen a la calle y contaminan las aceras. Son una plaga a exterminar, sistemáticamente se les acosa desde todos los frentes. Así están las cosas, tolerancia cero con el tabaco. A esta nueva ley le falta llegar a las pantallas cinematográficas para convertirse en otra leyenda. Solo es necesario que salga un guionista con ingenio, para que sea posible montar una historia a través de los avatares en los restaurantes para adecuarlos a la “ley sin humos”. Filigranas llevan hechas los propietarios para adaptarse a la nueva legislación. Un cortejo de funcionarios está a la espera de salir en búsqueda y captura de quienes infringen la normativa.
Personalmente no he querido someterme a la humillación de salir a fumar un pitillo, me he unido a los desertores del vicio, he conseguido dejar de fumar con voluntad y si no veo fumar, ni me acuerdo del tema. Sin embargo cuando alguien aspira humo a mi lado, me entra un no sé que, para que voy a negarlo. La convicción de que sólo uno, repito, sólo un cigarro, me haría volver al hábito de aspirar humo, me mantiene alerta. Pero estoy por demandar a Tabacalera, en mis tiempos fumar no era peligroso para la salud.
También es verdad que me siento más ligera, con más kilos, pero más ligera. No me he resfriado en todo el invierno y dentro de dos meses cumpliré el primer aniversario sin tabaco. Por favor, no se molesten en felicitarme.

7 comentarios:

  1. Pues yo sí que te felicito. Hasta tiene ventajas económicas. No digamos de salud. Y se refuerza la voluntad... Nace una mujer nueva...

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  2. Yo también fumaba pero me sucedió algo muy raro. El año pasado, en agosto, tenía un cigarrillo en los labios y de repente me provocó nauseas. Lo apagué y cuando quise fumar otro me revolvió el estomago. Ya no lograba fumar uno sólo. Y así deje de fumar. Cada vez que me llega el olor del tabaco me apetece fumar uno pero sólo imaginarme ese sabor en mi boca, me provoca de nuevo nauseas. No entiendo qué me pasó. Dejé de fumar por ese motivo y no porqué yo lo haya decidido. Ja, pero ya llevo también un año sin fumar.

    Feliz fin de semana.

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  3. Realmenteee eres otra Mujer!! una mujer muy Valiente y con mucha fuerza de voluntad....

    Adelante!!

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  4. Leo en la prensa que el servicio de correos de Bélgica va a mensurar el tiempo que emplean sus carteros en poner y quitarse el casco. La actual reglamentación belga obliga a estos funcionarios motorizados a utilizar la prenda de seguridad cuando se incorporan a su tarea y al regresar de la misma, no así durante la entrega de la correspondencia. Como en estos últimos años el número de accidentes se ha multiplicado, las autoridades se han decidido por declarar obligatorio su uso durante toda la jornada de trabajo. Pero también han llegado a la conclusión de que quitárselo y volvérselo a poner cada vez que es necesario establecer contacto con los clientes supone una pérdida de tiempo cuantitativa, por lo que, averiguada la duración de la maniobra, si esta se multiplica por el número de veces que se realiza, obtendrán la parte de jornada que se pierde. La finalidad de estos cálculos es, una vez conocido el dato, adecuar la longitud de los recorridos para optimizar el reparto. La entrada en vigor en España de la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo ha tenido, entre otras repercusiones, cuando menos, dos desagradables consecuencias para el común de los ciudadanos,una estética y otra burocrática; y me explico. La desaparición de las previstas zonas para fumadores en el ámbito de los centros de trabajo, las llamadas coloquialmente narcosalas, obliga a los nicotinómanos a salir a las puertas exteriores para fumarse sus cigarrillos, produciendo, cuando se reúnen varios al mismo tiempo, una desagradable impresión visual de marginalidad. Pero más grave es la consecuencia gestora. Por si no fuese ya tediosa la espera en muchas ventanillas de la administración siempre que acudimos a resolver algún trámite, ahora, con el funcionario entrando y saliendo para echar una bocanadas, las diligencias se pueden volver interminables. En aras de la salud pública, del vuelva usted mañana habitual hemos pasado al espérese un momento, que voy a echarme un cigarrito. Si a este colectivo, al que tanto se censura su poca actividad laboral, se le aplicasen los criterios de la dirección de correos belga, tal vez llegásemos a la conclusión de que pasa más tiempo en la puerta que detrás de la ventanilla, lo cual exige, a mi parecer, la búsqueda de soluciones mucho más prácticas e imaginativas.

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  5. Hace cinco o seis años que dejé de fumar y lo agradezco profundamente, pero, pero, cómo añoro cuando era más joven y pasaba veladas nocturnas con mis amigos en un bar, fumando y fumando en animada conversación que no dejaba de fluir. Una cerveza, unos cigarrillos, charla hermosa. Me parece correcto lo que se está haciendo con el tabaco, pero tengo la impresión de que estamos haciendo cada vez un mundo tan seguro como aburrido. Qué bostezo me produce la realidad en que quieren que vivamos. Estamos a todas horas controlados por cámaras de televisión en circuitos de videovigilancia "por nuestra seguridad" -nos machacan-, los parque infantiles están rodeados de vallas por nuestra seguridad; ya no hay hogueras de San Juan "por nuestra seguridad". Estoy harto de que miren tanto por nuestra seguridad. Añoro un mundo más inseguro pero mucho más vivo y estimulante que esta sociedad segura y plana que estamos viviendo. Qué horror. Viva el tabaco, casi podría decir, aunque sea no fumador. Un cordial saludo.

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  6. Sabes deje de fumar, casi al mismo tiempo que tú, y por la misma razón. Al igual que tu no me resfrie en el invierno, y me siento mas ligero pero con ocho o diez kilos de mas :p lo cual para mi es todo un logro. Y siento todavia ese no se que cuando veo pitar a alguien al lado mio. Siento pena por las leyes que no dejan fumar a los demas. En mis tiempos de fumador lo ubiera sufrido mucho. Un saludo y a no dejar de abstenerse. Somos fumadores en abstención y creo yo nunca vamos a dejar de serlos desgraciadamente.-

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  7. Pues con el respecto al cigarrillo, yo soy la fan # 1 que siempre lo ha detestado, a mi me dá igual que lo prohiban en la bolita del mundo. Mi madre es una fumadora compulsiva crónica sin remedio y uno de nuestros problemas más fuertes es el asuntito ese de la fumadera, pero respeto a cada quien, el que se quiere J... pues que siga en la práctica, pero este cuerpo caribeño no fuma ni amarrada
    Saluditos

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